04 | Cita

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Hoy es viernes. Es la hora de Harry para tomar una cita con Tom.

Decir que no estaba nervioso era una vil mentira.

Harry se va a dar una oportunidad con Tom. Lo ha estado pensando bien y está decidido que así sea. Puede que no hayan estado demasiado tiempo en persona pero desde que se vieron en el bar ellos no han parado de hablar.

Tom es... Profundo. Si, profundo sería la palabra perfecta para describirlo.
Es lo que desea Harry para una pareja. No está perdidamente enamorado de él. Puede estarlo, lo estará.

Tom es profundo porque es real. Tiene su personalidad bien definida, sabe lo que quiere, sabe quién es y es bastante maduro. Todo un hombre. Aunque quizá lo que más le gusta de Tom es su timidez, ya que es paradójico que este seguro de todo lo que desea en la vida y muestre esa actitud. Es demasiado tierno y a la vez varonil. Son demasiados adjetivos para poder describirlo.

Dejando a Tom de lado (para pensar en otras cosas mientras viaja en el tren), hay más temas por los que Harry debe temer. Los exámenes. Sin haber tenido nada de enseñanza muggle ha tenido todo contra él, menos la magia. Si, ha hecho trampa muchas veces para aprender solo, cosa que tiene mucho mérito. ¡Ha inventado hechizos! Con toda esa ayuda aprendió todo lo de primaria y secundaria en 3 días. Con los últimos grados no quiere hacer trampa pero Harry está a punto de echar ese sentimiento de querer aprender sin magia por la borda. De hecho ya empezó aprender con la magia, solo le queda un ¨año¨ más. Mañana verá que hacer respecto a todo eso.

También a todo se le suma que quiere hacer. Muy al contrario de Tom, Harry no sabe cuál es de verdad su lugar en el mundo, cuál es el sentido de su vida. Quiere descubrirlo. Lo único que tiene claro en su vida son tres cosas. La primera es Tom, lo que desea con él. La segunda es que va terminar el colegio muggle sea como sea, y que tal vez aún mayor de edad siga viviendo con Jack. La tercera es que le encantó bailar en el bar y va seguir haciéndolo. Hay un problema con eso, no es mayor de edad. Ya casi, ya casi. Están a poco días de navidad, luego unos meses más y mayor de edad.

Harry suspira y baja del tren. Quedaron en una cafetería gay-friendly en el centro de Manhattan. Ya es la hora de ver a Tom.

Harry camina y disfruta ver la nieve recordando su vida pasada, una que ya no existe para él, pero recuerda con una sonrisa.

Y ahí está Tom, su futuro novio, de quien desea enamorarse. Va hacia su cita, le regala un abrazo con un regalo adicional de un beso en la mejilla. Las mejillas se colorean un poco de un rosa pastel.

— Harry te ves espectacular.

— Lo sé, tú también.

Ahí comienza la plática. Hablan, hablan, hablan y hablan hasta por los codos. De comer piden platos veganos (Tom es vegano y Harry quiere probar algo nuevo).

— Tom he estado pensando algo importante sobre nosotros. Yo comprendo que no nos conocemos demasiado pero hay algo que me dice que no tengo que soltarte. Me gustas, joder mucho. No te amo, ni te quiero, solo me gustas. Aunque los sentimientos cambian por eso quisiera enamorarme de ti, ¿me regalas esa oportunidad? ¿Quieres ser mi novio?

— ¿Puedo pensarlo?

— ¿Eso es un no?

— Claro que no —. Susurra Tom, luego agarrando valentía dice —. Solo que tengo que pensarlo para creérmelo más y subir mi ego al saber que un chico tan precioso, por dentro y por fuera, gusta de mí.

El sentido de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora