Calidez

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En su última noche de vacaciones, los paladines decidieron que lo mejor sería hacer una fogata.

Después de todo, nada mejor que una típica fogata para despedirse de Cuba, quizás por cuanto tiempo más.

Hunk estaba preparando los malvaviscos, con una fascinada y curiosa princesa preguntándole por esa extraña tradición de la tierra.

- Oigan ¿Y Keith?.-Pregunta Lance acercándose a sus amigos. No logra ver al salmonete por ningún lado.

-Oh, hace un tick recibió una llamada de Shiro y se fué apresurado.-Respondió la albina encongiendose de hombros.

El moreno río levemente. Típico de Keith.

-Vaya, si que se me antojaba algo dulce.-Sonríe Pidge. Lance se gira a verla, sorprendido. Está con el mismo lindo vestido que Allura le consiguió para la cena la cena con sus padres.

Al ser observada fijamente, la castaña se sonroja levemente, acomodando sus anteojos.

Allura se limita a sonreír, Lance resultó ser más dulce de lo pensado.

Se ríe discretamente junto a Hunk, ambos sin querer interrumpir a sus amigos.

-Ya regresé.-Keith trota hacía ellos, la ojiazul le mira dulce. El le sonríe de la misma manera.

-¿Entonces cuando regresamos?.-Pregunta Pidge.

-Oh...-Keith se sonroja un poco, de nuevo se distrajo con la alteana, lo que significaban vergonzosas burlas de Lance apenas se encontraran solos.

-Se supone que nos vendrán a buscar en la mañana.-

-Eso es algo tonto.-Se queja el cubano.-Perfectamente podemos llamar a los leones.-

-Los leones no son un auto Lance, solo sigue las reglas.-Responde el azabache.

-Mira quien habla sobre seguir reglas.-Se burla el más alto, aunque por poco. El asiático es un poco más bajo por centímetros.

-¿Qué esta...?.-

-¡Ya están listos los malvaviscos!.-Exclama el moreno más grande. Les tiende a todos unos pocos.

-Vamos cariño.-Una pequeña y delicada mano le toma del antebrazo. Mira los brillantes ojos frente a él, Allura está realmente emocionada por algo tan tonto como una fogata.

Con un calor en el pecho, el paladín se derrite un poco, y asiente dejandose guiar por su chica.

-Miralo, tan débil por unos ojitos bonitos.-Murmura Lance. Pidge pone los ojos en blanco, antes de arrastrarlo junto al resto.


(...)

Después de un montón de dulces malvaviscos algo quemados, y de muchos patéticos intentos de historias de terror por parte de todos (sobretodo de Lance) todos se quedaron en silencio. Uno relajante.

-Oye Keith ¿No tienes tu guitarra por ahí?.-Pregunta Lance, curioso. El ojipurpura, que estaba enfrascado en una conversación con su novia le mira sorprendido y algo avergonzado.

Vacaciones En Cuba// Voltron KalluraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora