realeza.

863 93 28
                                    



El príncipe Niall, él mas pequeño de la descendencia Horan y por supuesto, él chiquillo que no sera rey de la pequeña provincia de Irlanda; esta próximo a cumplir diez y ocho años. Sus padres quieren realizar un enorme banquete con invitados de todos los reinos pero el pequeño sólo quiere una cena pequeña con toda su familia pero como le han dicho sus padres "Eso no es digno de un príncipe".

Vagando por el campo que rodea al castillo real Niall, camina observando las flores que crecen en el. Lleva mas de media hora perdido y nadie sabe de él en el castillo, es normal que se pierda y nadie sepa de él hasta la hora de la cena. 

El crepúsculo esta próximo a aparecer, le gusta como el gélido viendo golpea sus mejillas y hace que su castaño cabello revolotee por todos lados. Le encanta escuchar el cantar de las aves y sobre todo, ama sentirse en paz mientras recorre el prado.

Sin obligaciones. Sin etiquetas. 

Libre, así se siente. Es cierto que no es el próximo rey, pero los ojos de todos los pobladores también se posan en él.

Impecable, debe ser. 

Antes de que tomara camino de regreso, creyó escuchar las voz de un ángel.

Escucho el cantar de una suave voz, curioso y perdido; se dejo guiar y llego a unos grandes y frondosos árboles de manzanas. Debajo de uno de éstos, se encontraba un muchacho.

El joven movía su cabeza de un lado a otro mientras cantaba una vieja canción. Niall conocía esa melodía, su madre solía cantársela a su hermano y a él en las noches de invierno; esas noches donde el frío golpeaba con fuerza y por consecuencia hacia que los dos pequeños compartieran cama para poder soportarlo. 

El oji-azul debía volver pero ver y escuchar a aquel muchacho le había dejado embobando. El viento lo hizo estremecer, el atardecer había llegado; el cielo se encontraba pintado de un naranja con tonos violetas. Hermoso, pero era aún mas hermoso ver como la luz golpeaba en el rostro del chico y este a su vez cerraba sus ojos. En los cabellos del muchacho aparecieron resplandores dorados. 

Niall, pensaba que estaba viendo a un ángel. 

Poco a poco se fue oscureciendo y el príncipe salio corriendo. Era tarde, sus padres estarían furiosos.

Y era cierto, sus padres estaban sentados en los bellos sillones guinda.

 Por fin apareces.- susurro su madre. 

Sólo estaba en el campo.

 Olvidaste tus lecciones de esgrima.- menciono el rey sin observarlo. 

¿Empezaban hoy?.- pregunto el pequeño con desconcierto.

Un suspiro abandono la boca de su madre y una risa de la de su padre.

 Anda ve a cenar.- menciona Maura, la reina.  No desaparezcas por mucho tiempo, puede ser peligroso.

 No lo haré, lo prometo.- grita Niall pues ya se encontraba corriendo por los grandes pasillos. Tenia hambre. 

 Por supuesto que seguirá llegando tarde.- se burla el mas grande los Horan  

 Silencio Bobby. 

 Lo siento querida.- dice el maduro hombre mientras se recorre un poco para besar con ternura la mejilla de su esposa. 

(...)

Los preparativos para la fiesta del príncipe están casi listos. 

Falta una semana. 

Los paseos que hacia por las tardes ya no eran los mismo. Marie, una chica del servicio lo acompañaba y era la encargada de decir cuando era de volver. 

one shots; narryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora