C17: Vulnerabilidad.

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—Bien, Richard...la verdad es que no podemos seguir aplazando esto—decidió la pelinegra colocando las palmas de sus manos sobre el libro de texto abierto encima de la mesa.

Richard la contempló en silencio y asintió sin muchas ganas pero no emitió ningún tipo de sonido lo cual para la chica era un tanto extraño. No es que él fuese la persona más parlanchina sobre la faz de la Tierra cuando estaban juntos las palabras salían tan fácilmente de sus labios. Y no entendía porque ese día era diferente. —Bien...—se limitó a decir y las cejas de la muchacha se fruncieron de inmediato.

—Okay...—alargó.—¿Qué es lo que te pasa el día de hoy?—preguntó Isabella apoyando su espalda en el respaldo de la silla de metal en la que estaba sentada en el jardín de su casa.

Richard la observó a los ojos y ella automáticamente se volvió pequeñita sobre su asiento.—¿De verdad quieres saberlo...?—cuestionó.

—Bien...pues si te lo estoy preguntando es porque realmente quiero saber ¿no lo crees?—musitó cruzándose de brazos.

—Realmente no puedo creer que le hayas contado a Christopher que irás al campamento y a mí no que se supone que soy tu...—Isabella enarcó una de sus cejas y Richard resopló.—lo que sea...—masculló de mal humor sintiéndose completamente idiota.

¿Cómo es que podía reprocharle cualquier cosa a Isabella si realmente él no tenía ningún título oficial en su vida. Sólo era el chico con el cual compartía besos y eso era todo. Ella se quedó en silencio observándole fijamente sin mover un solo musculo. Enarcó lentamente una de sus cejas y una sonrisa burlona se instaló en sus labios.—Richard...

—No es gracioso—reprochó mordazmente.

—¿En serio estás haciendo un número de novio macho celoso, descerebrado y retrograda sólo porque le conté a uno de mis amigos que iría al estúpido campamento?—cuestionó—ni siquiera quería ir pero Jimenna estaba insoportable diciendo que no podía faltar...—le explicó simplemente.—Además, no sabía que tenía que contarte sobre cada paso que diera pero si eso es lo que quieres te prometo que hoy en la noche armo un itinerario sobre mis actividades para esta semana y mañana te lo doy en la universidad...—le espetó.

Richard suspiró.—Lo siento...—murmuró.—No es que quiera que me informes sobre cada paso que das...es sólo que me pareció...es una estupidez—decidió.

Ella rio en voz baja.—Realmente no entiendo porque estás tan celoso de Christopher...él sólo es mi amigo, de la misma manera en la que Joel lo es...—él negó.

—No estoy celoso—decidió.

—Ah, claro que no...—se burló la chica.—Lo digo en serio...

—Perdón...—susurró.—Es que...me desespera porque quiero decir tantas cosas y a la vez sé que no puedo porque eso sería como firmar mi sentencia de muerte con Zabdiel...quiero decirle a Christopher que tú estás conmigo pero sé que tú te molestarías si lo hago y...—ella negó.

—No sabía que fueses un chico con inseguridades...—comentó.—para ser tan...¿sexy? Eres bastante inseguro de ti mismo...—él se echó a reír.

—No soy inseguro de mí mismo...—le informó—es que... espera un momento—pidió.—Dijiste que soy sexy...—musitó con una sonrisa tonta en el rostro.

Las mejillas de Isabella se tornaron un poco rojizas y negó nerviosamente—No lo dije...

—Claro que si—demandó Richard.

—No.

—Sí.

—¡No!

—Como sea—replicó él.—No soy inseguro de mí mismo, lo que pasa es que contigo todo es tan...especial que no quiero que nada salga mal ¿sabes?—murmuró.—Sin que suene cursi o algo parecido esta es la primera vez que me enamoro y...a veces no sé como manejarlo...siento que cualquier cosa que haga puede terminar con toda la magia que tenemos cuando estamos juntos...—ella sonrió.

EL DIARIO DE UNA REBELDE|R.C.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora