Lian's Story: One-Shots (Vol. 1)

Amigos de por vida

Kopa

Ese día estaba confundido.

Había estado pensando en lo que mamá me había dicho sobre las hienas el día que conocí a Asante. Que ellas habían hecho mucho daño al reino hacía tiempo atrás, antes de que yo naciera. Que eran seres malvados. Que leones y hienas eran enemigos.

Pero, ¿cómo podía ser eso verdad? 

Asante no era ninguna de esas cosas. Ella nunca lastimaba a nadie, ni era malvada, y además era mi amiga. Pero si mamá decía eso de las hienas, entonces tal vez no sería buena idea presentarle a Asante. Todo tenía que ser un secreto. Me divertía mucho con ella, yo quería poder llevarla a casa y presentarle también a Vitani. Y me hacía sentir mal no poder hacerlo.

Cuando encontré a Asante ese día, acordamos que iríamos a perseguir grillos a la pradera. Pero en el camino encontré algo que me distrajo: una colonia de hormigas siendo acechadas por un gecko verde. Eso me recordó lo que había estado pensando y decidí detenerme.

- Espera un momento - le dije a mi amiga.

- ¿Por qué?

- Ven a ver esto.

Ella puso cara de confusión, pero se acercó y observó las hormigas conmigo. Formaban una linea para llevar algunos trozos de hojas hasta su hormiguero. Pero el gecko se acercó a ellas sigilosamente y empezó a devorarlas, cada una de un solo lengüetazo.

- Mi padre dice que nosotros no podemos cambiar el curso de la naturaleza - le expliqué. Al ser una hiena, tal vez no sabría nada del Ciclo de la Vida. - Los geckos son depredadores de las hormigas. Son enemigos. Geckos y hormigas nunca podrán llevarse bien.

Asante pareció saber a qué me refería, pues arrugó las cejas y puso cara seria. Entonces ella empujó al gecko con la pata hasta dejarlo bastante lejos de las hormigas, y dijo con un sonrisa:

- Pues mira eso, ¡cambié el curso de la naturaleza! Ahora soy amiga de las hormigas.

Suspiré.

- ¿Crees que... leones y hienas puedan ser amigos? - pregunté.

- Nosotros lo somos, ¿no? - su sonrisa creció. 

- S-supongo que sí.

- Tengo una idea - exclamó. - Ven al Cementerio de Elefantes conmigo.

Retraje las orejas.

- No lo sé... papá dice que es peligroso ir ahí. Y últimamente me he metido en tantos problemas...

- No pasará nada - rió. - Volveremos antes de que alguien se de cuenta. Conozco un río que pasa por ahí, y esta tan solo que podemos arrojar piedras. Vamos, Kopa. ¿O tienes miedo?

Aunque su idea no me convencía del todo, quería demostrar que el Cementerio no me aterraba. Así que seguí a la hiena de camino hasta el borde del reino. El Cementerio estaba bastante solo cuando llegamos, lo cual me hizo sentir mejor y más seguro. Siempre había escuchado que era un lugar horrible, pero en realidad no se veía tan mal. Asante hablaba mucho y hacía el camino más alegre. Hubo un momento en que incluso olvidé a donde estábamos caminando.

Entonces llegamos al río. Para estar en medio del Cementerio de Elefantes, el lugar era bastante bonito. Asante corrió hacia el agua.

- ¡Ven, Kopa!

- ¿Segura?

- Acércate, no pasa nada - insistió mi amiga. - Busca algunas piedras. Te enseñaré a arrojarlas para que brinquen en la superficie. Es muy divertido ver cómo rebotan. Mira esto.