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Graham había visto a Damon muchas veces, ¿qué si lo conocía?, claro que sí, ese chico traía revolucionado al colegio desde que llegó, era extrovertido, siempre destacaba en las presentaciones de variedades de la institución, parecía un tonto, los otros hombres le tenían maña y lo maltrataban llamándole gay de pura envidia y aún así las chicas seguían derritiéndose por él; así que cuando el ojiazul se acercó en su dirección no sabía qué esperar.

¿Lo comenzaría a molestar?, ¿lo metería en más problemas?, ¿comenzaría a golpearlo a él para desquitarse y ganarse el respeto del resto?, de repente por su cabeza se pasó el pensamiento de que podrían ser amigos y eso le dio cierta alegría extraña. Cuando le contó sobre sus planes, a pesar de que aquella composición no le había agradado mucho, sintió que había encontrado un aliado que lo ayudaría a encontrar exactamente lo que él estaba buscando.

Debe ser que a la edad en que se conocieron empieza la etapa de operaciones formales, y se deja de pensar definitivamente como un niño pequeño para comenzar con el pensamiento abstracto que a pesar de que su amistad comenzaba recién a gestarse se convirtió rápidamente en la más importante que habían tenido en la vida, transformándose en mejores amigos para siempre, a pesar de no decirlo, esa era la impresión que habitaba en sus cabezas.

"Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo?,Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto."

Decía la biblia y así lo hicieron realidad ellos, dos muchachos luchando contra los malos tratos, creando arte, hablando de dinosaurios, de cosas locas, creando poesía, haciéndose reír el uno al otro y simplemente recostados juntos, reposando sin hacer o decir absolutamente nada, durmiendo, haciendo análisis profundos dentro de sus cabezas o simplemente disfrutando de la compañía del otro.

Aunque para ambos la preadolescencia y adolescencia fueron etapas que los sometieron a las mismas pruebas e idénticos dolores, cada cual afrontaba los problemas de diferente manera; A Damon le sirvieron para volverse un tipo fuerte, que obtuvo un ego tremendo, una fortaleza poderosa que lo alzaba hacia las nubes. Graham siempre implosionaba derrumbándose, llorando, haciéndose cada día un poco más débil o, en un par de ocasiones, estallando en una ira tremenda, era como si dentro de él hubiese carburo de tungsteno y un núcleo de plutonio, luchando por no colisionar, pero lo hacían dejando a su paso desastre. Damon siempre fue material dispuesto para recomponer todo tipo de catástrofes, siempre tuvo los brazos abiertos, esperando por cerrarlos en un cálido abrazo contenedor y de paso apretujar un poco aquel cuerpo. En contraposición (o a cambio), el castaño siempre le fue sumiso, al trabajo musical hacía grandes aportaciones, pero el rubio siempre tomaba la decisión final. 

Coxon le dejaba tomar el control y si había algo que a Albarn le gustaba era precisamente eso: (en honor al significado de su nombre) tener el control de absolutamente todo.

Graham parecía ir siempre un paso más atrás y es que cuando Damon acababa de perder la virginidad, el otro estaba urgido porque a sus 15 años había una linda muchacha que le había pedido ser novios y él nunca había besado a nadie.

-Damon, Damon, Damon, tengo una novia- dijo Graham, otra vez mezclando emoción y angustia.

- ¡Pues felicidades! - Replicó el aludido sonriendo mientras hacía una seña para que se sentara a su lado y así poder abrazarlo.

- ¡No entiendes!, yo nunca he besado a nadie, no sé como se hace eso. Ni siquiera he tenido una cita, ¿qué voy a hacer?, ¿Qué va a pensar de mí?, ¿qué...-

- ¡Shhht!- Fue interrumpido- Déjaselo a papá Dames.- sonrió.

- ¿Cómo podrías solucionar eso? – preguntó el de ojos cafés mientras sostenía una mueca en la cara.

- ¿Cuándo te he decepcionado, pajarito?, ¿Cuándo? – cuestionó con expresión de autosuficiencia. – Nos juntamos a las 3 en la plaza y yo te digo todo lo que hay que saber, ¿vale?-

El otro chico asintió y así dieron por terminado el tema para continuar hablando de otras cosas más triviales.

La fecha y hora llegaron, Graham llegó nervioso mientras vio a Damon que lo esperaba sentado en una banca, noto que en ese momento se había vestido especialmente lindo y debido a la humedad de sus cabellos, pudo notar que estaba recién bañado, al acercarse a saludar pudo sentir un agradable perfume.

Se dieron el abrazo de siempre y caminaron en silencio un kilómetro hasta llegar a orillas del río, Coxon abrió los ojos muy impresionado al notar la belleza del lugar, se extrañó al ver dos botellas sumergidas amarradas por dos lindas cintas de diferentes tonos de verde, se asombró aun más cuando su compañero las tomó, las abrió y le ofreció una.

-bebé. – Dijo calmado mientras él mismo le daba un sorbo a su propia botella.

-Es vino – intervino el otro después de tomar. -No deberíamos...-

- Ño dibiríamos – espetó en tono burlesco. - Solo será esta vez, a demás quieres que te enseñe como tener una cita y eso es lo que estoy haciendo, deberías darme las gracias. –

Ahora todo tomaba sentido para Graham quien pensaba que solo se habían juntado para conversar, enrojeció un poco y el nerviosismo se hizo presente al darse cuenta de que estaba teniendo una cita con su mejor amigo – Gra... gracias...- balbuceó agachando la cabeza.

Su expresión llenó de ternura al contrario mientras lo instaba a seguir bebiendo.

Continuaron con lo suyo por un largo rato, conversaron y rieron mientras acababan con el licor y este se les iba subiendo a la cabeza de a poco.

-Damon, no se besar- dijo el muchacho de ojos café, a penas, pues la motricidad fina comenzaba a abandonarlo.

- Cálmate- le contestó el otro tomando sus mejillas, lo miró con esa expresión tan intensa, la cual sabía que podía tener efectos en cualquiera, vio como el contrario apartaba la mirada y con los pulgares sintió como se elevaba la temperatura de sus pómulos mientras se tornaban de un color carmesí. Se acercó bien lento, intentando no perder el contacto visual y solo mirando los labios del contrario de reojo. Tocó sus labios con los propios, lento, suave, despacio, como si con cualquier movimiento brusco lo fuese a romper, disfrutó de la expresión del rostro contrario mientras llevó el beso lo más allá que le pareció posible y se alejó.

- En un programa de la tele vi que los besos reforzaban la amistad – se excusó sereno el ojiazul.

Graham guardó silencio, usualmente las palabras de Damon eran leyes que acataba sin mucho análisis de su parte, pero casualmente había visto el mismo matinal, así que le devolvió un beso similar.

"Para practicar más y estar más preparado" pensó.

Desde entonces que el sabor del vino le comenzó a recordar a su mejor amigo, a su tacto, su suavidad y la mágica experiencia del primer beso. Desde ese día cuando no tuviese a Damon podría tener un poco de vino que le diera consuelo y le ayudase a recordarlo.

 En el futuro le llevaría mucho tiempo de terapia volver a disociar el vino del maravilloso recuerdo que le evocaba.

NA: cabres, publico de nuevo porque los quiero y porque soy su esclave xD, creo que lo que estoy escribiendo me recuerda a cosas que ya he leído, así que me avisan si es plagio, ya no sé ni quien soy yo xD creo que hay un tipo que no entiende mi humor y a veces piensa que le estoy coqueteando... ayuda! xD cualquier sugerencia, reclamo o felicitación será bienvenida.

Graeme Alban. Gramon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora