𝑺𝒕𝒓𝒂𝒘𝒃𝒆𝒓𝒓𝒊𝒆𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒊𝒈𝒂𝒓𝒆𝒕𝒕𝒆𝒔.

𝑠𝑒𝑖𝑠

—Harry es raro —dice un castaño de ojos marrón que se ha unido a la tarde de estudios de Louis y Niall.

El pequeño se encuentra acostado sobre su cama mientras chupa una paleta de fresa y garabatea en su cuaderno. Niall, por su parte, está casi quedándose dormido en la silla rotatoria de la habitación del castaño.

—Lo hemos notado —contesta el rubio y se impulsa con la pierna para girar la silla—. ¿Cuál es su problema?

Liam, quien se encuentra sentado sobre el suelo, baja su libro de matemáticas y sube sus gafas por el puente de su nariz, acomodándolas

—No estoy muy seguro. Cuando salía con Zayn él casi no se acercaba. Supongo que solo odia a la gente o quizá se odia a sí mismo. —Encoge sus hombros.

Louis le mira interesado.

—¿Cómo podría odiarse a sí mismo? —pregunta irónico y vuelve a chupar la paleta—. Harry es precioso y perfecto. Él solo debería amarse y ser amado, pero no por muchos porque, ya saben, es mío. —Sonríe travieso.

Niall rueda los ojos y Liam suelta una carcajada.

—Amigo, en serio, debes dejar ese asunto por la paz —replica el ojiceleste a la par que cruza sus brazos—. Harry parece solo querer follarte y cuando no está con eso, te trata mal. Date cuenta, Louis.

Y quizá Niall tiene razón, pero Louis no quiere rendirse tan fácil. Él aún puede soportar muchos golpes emocionales más.

—Que sea difícil no significa que sea imposible —dice orgulloso—. O si no, ahí está Liam. —Señala con su caramelo al castaño de lentes sobre el suelo—. Él es todo un nerd y logró meterse en los pantalones de Zayn Malik.

Las mejillas de Liam se tornan de un color rosado y desvía su vista apenado.

—Pero terminaron y Zayn es ahora el mismo hijo de puta de antes, incluso peor. ¿Qué pasó ahí, Liam? —pregunta mientras mira al castaño—. Ahora que lo pienso, nunca nos has contado esa historia

—Bueno, no tengo mucho tiempo conociéndolos —responde de inmediato—. Además, Zayn es pasado. No me importa nada.

El ojiazul rueda los ojos, incrédulo.

—Mira, Liam —inicia el castaño—. Niall podrá creerte ese cuento porque, ya sabes, el tinte lo vuelve estúpido.

—¡Oye!

Liam ríe y Niall le tira un cuaderno a Louis, sin embargo, éste logra esquivarlo.

—Como te decía, Li —continúa—. Yo  he visto como te pones cuando Zayn está cerca, y también he notado que debajo de esas feas camisas llevas puesto ese collar que te regaló cuando cumplieron dos meses.

Liam agacha su mirada e inmediatamente después lleva sus dedos a su cuello.

—Y está bien, amigo. No tienes que contarnos que pasó, son tus problemas, pero... no te niegues a las cosas que sientes, eso es feo.

El de ojos marrón suspira.

—Yo, no lo sé, es que...

—Shh —sisea el más bajo—. Solo quiero que tengas en mente que puedes confiar en mí y en la rubia, ¿de acuerdo?

Liam muerde su labio.

Niall le dirige la mirada y le regala una sonrisa.

—Lo que la pequeña puta dijo —dice señalando a Louis con la cabeza.

El ojiazul rueda sus ojos y Liam suelta una carcajada.

—Muérete o algo, Niall —responde mientras lame su paleta—. Es más, yo te mato. Me encantaría apretar tu cuello asqueroso con mis preciosas manos de porcelana.