Cuentos y microcuentos de muerte y locura.

Una mirada desde la oscuridad.

- ¡Nos observa a todos! - Gritaba aquella mujer de cabello enmarañado, con su mirada enloquecida desde el callejón entre la iglesia y el cementerio.

La mayor parte de la gente que pasaba por ahí, le dedicaba una única mirada asqueada por el rabillo del ojo antes de apresurarse a su destino. Otra minoría se detenía a dejarle una que otra moneda, con la lástima y la pena saliendo de ellos.

- ¡Pueden mirarme de esa forma todo lo que quieran! -, vociferaba, mientras algunas gotas de saliva salían disparadas de su boca, haciendo que los transeúntes más cercanos a ella retrocedieran asqueados -. ¡Pueden juzgarme! ¡Tacharme de loca! ¡Pero cuando llegue el día en que el venga por nosotros, cuando nos haga enloquecer hasta matarnos unos a otros haciendo que la sangre corra por las calles, mientras se escuchen gritos de muerte, locura y desesperación, cuando ese día llegue, se arrepentirán de no haber escuchado a esta vieja que tuvo la razón! ¡Que todas estas palabras que ustedes consideran una total estupidez, son ciertas!

A unos cuantos metros, de la entrada del cementerio salio un muchacho con sombras oscuras bajos los ojos y el cabello todo desordenado, admiro desde la lejanía la escena antes de apresurarse al lugar, la vergüenza rápidamente reemplazando el cansancio en su rostro. Llegó justo en el momento en que la mujer de mirada enloquecida detenía por el brazo a un anciano mientras le escupía palabras en la cara.

-... Escúchame! ¡Algo terrible te ocurrirá a ti y a los tuyos! ¡El tiene su mirada clavada en ustedes! ¡Cuida lo que comes! ¡Nunca sabes cuando te podrán envenenar! -, sus ojos increíblemente abiertos estaban fijos en los del anciano, mientras intentaba quitarle una bolsa que este cargaba.

- ¡Suélteme ya señora! - forcejeo un momento para luego con un empujón librar su brazo del fuerte agarre de la mujer -. ¡Esta usted loca!

Sosteniendo firmemente su bolsa dio media vuelta yendo en dirección al muchacho y deteniéndose un segundo para mascullar un- : Controla a tu madre, Luke -, y desaparecer en la lejanía.

- Lo siento... -. Susurro a su espalda antes de acercarse rápidamente a su madre, que ya le gritaba en el oído a otra señora.

-¡No escuches a esas voces que susurran en tu mente! ¡Es él intentando llevarte por el mal camino! ¡ALÉJATE DE CRISTALES Y VIDRIOS! ¡Te puedes arrepent-...

- ¡Mamá! ¡Tranquilízate ya! ¡Deja de hacer estos escándalos! ¡Asustas a la gente! - Decía Luke mientras le dirigía una mirada apenada a la mujer que se alejaba apresurada -. Nos vamos a casa ¡Ya!

-¡El mal está aquí hijo! ¡¿Es que acaso no lo ves?! - la mirada de la mujer buscaba con desesperación la de su hijo -. ¡Está aquí desde el día en que esos niños profanaron su hogar y uno escapó! ¡ESTA AQUÍ PARA COBRAR VENGANZA! Debo advertirles a tod-...

- ¡Cálmate mamá! Debes tomates las pastillas ¡estas viendo cosas extrañas! ¡Cosas que no están ahí!

- Veo lo que nadie quiere ver ¡Lo que tú no quieres ver! -, lo agarro firmemente de los antebrazos -. El nos hará daño a todos, el nos ve desde la oscuridad y enciende los malos sentimientos en nosotros ¡En todos nosotros! El causa la muerte de los niños, el asesinato de los inocentes, como John, implanta la locura y el dolor en algunos ¡Lo hizo con Monserrath, tu novia! ¡La Introdujo en aquella pena profunda! ¡Él causó, causa y causará todo!

- ¡Cállate! - Furia y dolor se reflejaba en los ojos de Luke - ¡Por favor cállate, mamá! ¡Monserrath se suicidó! ¡Ya no pudo soportar más! ¡No hay nada detrás de eso! ¡Lo intento muchas veces hasta que lo logró! ¡No se pudo hacer más! -, sentía un nudo en la garganta y las lágrimas a punto de salir -. No pude hacer más... - susurro, su voz quebrandose.

De repente y sin previo aviso, su madre soltó un alarido y retrocedió unos cuantos pasos, su rostro reflejando el terror en estado puro, levantó un dedo tembloroso y señaló a algo a la espalda de su hijo mientras susurraba -: Él está ahí...

Luke volteo lentamente la cabeza para mirar hacia atrás, por su cuerpo paso un escalofrío y lo invadió el horror y temor al ver a unos ojos brillantes observándolo desde la oscuridad...

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