Pasado De Copas

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Pasaron varias semanas. Yo sigo en la casa de Jaime. Sus papás son geniales! A veces siento que me hubiera gustado ser adoptada. No sé si puedo decir que en ese caso mi vida habría sido mejor, pero por lo menos no hubiera crecido entre mentiras.
Con Luis no puedo decir lo mismo, estamos bastante distanciados. Él volvió con su familia y se fueron a Cancún estas semanas. De vez en cuando me manda un mensaje preguntándome como estoy. En cuanto a mi mam... En cuanto a Paula, casi no nos hablamos. Ella sólo me pregunta cómo estoy, y de lástima le contesto.
En otras noticias, Jaime tiene un nuevo mejor amigo: Daniel Mint. Por si no lo conocen, se los presento: es un actor de dieciocho que se está haciendo muy conocido últimamente acá en México, ya que actuó en la segunda temporada de Luis Miguel: la serie, y además es modelo de colecciones de temporada de marcas muy conocidas. Básicamente, es lo que sería "la figura del momento". Y por último, pero no por eso menos importante, gusta de mí. Así es. Desde que Jaime me lo presentó no para de coquetear conmigo en cada oportunidad que tiene. Es un pesado... Lo peor de todo es que Luis no sabe de esto. Porque conociéndolo, si se llega a enterar, no le va a gustar para nada. Si fuera por mí, jamás se enteraría... pero si fuera por Jaime sí. Ese chico tiene la boca más grande que el cerebro.
Pero volvamos a la actualidad: era viernes por la noche, y Jaime y yo decidimos ir a un bar a tomar algo. Llegué al lugar, y por suerte, no había periodistas ni fotógrafos.

*entré al lugar, y a lo lejos veo a Jaime... y a Daniel*

Yo- Jaime, que hace él acá?

Daniel- Tranquila! Yo también me alegro de verte.

Yo- Ah, mirá que bien. Porque yo no.

Jaime- Perdón! No quería dejarlo solo.

Yo- Es en serio, Jaime? Tiene 6,5 millones de seguidores! Sólo no iba a estar...

Jaime- Bueno, ya! Sólo vamos a tomar algo y listo. Después se va. -mira de reojo a Daniel- O no, Daniel?

Daniel- Por supuesto.

*luego de unas horas, comencé a aburrirme. Jaime no paraba de hablar de su nueva pasión: la repostería. En eso, recordé que Daniel dijo que iba al baño, y eso fue como hacía veinte minutos. Decidí ir a ver cómo estaba.*

Yo- Daniel... Estás bien?

*se escuchaban ruidos de arcadas*

Daniel- Sí... Aquí estoy...

*al final, lo encuentro en la entrada al baño de hombres, vomitando*

Yo- Que asco! Qué comiste?

Daniel- Mejor dicho, que tomé... ja. -luego, lanzó un eructo*

Yo- Yo diría que unas cinco o seis latas de cerveza.

*como estaba tirado en el suelo agarrándose del inodoro, lo levanto, y lo llevo al lavabo. Allí, le saco su chaqueta, y le mojo la cara con agua fresca de la canilla*

Yo- Como se nota que nunca haces esto, eh...

Daniel- Sí lo hago! Sólo que mi papá me controla.

Yo- Sí, me dí cuenta.

Daniel- Oye, quería hablarte de lo que siento. Porque lo que siento...

Yo- Ya vas a empezar?

Daniel- ...es muy fuerte. Casi tan fuerte como mi estómago. -ríe-.

Yo- Basta, Daniel. Ni siquiera podés modular.

Daniel- Ya, ya... Hablando en serio, sé que a veces me comporto como un tonto.

Yo- A veces?

Daniel- Bueno, sí, sí. El punto es que, aunque tú no me creas, esto que siento es muy fuerte. Desde la primera vez que te vi, me enamoré de tu sonrisa, de tus ojos avellana...

Yo- Avellana? No creo que sepas cual es ese color.

Daniel- Déjame terminar. Como te decía... Me enamoré de tu pelo, de tu perfume, de tu voz, de tus manos, de ti!

Yo- Daniel... Ya te dije que estoy con Luis.

Daniel- Y a quién le importa ese pendejo?

Yo- A mí, y no quiero lastimarlo. Daniel, yo...

Daniel- Shhhh, no digas nada, Julieta. -me besa-.

En ese momento, siento un flash, como si fuese el de una cámara. Inmediatamente me separo de Daniel.

Yo- Qué hacés, idiota?! Te volviste loco?!

Daniel- Sí... por ti.

Yo- Basta! Te dije que estoy con Luis, y no sé si no lo quisiste ver o que, pero se ve que no te importó. Vos sabes en los problemas en los que me estás metiendo?!

Daniel- ...

Yo- No, claro. Que vas a saber vos... -le doy su chaqueta-. Tomá.

Daniel- Qué haces?

Yo- Me voy. Y más te vale que no me sigas.

Al salir, recibo un llamado de Jaime.

Jaime- Niña? Donde estás?

Yo- Perdón. Tuve unos... inconvenientes. Te voy a compensar la salida, lo prometo. Pero tengo que irme. Nos vemos. -corto la llamada-.

En ese momento, sólo pensaba en el flash que había sentido, en que seguro fue algún fotógrafo de alguna revista tonta, y que ese beso seguro ya estaría en todos los portales de chismes de la ciudad. Y obvio, Luis lo iba a ver.








Un Golpe De SuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora