—Tú en serio quieres volverme loco —dice el chico del cigarrillo. Una mano empuñando la correa de su mochila y la verde mirada fija en un par de piernas regordetas.
Escucha una risa y, justo después, sus ojos encuentran otros ojos y, quizá también, un destello de encanto.
—Buenos días, cariño —dice una voz acaramelada. Su pequeña mano hace bailar sus dedos en un coqueto saludo y sus labios son más rosados que de costumbre.
El rizado pone sus ojos en blanco y expulsa humo de su cigarrillo.
—¿Por qué te has puesto ese short tan corto, Tomlinson? —cuestiona. Sus pasos acelerándose hasta alcanzar al pequeño y caminar a su lado.
Louis alza sus hombros de inmediato y peina su flequillo con elegancia.
—Hace calor —responde simple aún sabiendo que la temperatura no excede los 12°C.
Nota al ojiverde negar con petulancia y botar la colilla de su Marlboro al césped.
El pequeño jura que, cuando logre convertirlo en su novio, lo obligará a recoger todas y cada una de las colillas que encuentren en el camino cuando paseen por el parque, o algo así.
—Yo puedo quitarte el calor a cambio de que no vistas así en la escuela.
Bien, ahora el ojiazul detiene sus pasos y suelta una risa descarada.
—¿Qué? —pregunta incrédulo—. ¿Eres mi papá o...?
Harry le barre con la mirada.
Sus ojos verdes escudriñando cada milímetro de aquel cuerpo curvilíneo. Se siente embelesado con la preciosa imagen de Louis vistiendo esos pequeños shorts y ese diminuto pedazo de tela rosáceo sobre su torso.
—Te ves demasiado lindo —dice en tono serio—. Ningún coqueto que guste de mí puede pasearse así frente a otros, Tomlinson.
Los ojos del castaño ruedan con fuerza.
—¿Por qué no vas por ahí a contaminarte los pulmones con tus tontos cigarrillos en lugar de andar de machito conmigo? —cuestiona algo chillón. Arruga su nariz y frunce el ceño al escuchar reír al rizado frente a él.
—¿Qué mosca te picó? —responde el más alto—. ¿Te convertiste en una niña chillona? ¿Dónde dejaste a mi coqueto enfadoso?
—Qué te importa —responde y gira su cuerpo para iniciar a alejarse del ojiverde.
Harry le mira consternado.
¿Por qué de repente la pitufina parece tener una pizca de carácter?
No, peor aún...
¿Por qué Harry está siguiendo sus pasos como perro faldero?
—Hey, ¡ven acá! —exclama detrás de aquel pequeño cuerpo—. ¡Coqueto!
Pero Louis no se detiene, Harry está completamente seguro que puede ver sus piernas moverse con más rapidez y que, a cada paso que da, un trozo de su propia dignidad queda en el suelo.
—¡Tomlinson! —vuelve a exclamar.
Y esta vez, el de cabellos caramelo se gira. Gesto molesto y mirada acusadora.
—¿Qué?
Hay un pequeño silencio.
El rizado sigue empuñando la correa de su mochila y su mirada se concentra en las bonitas facciones de aquel pequeño.
—Yo, uhm... —Su mirada se clava en los ojos azules y frunce el ceño—. Dame un beso —dice en tono demandante.
Louis alza una ceja.
—¿Perdón?
—Que me beses.
El pequeño ríe.
Una de sus manos se posiciona en su cadera y se burla en la cara del más alto.
—Bésame tú si tantas ganas tienes.
Harry le mira despectivamente y aprieta más sus puños.
¿Qué está pasando?
No lo sabe, pero no le agrada.
—Bien, me largo —anuncia con molestia y gira su cuerpo fuerte.
Sus pasos inician un nuevo camino con enfado, sin embargo, cinco segundos después siente una fuerza tirar de su mochila y detenerlo.
—¿Qué caraj... —Alguien gira su cuerpo y justo después recibe un beso corto sobre los labios gruesos.
Sus ojos se cierran un segundo y, quizá, se permite disfrutar del sabor dulce que baña su lengua. La punta de su nariz se frota un poco contra otra pequeña nariz y aprovecha un poco para aspirar el aroma a una fragancia malditamente dulce.
Hay un suspiro que entra a su boca y siente una sonrisa sobre su propia sonrisa.
—Sabes a tabaco —Escucha decir al castaño—. Eww.
El rizado rueda sus ojos y, cuando apenas intenta dar una respuesta, siente una pequeña mano empujar su cuerpo.
—¡No me beses con la boca sucia, Styles! —exclama sonriente.
Sus pasos cada vez más lejos y las mejillas de Harry cada vez más calientes.
Coqueto 1 – Harry 0
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𝑺𝒕𝒓𝒂𝒘𝒃𝒆𝒓𝒓𝒊𝒆𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒊𝒈𝒂𝒓𝒆𝒕𝒕𝒆𝒔.
Fiksi Penggemar"𝐻𝑒 𝑠𝑖𝑑𝑜 𝑢𝑛 𝑡𝑜𝑛𝑡𝑜 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑓𝑟𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑦 𝑙𝑜𝑠 𝑐𝑖𝑔𝑎𝑟𝑟𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑛 𝑎 𝑡𝑖".