ángel.

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Verlo dormir le da paz, le tranquiliza escuchar su pausada respiración y le gusta ver los pequeños pucheros que generan sus dulces labios gracias a sus sueños. Esos que al amanecer le contara mientras toman una taza de chocolate caliente. 

No fue difícil caer ante esos profundos y expresivos orbes, esos que reflejaban hasta el más profundo sentimiento y que con cada revoloteo de sus pestañas les hacía suspirar como cuál loco enamorado y es que sí, esta profundamente enamorado de su ángel. 

Le llama así porque tiene la apariencia de uno, delicado y dulce. Mejillas algo regordetas que la mayoría del tiempo se encuentra tintadas de carmesí, esas pecas ligeras y esparcidas que abundan en su rostro de niño, cintura estrecha y hombros no tan anchos y como olvidar toda esa galaxia de lunares que se extiende por sobre toda su piel lechosa pero a pesar de esa delicada figura de ángel, su carácter algunas veces no lo es. Es obstinado, orgulloso y caprichoso.

Nunca se a dejado de nadie y nuca lo hará, le gusta tener el control y que le respeten. Es dulce pero también muy fiero.

A demás de verle dormir, le gusta verlo cantar y cocinar. Como justo ahora que mese de un lado a otro sus caderas y tararea alegremente la canción que escuchó la semana pasada y que aún no logra sacar de su mente.

Sin darle tiempo a notar su presencia, toma con ambas manos la cadera que minutos antes danzaba, acorralándole así entre la encimera y su cuerpo.

— ¿Te han dicho que eres la persona más hermosa? - susurra en su oído, causando un escalofrío en el cuerpo del más pequeño.

Una sonrisa socarrona asoma en los labios del ángel y un rubor más notorio — No es por presumir pero - una risa infantil le sigue  — Cada mañana mi sexy novio me lo recuerda.

— ¡Oh! pues mira que tu sexy novio solamente dice la verdad.

— Lo sé - dice con tal confianza — Me ama y se que nunca me mentiría.

Juguetean un poco más hasta que el desayuno se encuentra listo.

— Corazón, ¿acaso esa no es mi camiseta? - pregunta con un toque de ternura Harry, mientras observa como está misma cae por sobre un hombro y deja al descubierto una parte de sus clavículas, al igual que la pequeña maraca que dejaron sus labios hace apenas unas noche.

— Umhh, si - tartamudea el de piel lechosa — Tus camisetas son más cómodas que las mías y a demás siempre tienen tu olor. Eso hace que te extrañe menos - admite Niall, cabizbajo y avergonzado.

Con rapidez y determinación el rizado atrapa entre sus brazos a su pequeño y dejando un beso en su coronilla, le susurra que esta bien, que le gusta verle pasear con ellas y que no debe de avergonzarse.

Y es que es necesario, porqué lo sabe, sabe que Niall esta asustado, que tiene miedo de no ser lo suficiente, de que su amor se acabe y que no quede más que un doloroso recuerdo. Por eso cada mañana le dice cuanto lo ama y cuan hermoso es.

Y cada vez que hacen el amor, le susurra que es su ángel. Qué es su salvación y su perdición, que sin el no es nada y es que cierto, ambos se necesitan y se completan.

Porqué Niall siempre va a ser el dulce ángel de Harry.












(...)

es cortó, apenas son 561 palabras y
la verdad no esperaba escribir algo
así, esperó que les guste y perdonen mis faltas de ortografía.


todo el amor, k. 🍀

one shots; narryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora