𝑡𝑟𝑒𝑠

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-Así que... ¿estás en algo con el chiquillo caliente? -pregunta un pelinegro mientras exhala el humo de su cigarrillo.

El rizado a su lado encoge sus hombros. Su vista está clavada en el camino que le lleva a su casa y sus manos se resguardan del frío de la noche dentro de su chaqueta de cuero.

-No -responde de inmediato-. No sé.

El chico del cigarrillo alza una ceja.

-¿Ya te lo follaste? -pregunta divertido y da una calada más.

-No. El marica no se deja y eso está estresándome.

-Ah, ¿se hace el difícil?

-Algo. Es un jodido niño coqueto que cree que va a encontrar el amor con un cabrón como yo. -Suelta una risa-. El muy imbécil me provoca y cuando al fin parece que va a darme algo, solo... se va. Quiere un puta cita y a mí no me gustan esas estupideces.

El pelinegro ríe. Deja caer la colilla de su cigarro al suelo y la pisa, fuerte.

-Vaya tonto, ¿eh? -dice y detiene su andar para dirigirle la mirada a su amigo de ojos verdes-. Tiene buen culo, no voy a negarlo, pero parece un niño muy estúpido. Búscate otra puta, Styles.

Harry le mira alzando una ceja.

-Quizás debería de fijarme en su amiguito el rubio. Parece buen pasivo. -Encoge sus hombros.

-¿Horan? -Ríe-. Oh, no. Ese rubiecito es mío.

El rizado le da una mirada de sorpresa.

-¿Te gusta el rubio? -cuestiona asombrado-. No pensé que fuera de tu tipo, ya sabes, desde Liam y...

-Bah. -Alza su mano para hacer callar al más alto-. Liam parecía buen chico, demasiado mojigato y resultó ser un hijo de puta. No me lo recuerdes.

Harry asiente mientras ríe.

-Quizas Liam debería salir con mi puta. Ya sabes, a ambos les gustan esas mierdas cursis.

Hay un silencio.

El rizado mira al cielo y su amigo observa el suelo. Ambos pensando en chicos que quieren y que, si fueran menos idiotas, quizás podrían tener.

-Quizás -responde después de unos segundos el chico de cabellos negros-. Cómo sea, debo irme. Waliyha quiere que la ayude con un proyecto escolar.

Harry sonríe.

-¿Un nuevo tinte?

El chico tuerce su boca en un gesto de desagrado.

-Algo así. Le gusta practicar con mi cabello, pero no me quejo, esos colores me han conseguido algunos chicos.

El rizado rueda los ojos, divertido.

-Como digas, Zayn. Como digas.

-Nos vemos, Styles -dice el de ojos miel antes de desaparecer del otro lado de la calle, calmado.

Harry le mira con una sonrisa y alza su mano en forma de despedida.

Emprende de nuevo el camino hasta su casa, que en realidad no es tan largo, le faltan tres cuadras por recorrer y tiene un par de cigarrillos que lo acompañan junto a un bonito cielo estrellado.

¿Qué más puede pedir?

Su mano recorre los bolsillos de su chaqueta de cuero y logra sacar de ella su encendedor y cajetilla. Una sonrisa pinta sus labios y los toma rápidamente. Da una calada que aviva el fuego y siente de inmediato el humo y tabaco adueñarse de su sistema.

Y eso es él.

Cigarrillos, noche y problemas.

Camina lento. Su vista puesta en como la ventisca nocturna hace bailar las copas de los árboles. Observa a un par de niños correr por el llamado de su madre y ve también a un pequeño muchacho abrazándose a sí mismo en una banca de aquel parque cercano a su casa.

¿Acaso es...?

Rueda los ojos.

¿Qué clase de clichés están pasando en su vida?

Cruza la calle y acelera sus pasos hasta llegar a la banca donde su "puta cliché" descansa. Nota un suéter de lana envolver sus curvas y sus ojos azules siendo cubiertos por sus parpados mientras que el aire mueve su flequillo tan patéticamente ridículo y perfecto que siente deseos de vomitar.

-¿Es aquí dónde vienes a soñar conmigo? -pregunta una vez que siente que ya ha admirado suficiente aquel rostro aniñado.

El chico se sobresalta un poco y le dirige la mirada azulada denotando el susto.

-¡Mierda! -exclama con la mano sobre su pecho-. ¿Harry?

El ojiverde rueda los ojos y lleva el cigarrillo a su boca para dar una nueva calada.

-Hola, coqueto. -Sonríe arrogante-. ¿Qué te trae a este parque de mierda en este barrio de mierda a esta hora de mierda con este frío de mierda?

El castaño frunce su ceño de inmediato.

Hay un pequeño silencio.

Suspira.

-En serio que en mis sueños eras mucho más amable y decente -dice con tono de enfado.

Harry exhala el humo del cigarrillo y estira uno de sus brazos sobre el respaldo de la banca, casi rodeando los hombros de Louis pero sin llegar a tocarlo.

-Eso no responde mi pregunta de mierda.

Louis gira sus ojos.

-Mi padre vive a un par de cuadras de aquí. Yo vine a visitarlo para... -Duda un momento y dirige su mirada hacia el rizado que le mira atento.

-¿Para?

Un suspiro sale de los labios finos.

-Recoger un dinero.

Harry asiente de inmediato y después escupe al suelo. Devuelve la vista al pequeño y sonríe sin perder la arrogancia.

-Yo también vivo por aquí. -Da una calada más al cigarrillo-. ¿Vienes en auto o algo?

El castaño asiente y acomoda su flequillo delicadamente mientras un par de ojos esmeraldas le miran atentos.

-Sí. Está por allá -responde y estira su brazo señalando un auto aparentemente grisáceo a unos cuantos metros de distancia.

El rizado se pone de pie de inmediato y tira la colilla de su cigarrillo.

-Vamos, entonces -dice y ladea su cabeza señalando el camino-. Es tarde y este barrio es un asco. Ve a casa.

Louis suelta una risa.

-No quiero irme. Este parque me agrada, además, la noche es estrellada y el frío es perfecto -responde con simpleza y enreda sus piernas para imitar el sentado de un indio-. Vete tú, Styles.

El rizado rueda sus ojos, frustrado.

-Eres terco, Tomlinson.

El pequeño asiente descarado.

-Y hermoso, pero algunos chicos no me valoran -suspira dramáticamente-. Qué desperdicio, ¿verdad?

Harry sonríe con una pizca de ternura. Sacude su cabeza y devuelve las manos a sus bolsillos.

-Adiós, coqueto -dice antes de girar su cuerpo e iniciar a caminar.

Da un par de pasos logrando avanzar unos cuantos metros y, cuando cree que el ojiazul ha quedado atrás, escucha unas pequeñas pisadas corriendo en dirección a su propio cuerpo.

-¡Harry! -exclama una voz fina a sus espaldas.

El rizado se gira encontrando al pequeño castaño con los cabellos revueltos y los labios entreabiertos.

-¿Qué?

-¿Alguna vez saldrás conmigo? -pregunta cansado. Aparentemente el pequeño necesita realizar más actividad física.

Harry le dedica una sonrisa.

-Sigue soñando, coqueto.

Un guiño y desaparece; como siempre.

𝑺𝒕𝒓𝒂𝒘𝒃𝒆𝒓𝒓𝒊𝒆𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝑪𝒊𝒈𝒂𝒓𝒆𝒕𝒕𝒆𝒔.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora