Capítulo 1

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La vida en sociedad suele ser difícil, si a eso se le suman las clasificaciones entre alfas, betas y omegas todo se complica aun mas, lo que si termina siendo el colmo de todo es vivir en una sociedad en donde el 80% de la población ha desarrollado alguna singularidad mejor conocida como "Quirk"  bueno realmente lo de los quirks no es tan malo, de hecho es gracias a ellos que las distinciones entre alfas, betas y omegas no son tan marcadas pues hay omegas con singularidades tan únicas y útiles que seria una total locura pasar de ellos solo por ser omegas.

Claro que hay sus excepciones, aun existe un 20 % de población que no poseen un quirk ya sea porque son demasiado mayores (el primer registro de singularidad se tiene desde hace unos 70 años) también puede ser que su quirk disminuyo su poder por algún accidente o enfermedad o en algunos casos porque nacieron sin el.

Nacer sin ningún quirk es un infortunio pero nacer omega y ademas no poseer ninguna singularidad, bueno supongo que es la forma en la que dios te demuestra que te odia. 

-Izuku la cena esta lista- continué mirando el techo de mi habitación unos minutos mas antes de bajar.

-huele bien mamá- sonreí entrando a la cocina.

-espero que te guste, he estado probando nuevas especias- dejo de lado el mandil y luego de servir los platos se sentó frente a mi -¿todo bien cariño? luces algo decaído- claro que lo notó, es quien mejor me conoce en el mundo.

-estoy bien, solo algo cansado estaba haciendo tarea y hay ciertos puntos que aun no comprendo bien- murmure mirando mi plato - podrías cocinar cualquier cosa y sabría delicioso- dije mientras probaba el primer bocado.

-no deberías presionarte tanto, al menos no en estos días- me miro con algo de pena, conocía esa mirada, sabia que ella se culpaba por muchas cosas.

-esta bien- tome su mano sobre la mesa para que entendiera que no me molestaba ser omega y todo lo que eso conlleva -debo adelantar algunos temas antes de que el celo llegue- suspire pues pese a que tenia una medicación ademas de los supresores, los celos en ocasiones eran insoportables y debía faltar a clases para no importunar a nadie.

-mi niño, se por lo que estas pasando- me sonrió y aunque no se lo dije fui consciente de las pequeñas lagrimas que bajaron por sus mejillas cuando se giro para servir el jugo.

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Me reprendí mentalmente mientras corría para tomar el autobús a la escuela, no debí quedarme hasta tarde leyendo.

-Midorya sube- un lujoso auto blanco se detuvo frente a la parada de autobús, conocía al dueño del auto así que no dude en subir.

-gracias Todoroki-kun, se me hizo tarde de nuevo- sonreí apenado cerrando la puerta y poniéndome el cinturón de seguridad.

-ya te he dicho que puedo llevarte a diario sin problemas- arranco una vez y comprobó estaba seguro en mi lugar -podría pasar por ti a tu casa- miraba al frente y realmente lo agradecí pues me había sonrojado.

Mientras hacíamos el trayecto hacia la preparatoria un camión repartidor se cambio de carril sin hacer las debidas señales y casi nos estrellamos contra el, sobra decir que Todoroki se molesto mucho al grado de insultar al tipo.

-To...Todoroki-kun...- aferre mi mochila a mi pecho con miedo tanto por el casi accidente como por las feromonas que el alfa a mi lado desprendía sin darse cuenta.

-lo siento Midorya, me altere- murmuro luego de verme y abrir las ventanillas para que entrara algo de aire fresco.

Llegar a la escuela acompañado de uno de los alfas con mas prestigio tenía ciertas ventajas, podías entrar a las clases sin importar que llegaras algo tarde, los otros alfas no se meterían contigo en los pasillos (el acoso hacia los omegas era un tema recurrente) aunque también tenia sus desventajas y es que la mayoría de los omegas te mirarían mal por "atrapar"  al alfa mas codiciado.

Mr DelincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora