C27: Códigos de familia.

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—Mamá...—la llamó Zabdiel.—Yo también necesito hablar contigo de algo muy serio...

—Qué bueno que llegaron porque también quiero hablar con ustedes y es algo completamente delicado y de suma importancia—anunció la mujer sin apartar sus ojos marrones de los suyos

—¿Qué es lo que pasa...? ¿Está todo bien...?—cuestionó el muchacho con una mueca de incredulidad pintada en el rostro.

—¿En dónde está tu hermana? Llámala que también es importante que ella comprenda el mensaje que quiero darles...—Zabdiel pestañeó.

—De eso precisamente es de lo que quiero hablarte—respondió frunciendo los labios. El rostro de la mujer de contrajo y Zabdiel dejó escapar un largo suspiro.

—¿Qué es lo que pasa...?

—Sammirya...—anunció.

—Me parece tan horrible lo que ustedes le han hecho a tu prima...—replicó ella.—¿En dónde quedaron los chicos que con buenos sentimientos que pasaban el rato jugando en el patio, eh? ¿Dónde están los niños que jugaban juntos sin pleitos?

—¿De qué estás hablando, mamá?—preguntó el muchacho más que confundido.

—Sabes muy bien de que estoy hablando, Zabdiel—él negó.

—No, mamá. De hecho no tengo ni la más remota idea de lo que me estás hablando así que vas a repréndeme por eso creo que al menos merezco saber que es o que está pasando... ¿no lo crees...?—replico Zabdiel ofreciéndole una mala mirada.

—¡De Sammirya!—se quejó—Apenas llegó del campamento me contó todo lo que pasó allá, de la manera tan despiadada y ruin en la que la trataron Isabella y tú...—él soltó un gemido de protesta y negó de nueva cuenta.

—¿Qué?—replicó—Ah, déjame ver...si dices que Sammirya te contó todo lo que pasó en el estúpido campamento entonces supongo, mamá que también te contó que se llevó a Isabella, Christopher y Joel y que nadie tiene ni la más remota idea de donde diablos están... ¿te lo dijo, mamá?—ella abrió sus ojos completamente sorprendida y se llevó sus manos para cubrir su boca tratando de no soltar un grito.

—¿Qué barbaridad estás diciéndome, Zabdiel De Jesús?

—Creo que este es el momento en el que comienzas a creer en nosotros y no en el resto de las personas—musitó él de mala gana.—Todo este tiempo te la has pasado creyendo que nos conoces pero en realidad no lo haces...

—Zabdiel...

—Sé que nunca te dije nada porque yo creía que era grosero hacerlo, de alguna manera juzgaba la actitud de mi hermana porque realmente tenía miedo alzar la voz para defender las cosas que quiero y defender mis principios ¿pero sabes una cosa, mamá?—estalló.—¡Estoy cansado! Estoy tan cansado de que creas en todos menos en los que se supone que son tus hijos...

—¡Para ya!—le espetó la mujer.

—Haces esto porque en realidad no nos conoces, todo este tiempo te la has pasado yendo de un lugar a otro haciendo las cosas que crees que son las correctas para nosotros, trabajando para dejarnos un buen patrimonio ¿pero sabes una cosa? La vida no se trata de si tienes dinero o no. Puedes tener todo el maldito dinero del mundo y vas a tener una buena pero eso no significa que vas a ser feliz...—negó—Hubiese preferido un millón de veces más que fuésemos pobres porque al menos así tú y papá iban a estar con nosotros todo el tiempo...

—¡Zabdiel...!

—¿Y sabes que, mamá? ¡Todo esto viene de su estúpido código de familia!—masculló de mala gana.—¡Isabella es completamente admirable! Defiende las cosas que piensa, defiende sus creencias. Ama la vida de una manera diferente a la nuestra y por eso es admirable...no se deja llevar por las cosas que la rodean...y ni siquiera tú enviándola a un jodido internado todos estos años lograste cambiarla...

EL DIARIO DE UNA REBELDE|R.C.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora