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—Amor mío

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—Amor mío.— dijo desesperado, pero solamente recibió un suave gemido como respuesta, que le indicó que su amado estaba despierto.

—Mi amor... ¿Qué te hicieron? — preguntó al ver que el cabello de Jimin se había tornado más obscuro. Se inclinó y besó repetidas veces sus labios mientras sus brazos se aferraban a él sin la intención de soltarlo.

—Amor... Por favor, debes resistir.

Sus ojos se abrieron abruptamente y por impulso se sentó sobre el colchón. Pasó su mano por su cabello, sintiendo inmediatamente el sudor que bañaba su frente y parte de sus hebras oscuras, y cuando bajó sus dedos a sus mejillas, pudo sentir las lágrimas frescas que aún seguían humedeciendo su piel. No entendía porqué desde que conoció a Jimin, ese tipo de pesadillas lo perseguían constantemente.

Respiró hondo y aunque trató de dormir otra vez, le fue imposible volver a conciliar el sueño, así que se puso de pie y salió de la habitación para ir a la de Jimin. Quería asegurarse de que el menor se encontrara bien, y al llegar, se detuvo en el pasillo empujando la puerta con cuidado de no hacer ruido. Apenas estuvo dentro, suspiró aliviado al verlo recostado, pero aún así se sentía algo inquieto, por lo que permaneció de pie frente a la cama, solamente observándolo dormir tranquilo y escuchado su respiración acompasada.

—¿Qué es lo que me hiciste Jimin?— cuestionó en voz baja— ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?

Y a decir verdad no deseaba hacer eso. Por primera vez tenía un verdadero motivo por el cual levantarse cada mañana. Por primera vez estaba experimentando el amor y también era la primera vez en que tenía alguien a quien proteger.

—Prometo que voy a dar lo mejor de mi— sonrió y se acercó hasta poder acariciar la cabellera grisácea del menor, tomando entre sus manos específicamente uno de aquellos mechones blancos que sobresalían.—. Prometo que voy a estar contigo pase lo que pase.

Y sin pedir permiso, Jungkook rodeó la cama y se acostó junto al menor haciendo todo lo posible por no despertarlo.

—Eres demasiado hermoso... Amor mío— su mano logró acariciar la mejilla de Jimin con suavidad y se quedó mirándolo por unos minutos más, hasta que los latidos del corazón ajeno lograron calmar las pesadillas y lo arrullaron como si fueran un dulce canto que lo hizo caer perdido en el mundo de los sueños.

...

La mañana siguiente, al sonar la alarma, los ojos de Jimin se abrieron lentamente y aún somnoliento trató de ponerse en pie... Pero no pudo.

Unos brazos lo tenían sujeto fuertemente de la cintura, y una cabeza descansaba plácidamente sobre su pecho. Él pudo haberse alarmado, pero aquel aroma tan peculiar le hizo saber perfectamente de quien se trataba.

—Jungkook— lo movió con delicadeza, sin embargo, solamente recibió gruñidos y quejas por parte de mayor que seguía aferrado a su cuerpo como si no quisiera soltarlo jamás— Jungkook— una sonrisa apareció en sus labios y con suavidad comenzó a acariciar su lacia cabellera negra.

Bajo La Máscara: A través de tus ojos || KookMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora