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Todas las clases finalmente habían terminado, desde el suceso en la cafetería Jimin no había vuelto a ver a Jungkook, era como si hubiese desaparecido aunque seguramente faltó junto con sus amigos ya que tampoco los vio.

Alto, ¿desde cuando le tomaba mucha importancia a una persona que apenas conoció? A decir verdad, era técnicamente imposible no prestarle atención pues jamás le había pasado algo así, en su secundaría nunca presencio una pelea, las personas si discutían verbalmente pero físicamente no. Pero lo más sorprendente fue aquel cambio drástico que el pelinegro tuvo.

¿Acaso tenía un gemelo?

Imposible, aquel cambio había sido frente a sus ojos y eran la misma persona ¿o no?

—¡Jimin!— llamó Tae.

Sacudió su cabeza tratando de dejar aquél tema. Caminó hasta su amigo saliendo de la universidad completamente no sin antes ver a un chico recostado contra la pared con un cigarro en la mano.

Jungkook.

Jimin abrió los ojos sorprendidos. Definitivamente él no era aquel chico que conoció primeramente en el aula. Su mirada penetrante recaía sobre él mientras le daba una y otra calada a su cigarro esparciendo el humo descaradamente.
Simplemente no podía apartar sus ojos, repasaba nuevamente el rostro del contrario y en definitiva había algo distinto.

—Jimin, deja de mirarlo.— habló algo fuerte el castaño.

—¿Mmh? ¿Por qué?— preguntó bastante confundido.

—Te dije que no vamos a juntarnos con él, tiene mala reputación y ni tú ni yo necesitamos eso.

Jimin suspiró cansado, su amigo era todo un caso.

—Me gustaría entenderte por completo Tae, pero como hacerlo si hasta tú dudas de ti mismo.— Tae lo miró apenado. El realmente estaba dispuesto a mejorar su reputación, él iba a hacerlo, sin importarle nada más.

—Andando.— Jimin negó y comenzó a caminar junto con su amigo. Aún sentía la miraba pesada de Jungkook sobre él y su cuerpo se tensaba.

Unos quince minutos después llegaron a su casa, al entrar lo primero que hizo Jimin fue dirigirse a la cocina para buscar algo de comer sin embargo aquello quedó hasta ahí debido que al abrir la heladera se encontró con nada.

Nada.

—¡Kim Taehyung!— llamó a su amigo.

—¿Qué?— respondió apareciendo por la puerta con su cepillo de dientes.

—¿No te pedí que fueras a comprar productos de comida?— Tae rió nervioso.

—Ah... Eso... Yo... Olvidé ir a comprar...— volvió a reír y Jimin solo lo miró enojado haciendo que su amigo saliera corriendo.

—¡Luego veras, Kim!

Suspiró cansado, agarró su billetera y salió al super. Eran al rededor de las dos de la tarde pero aún así no se veían muchas personas para su suerte. Comenzó a buscar lo necesario, leche, galletas, arroz y comida rápida para preparar tal como el ramen.

Se fue hasta la zona de refrigeradores para agarrar la leche y de paso también un yogurt.

—Perfecto.— dijo girándose pero chocando con alguien al hacerlo.—Lo siento mu-...— sus palabras quedaron en el aire al ver que Jungkook se encontraba delante de él.

Y esta vez era el mismo Jungkook que vio por primera vez.

—Fue mi culpa, no te preocupes...— Jimin se aclaró la garganta.

—¿Me recuerdas?— Jungkook lo miró confundido y luego asintió.

—Sí... Somos compañeros de banco... Además, como no recordar tu lindo rostro...— admitió apenado agachando la cabeza debido a la vergüenza.

Jimin por poco grita. ¿Se estaba avergonzando?

—Mmh... ¿Ya no eres el Jungkook rudo?— el contrario levantó la cabeza y lo miró.

—Uh, ¿a qué te refieres?

—Me refiero a lo de la cafetería.— las mejillas de Jungkook comenzaron a ponerse de un tono rojo y Jimin sólo se sentía más confundido.

—No he ido a la cafetería...— hubo un corto silencio y después un suspiro de parte del pelinegro.—Fue Jeongguk...

—¿Jeongguk?— Jungkook asintió.

—Mi otra personalidad.

Los ojos de Jimin se abrieron en grande.

Maldita sea, esto debía ser una broma.

Two personalities • [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora