Capitulo 40:

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- Lo has echo genial- comentó Vee mientras salíamos de la cancha. Seguía lloviendo y cada vez más fuerte.

- No sé como lo hice-dije-, pensé que la pelota era Tracy y le dí con todas mis fuerzas.

- Me parece que los celos te están haciendo efecto-susurró pero logré escucharla.

- ¿Qué dices?- enarqué una ceja y la miré incrédula. Tenía razón pero no se la daría-, no estoy celosa. La he odiado desde que entré a este colegio.

- Pero nunca te la imaginaste como una pelota en la clase de voley-me echó en cara-, además he visto a Zayn en la reja. ¿Qué hacía allí?

- No lo sé-contesté-, supongo que su clase había terminado.

- Oye, hoy no podré llevarte. Mi madre quiere que vaya rápido a casa porque quiere que pasemos más tiempo juntas- se lamentó-, no entiendo el porque. Desde que sabe que estoy saliendo con Harry me lo pide todo el tiempo.

- Debe ser normal, al parecer no quiere ver a su niña crecer- bromeé, ambas reímos-, entremos rápido a la escuela no quiero mojarme más.

- Me daré una ducha en el vestuario- comentó-, no pienso irme toda mojada a mi casa. Además tenemos que dejar la ropa en el canasto.

- Yo también me ducharé.

Cuando entramos fuimos directamente a los vestuarios. No eramos las únicas que querían ducharse antes de irse. Agarré una toalla y la ropa que había guardado en la casilla. En cuando se desocupara una ducha me metería yo.

- ¿Por qué tardan tanto?- se quejó Vee-, quiero que sepan que hay cuatro duchas y cuatro chicas aquí afuera esperando para usarlas.

- Cállate estúpida- bueno, con eso deduje que era Tracy la que estaba en una de las duchas.

Luego de esperar diez minutos a que saliera la rubia oxigenada y sus tres amigas pude ducharme. Dejé la ropa al costado de la ducha para cambiarme apenas saliera y colgué la toalla. Cuando prendí el agua caliente me dí cuenta que me estaba muriendo de frío, al parecer la lluvia se había llevado el calor con el que había empezado el día. A veces me preguntaba porque cambia tanto el clima aquí.

Agarré la toalla y me envolví en ella. Vee todavía no había terminado de ducharse.

- ¡¿Dónde esta mi ropa?!- exclamé, hoy era mi día de mala suerte.

- ¿Qué pasa?- pregunto Vee mientras apagaba la ducha.

- ¡Mi ropa!- no podía creerlo, no pudo haber desaparecido así como si nada-, no está. Estoy segura de que Tracy se la ha llevado.

- Tranquilizate- comentó Vee mientras agarraba su ropa y iba a uno de los cambiadores. La seguí y me quedé del otro lado de la cortina.

- ¡No puedo salir así, tengo que vestirme! Además, tendríamos que habernos ido hace diez minutos.

- Creo que tengo un jean y una remera en mi casillero-comentó-, ya sabes para esos días. Si me esperas aquí te los traigo.

- Apúrate- dije en modo de aceptación.

No debí haber dejado mi ropa allí. ¿Por qué no había pensado que Tracy me podía esconder o robar? En estos momentos me odiaba, todo me salía mal. Para colmo no me había dado cuenta que la escenita que habíamos echo con Louis en el campo de Baseball la habían visto todos y ahora pensaban que estábamos saliendo. ¿Qué más faltaba? ¿Algo malo más puede pasarme hoy? 

- ¿____, sigues aquí?- preguntó Vee mientras entre abría la puerta-, toma aquí tengo la ropa. Pensé que era un jean pero no.

- No importa, mientras sea para vestirme me conformo- contesté mientras le quitaba la ropa de la mano. 

Estoy ciego y tu eres todo lo que veo. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora