[O2]

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Jungkook se quedó completamente callado ante aquella confirmación, así que, con lentitud comenzó a bajar el cuchillo hasta poderlo guardar bajo su sudadera, su máscara quedó sostenida por su mano pues no necesitaba esconderse de aquel chico.

—¿Y cuál es tu nombre?— preguntó curioso sentándose a los pies de la cama, sintiéndose extrañamente atraído por aquel peli gris que sonreía suavemente y que a pesar de no ver, parecía como si sus ojos estuvieran fijos en él.

—Si me dices primero tu nombre, yo te diré el mío después.

El azabache frunció los labios junto con su ceño, se suponía que no debía confiar en nadie por sus antecedentes, pero ese muchacho le daba confianza y no entendía muy bien la razón. Incluso pensó que debería darle un nombre falso, pero su conciencia no se lo permitía.

—Jeon Jungkook— finalmente respondió y observó al peli gris asentir con su cabeza.

—Park Jimin— estiró su mano buscando que fuera estrechada, pero no sentía que su saludo fuera correspondido, así que avergonzado estuvo a punto de retirarla; sin embargo, Jungkook lo sujetó repentinamente y apenas aquel roce entre sus pieles se creó, algo muy en el fondo se encendió como una llama que se encontraba casi extinta.

Inevitablemente las mejillas del menor se ruborizaron y tímidamente escondió su mano bajo las sábanas de su cama.

—¿V-Vas a quedarte?— preguntó delicadamente acomodandose mejor sobre el colchón.

—Sólo si tú me dejas dormir aquí ésta noche— respondió nervioso apretando sus manos. Nunca nadie le había provocado algo igual.

—Claro que sí Jungkook— sonrió, y sin pensarlo antes, se hizo a un lado, dejando un espacio considerable para que el muchacho pudiera acostarse junto a él.

—¿Aquí? ¿Contigo?— en ese momento Jungkook agradeció que Jimin no pudiera verlo, de lo contrario estaría bastante avergonzado por el rubor que sus mejillas habían tomado.

—Sí, ¿Por qué no?

El azabache lo miró atentamente antes de acercarse para dormir a su lado. Jimin poseía una belleza que él jamás había visto y que le atraía de una manera que no podía explicar, ninguna mujer le provocó tal torbellino de emociones como el muchacho que acaba de conocer hace unos minutos atrás.

Y Jimin estaba igual de confundido, su estómago se sentía extraño y su corazón no dejaba de golpear fuertemente en su pecho. No entendía cómo era que un extraño podía causar tales efectos. Quizá era su voz tan grave y un poco ronca, quizá era su aroma ligeramente mezclado entre loción masculina y cigarro, o simplemente la tranquilidad que emitía su presencia. No tenía una explicación para lo que acababa de hacer, seguramente si alguien los encontraba se pondría histérico, pero Jimin por alguna razón desconocida confiaba en ese muchacho.

Y tras varios minutos en silencio, ambos fueron cayendo lentamente en los dominios de Morfeo, en completa calma y tranquilidad.


«-¿Tienes miedo?- balbuceó sin abrir sus ojos.

-Lo tuve desde el momento en que entraste a mi vida... Tengo miedo de perderte amor.

Jimin dejó escapar un suspiro junto con una suave risa.

-Recuerdo la primera vez que te ví, de pie en el pasillo... No me tuviste miedo.

-No, no lo tuve.

-Esa mirada... Por favor Jungkook, dame esa mirada, esa que demuestra que no le temes a nada- sollozó.

-No puedo... No puedo hacer eso, porque en este momento estoy aterrado.

-No lo estés. Prométeme que vas a encontrar a mi hija... prométeme que le darás un hogar.

-No llores más. Recuerda que siempre vas a ser especial para mí.

-Y tú para mí, mi cielo.

-M-Me enseñaste a controlar mi poder.

-Si amor... Hicimos muchas cosas juntos.

Jimin amplió su sonrisa.

-Es una lástima que no pudiéramos seguir hasta el final de esa forma.

-Pero de qué hablas... Te vas a reponer y seguiremos adelante- sollozó con la voz completamente rota, sabiendo que aquello era una enorme mentira.

-Mentiroso.

El charco de sangre que le rodeaba era cada vez más grande. La sonrisa de Jimin permaneció débil en su rostro aún cuando su mano perdió completamente la fuerza y cayó a un costado.

Jungkook lo levantó un poco y lo apretó contra su cuerpo, viendo como la cabeza de su novio caía sin fuerza hacia atrás.

Los latidos de su corazón cesaron y el último suspiro abandonó su boca, tan sutil como un susurro.»


Los ojos de Jungkook se abrieron abruptamente, y con la respiración errática, logró sentarse sobre la cama que había compartido con aquel chico durante la noche.

Su corazón latía tan rápido que temió se saliera de su lugar en cualquier momento. Aún temblando sus manos se entrelazaron con su cabello y pudo sentir el sudor de su frente.

—¿Qué mierda fue eso?— se preguntó en silencio, tratando de comprender el significado de aquel sueño, o más bien de esa pesadilla.

¿Por qué sostenía a Jimin y lloraba con él? ¿Por qué Jimin murió en su sueño? ¿Por qué sus ojos eran de color azul y después se volvieron oscuros? ¿Por qué Jimin se veía más grande de edad?. Y la pregunta más inquietante... ¿Por qué estaba Jimin en sus sueños?

No entendía nada y empezaba a asustarse.

Inmediatamente sus ojos se dirigieron al chico de cabellos grises y blancos que aún permanecía dormido, luciendo tan adorable y frágil que Jungkook no pudo evitar acariciar su mejilla con las yemas de los dedos.

Quería quedarse un poco más, pero no quería causar problemas, así que se puso de pie sin hacer mucho ruido y caminó despacio hasta llegar a la ventana. Se detuvo y miró una última vez a ese lindo jovencito que había sido tan amable y simpático.

—Gracias por todo— murmuró aún sabiendo que él no lograba escucharlo— Espero verte de nuevo algún día.

Una sonrisa se coló en sus labios y abrió la ventana para poder salir tal y como entró durante la noche. Había sido agradable, pero Jungkook estaba seguro de que nunca podría poner sus ojos en alguien como Jimin, no tenía tanta suerte.

Sin embargo, ignoraba un pequeño detalle que lo llevaría a estar junto a él, una maldición que de no ser rota a tiempo terminaría en una tragedia... Nuevamente.

Bajo La Máscara: A través de tus ojos || KookMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora