Pequeños rayos de sol que se filtran por las persianas, tener la calidez de la persona a quien más quieres y amas, y por supuesto sentir un bulto en los pies causado por mi gato mañoso y gruñón que ama dormir sobre ellos.
Despertar con esa sensación de calidez, con esa energía que tiempo atrás no tenía. El sólo recordar todas esas noches frías y solitarias, esas noches en vela y llenas de lágrimas.
Esos días que poco a poco se iban convirtiendo en meses de melancolía y angustia, por las mañanas solía mostrar una sonrisa y buena vibra, mañanas en las cuales las personas me veían a los ojos, pero nadie notaba la desesperación y la tristeza que me consumía, en donde reía a carcajadas y todos las creían, incluso yo.
Todo era rutinario hasta esa tarde de abril, fue como si la fachada de esa cafetería me pidiera a gritos que entrara y así fue, llegue al mostrador y cabizbajo fue que ordene un simple expreso, gracias al universo y a los astros que entre, nunca voy a olvidar lo asombrado que me encontré al mirar esos preciosos ojos que me observaban con interés, fue inevitable que mis mejillas y tal vez hasta mis orejas se colorearan de carmín, tímido y tartamudeando fue que le di las gracias y salí a tropezones del lugar. Después de ese día fue como si todos mis amigos conocieran ese lugar y por lo que la mayoría de la universidad decía, el sitio donde servían el café más exquisito y que de cierta manera te recordaba a tu hogar.
Tal vez fue un martes o quizá miércoles no recuerdo con exactitud, llegaba tarde a una "pequeña reunión de extrema urgencia", palabras escritas por mensaje de mi querido y preciado amigo que solía exagerar las cosas, en la cafetería; decir que estaba nervioso se queda corto, mis manos temblaban y mis pensamientos iba a una gran velocidad que ni la mayoría de ello podía entender, quizá si no fuera por eso o por lo distraído que soy no hubiera chocado con alguien y por supuesto no hubiera terminado cubierto de malteada. Recuerdo un jadeo de sorpresa y la risa escandalosa de aquel sujeto que llamo amigo, que después de ver mi cara de conmoción y vergüenza se acercó a auxiliarme, todo un desvergonzado traidor. Por cierto, como olvidar los insistentes los siento del mesero de ojos bonitos, al parecer mi sonrojo fue demasiado obvio, Louis tuvo que salvarme y decirle al chico que estaba bien, que no tenia que preocuparse. Más tarde a nuestra mesa llego un expreso que no había ordenado y que venia con una pequeña nota que decía "perdón, puedo compensarlo" mi mente lenta no entendió a que se refería con compensarlo hasta que Louis por sólo un momento estuvo a punto de gritarme que quería salir conmigo, un total chiste, en verdad que ese chico exageraba las cosas, nos fuimos pasada la media hora. Cabe destacar que su asunto de máxima urgencia era contarme que no sabía que color de camisa usar en la cena que tendría con su novia. Divertido y tonto a la vez.
Se nos hizo costumbre ir a the red velvet house y con mi pedido siempre llegaba una nota, únicamente a mí y siempre eran notas con pequeños dibujos o simplemente un "Hola". Louis seguía diciendo que él lindo mesero quería salir conmigo. Algunas veces iba sólo y perdía las horas haciendo insignificantes bocetos o incluso cortos fragmentos de poemas, otros días sólo me dedicaba a observar por la ventana.
Esa noche quizá debí quedarme en casa y llorar como justo lo hacia el cielo, fue como si no tuviera control de mi cuerpo, como si caminara vacíamente y no importara que me estuviera empapado, era como si no sintiera nada, como si estuviera vació. No sé como fue atravesé la puerta del que se había convertido en mi refugio, desperté un poco de mi estado de aturdimiento por el olor dulzón y amargo del café. Era el único loco que salía de su hogar con tal diluvio fuera, el lugar se encontraba vació, ocupe la mesa de siempre y justo sin espéralo una taza fue puesta enfrente mío, sólo basto una breve mirada para que se diera cuenta, para que notara lo mal que me sentía, no le costo más de un minuto percibir mi sufrimiento, con una sonrisa cálida y una breve charla fue que comenzó todo. Regrese a casa con el corazón acelerado y con ganas de reír locamente.
Al principio fueron sonrisas de lejos que se convirtieron en salidas con amigos y después en noches en donde me vía caer y derrumbarme, eso fue lo más difícil, que me viera en los momentos en donde me volvía frágil, pero sabía que estaba bien, sabía que abrazaría y me cantaría suavemente, sabía que se quedaría conmigo a pesar de todo.
No paso mucho tiempo para entender que ambos nos queríamos, los primeros días de noviazgo tuve que soportar las bromas de Louis y sus constantes te lo dije.
Tal vez no llevamos mucho tiempo juntos, tal vez no todo sea perfecto, pero si se que cada día quiero deslumbrarlo, porque con su amor fue que también hizo que me amara a mi mismo, que entendiera que no importa si estoy con él o no, que puedo ser fuerte y sobrevivir.
(..)
De nuevo sin diálogos y sin poner quien es el que sufre. Perdonen las faltas de ortografía y bueno... espero que les guste es una pequeña parte de mi.
Todo el amor, k. 🍀
