01│ Se fue

753 92 3
                                    

— ¿Cómo que desapareció? — preguntó Kingsley.

— Así es — repuso el auror —. Hoy por la mañana su prometido encontró dos cartas en su habitación y a la vez esta completamente vacía.

— ¿Qué decían las cartas?

— Pues una era para Sirius, disculpándose por dejarlo y no casarse con él, además de asegurarle que va a estar bien.

— ¿Y la otra?

— Es mejor que la lea usted.

— ¿La lleva consigo?

— Por supuesto, aquí tiene — decía mientras le entregaba el papel arrugado.

Querido Kingsley Shacklebolt:

No le he conocido lo suficiente para afirmar que es usted una mala persona, ni por supuesto una fantástica. Así que he asumido que ha sido vilmente influenciado por sus allegados para cometer semejante locura de obligar a la población mágica a contraer matrimonio.

Sé que usted mismo va cumplir lo que ha proclamado.

Y claro que no se me ha olvidado lo que me ha ayudado y contribuido a la guerra. Todas buenas acciones. Tiene mi gratitud. Sin embargo sigo en contra de esto. De lo que están llevando a cabo.

Tal vez mi inmadurez no me deja ver que es la única forma de salir adelante. Tal vez algún día vea la verdad, se me abran los ojos. Pero hasta que ese día llegue me iré al mundo muggle, o a otros países que no estén cometiendo semejante error. Ya que ustedes son el Ministerio Británico de Magia, su gobierno solo abarca Gran Bretaña e Irlanda. Aunque tal vez le pasaron a otros países su fatal idea.

Bueno, no creo que una pareja, o que yo falte sea una gran tragedia. Solo soy un mago.

Y mi desaparición no tiene que causar mayor problema. Es decir, si, tienen a todos vigilados y huir por ahora va contra la ley, pero siendo honesto se que usted me entiende.

Y por la razón, la de verdad por la que le escribo (no solo para quejarme), es para pedirle un favor.

Le pido que no me busquen. Todos hemos tenido una vida difícil, yo la tuve y lo que quiero solo es tranquilidad.

Por favor.

Y discúlpeme si fui mal educado a la hora de escribir mis quejas y referirme a usted. Tenía que sacar todo de mi interior.

Con mucha esperanza

Harry Potter

— ¿Cómo procedemos señor?

— No hagan nada. Voy a cumplir el favor que me pidió.

— ¿Y la prensa señor?

— Pues — el Ministro se quedó reflexionando un rato —, estoy algo confuso con eso. No sé cómo comunicar la desaparición de nuestro héroe mágico. No daremos un reporte oficial sobre esto. Lo único que comunicaremos, en alguna entrevista si nos preguntan (que lo harán), es que el señor Potter ya se ha casado en secreto con Sirius Black y se ha retirado por cuestiones de privacidad, un descanso.

— Pero el señor Black está aquí con nosotros, ¿no sería raro que si están casados se separen, más aún si deben concebir un bebé?

— ¿Está aquí Lord Black?

— Si, por protocolo lo hemos traído.

— Díganle que me honre con su presencia.

—Por supuesto. Con permiso.

El auror salió de la habitación luego de aquellas palabras.

El Ministro se encontró en soledad de repente, en su despacho.

Como Ministro nunca pensó que iba verse en esa situación, solo le toca a él ver todo ese embrollo de Harry porque este es una figura pública.

Que dolor de cabeza dijo Kingsley en su cabeza.

De repente la puerta se abrió dando paso a Sirius.

Luego de una plática bastante larga entre los dos señores llegaron a unas soluciones. Las siguientes.

1. Sirius tenía que hablar ante los medios la historia que daría el Ministerio, si se requería, o si se le preguntaba.

2. No podía casarse con nadie más. Primero porque se supone que ya está casado y segundo porque el pergamino, donde Harry puso su nombre, lo había elegido a él. Sirius solo podía casarse con Harry y este de igual forma solo podía hacer unión matrimonial con Sirius.

3. Tenía que desaparecer. En dos semanas máximo. Después de eso se suponía que debería estar con Harry.

[...]

Más tarde, Sirius estaba con un nudo en la garganta muy fuerte.

Su habitación estaba desordenada como siempre y en su mano se encontraba resplandeciendo un anillo de compromiso. Justo ese día se lo iba entregar a Harry.

No le podía culpar por no querer seguir las órdenes del Ministerio. Él mismo se sentía escéptico al principio con todo esto, sin embargo ver el pergamino y su nombre junto al de Harry fue suficiente para aceptar. Quizá Harry no sabe el verdadero significado de eso. Sirius estaba seguro de eso. El pergamino, ese hechizo, revela a tu alma gemela. Aunque tu pongas especificaciones y todo ella te conecta con quién estás destinado a unirte. No obstante existen diferentes formas para que se revele tu alma gemela, además pueden ser más de una.

Sirius se rebeló a Harry con la tinta verde, eso significa, que Sirius es la naturaleza, que puede poner un efecto equilibrado y relajante en la relación. De dónde salió eso con relación a cómo se comporta él, ni él mismo Sirius lo sabe. Es algo extraño.

Sirius tenía unas ganas enormes de vomitar en aquellos instantes, no podía soportar la partida de Harry.

Nunca vio a Harry como un posible interés romántico. Nunca lo vio así. Solo eran padrino y ahijado, lo amaba como a su propio hijo. Ya no puede verlo así.

Siempre ha sabido su preferencia por los chicos, y Harry era tan... Tan... atrayente. Ha crecido, ya no es un muchachito puberto. Asimismo él ha huido, se ha esfumado, su media mitad se fue.

Él debe hacerlo también. Ha estado en Azkaban, la soledad no será peor que eso.

Ya es un vejestorio, y en el tiempo que estuvo con Harry se enamoró de él. Que desgraciado he sido. Solo soy un viejo enamorado fueron sus pensamientos.

El sentido de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora