7- Banana

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- Hey, Lolita, hey.

Jimin acomodó sus gafas de sol y comenzó a tararear la canción que se escuchaba por los altoparlantes. Escuchaba a Taehyung nadar a su lado en la piscina, pero él estaba más concentrado tomando sol.

El sonido de unos pasos lo hizo incorporarse de la reposera. Jeon venía caminando hacia ellos, su rostro duro como siempre. A veces Jimin se preguntaba si ese hombre sentiría algo en absoluto, no podía creer que viviera tan serio todo el día. ¿Habría sonreído alguna vez? ¿Al menos el nacimiento de su hijo le trajo alegría?

- Hola, señor, Jeon- Jimin lo saludó en una voz cantarina. El hombre lo miró por unos momentos, más largos de lo que debería ser, entonces se dirigió a su hijo que recién salía de la piscina.

Jimin miró con ojos apreciativos a los dos. Tanto padre como hijo se veían jodidamente bien, incluso aunque Jungkook estuviera cubierto con aquel traje carísimo, se notaba que el hombre se ejercitaba; Jimin había tenido problemas para apartar su vista de sus brazos fuertes. Al ver el cuerpo de Taehyung, tuvo que reprimirse un suspiro. El rubio tenía levemente el cuerpo marcado, pero sí que era caliente.

- ¿Sabes la hora que es?- Jungkook miraba con el ceño fruncido a su hijo.

Taehyung tomó una toalla para empezar a secarse- Nop. Pero supongo que son cerca de las cuatro de la tarde. ¿Por qué?- dijo desinteresado.

Jungkook presionó el puente de su nariz, cerrando los ojos antes de volver a mirar al rubio- ¿Olvidaste que tienes tus clases de tenis?

Jimin rió al ver la expresión sorprendida de su amigo. Este se secó aún más rápido y se fue casi corriendo. Jimin despegó sus ojos del rubio y miró a Jeon, encontrándose con que este lo estaba mirando. Se preguntaba cuánto tiempo había estado observándolo tan fijamente.

- ¿Puedo ir con ustedes?

Jimin se puso de pie, preparándose aún cuando el hombre no le había dicho que sí. Pero no hizo falta, él iría de todas formas.

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Sentados en las gradas, podía observar la cancha de tenis ser llenada por algunas personas, uniéndose luego Taehyung con el uniforme puesto y junto a su contrincante. Jimin le devolvió el saludo cuando el chico alzó su mano, con una sonrisa en su rostro.

Pasados unos minutos, Jimin no podía entender qué es lo que le veían de interesante a ese deporte. Se estaba aburriendo tanto que hubo ciertos momentos en los que pensó haberse quedado dormido. Sólo cuando las demás personas que habían asistido al entrenamiento festejaban, él hacía lo mismo; incluso cuando el contrincante parecía haberle ganado a Taehyung.

Miró a su lado cuando escuchó un bufido. Jungkook miraba fijamente a su hijo jugar. No parecía nada contento con el resultado.

- Sí sabes que esto no es un torneo, ¿verdad?- dijo Jimin mirando al hombre, este aún seguía con su atención en la cancha- Son sólo prácticas, no te pongas así.

- Prácticas que pago hace años- repuso Jungkook- Y aún así, él no consigue mejorar.

Jimin volvió a mirar a su amigo. Estaba demasiado serio devolviendo la pelota con la raqueta. Ese no parecía ser el rostro de alguien que disfrutara el tenis. Pero, vamos, ¿a quién podría gustarle? Sólo a viejos aburridos.

- ¿No te preguntaste alguna vez si a Tae no le gusta el tenis?- preguntó curioso el menor- ¿Al menos se lo preguntaste directamente?

Jungkook lo miró sin decir nada, sólo estudiándolo. Luego, volvió a dirigir su atención a su hijo cuando por fin había marcado un punto.

Daddy Issues // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora