Esperanza.

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La puerta se abrió e Ian entró por la misma con un semblante mucho mejor, con su característica y deliciosa colonia que tenía un pequeño fondo olor a madera, lo primero que hizo fue mirar el inmenso ramo de flores y a su mamá con la tarjeta en las manos.

Los dos años que hemos estado juntos siempre ha sido muy celoso conmigo, por lo que no me sorprendió que haya puesto la peor de sus caras al ver las flores sobre la mesa, por mi parte no tenía la menor idea de quien las enviaba, sabía que Paradell era un apellido, pero ninguno de mis amigos lo llevaba, el apellido de Gia era Cósio y el de Joaquín era Mantilla.

Ian caminó hacia su mamá y le arranchó de sus manos la pequeña tarjeta sin ninguna delicadeza, al leerla su cara cambió de enojo a completa confusión, y luego volvió a tomar forma de enojo, a tal punto que sus mejillas tomaron un tono rojizo, totalmente colérico tomó las flores sin ningún cuidado, de tal manera que parecía las iba a lanzar al suelo, las sacó de la habitación no sin antes guardar la tarjeta haciéndola bola en el bolsillo de su jean.

-Dame un minuto, voy a hacer una llamada. –Fue lo único que dijo sin mirar a ninguna de las dos en específico antes de salir por la puerta echando chispas.

- ¿Talvez es algún admirador? –Pregunto Tania mirando hacia la puerta con voz bastante débil como si hablase para sí misma, a modo que si estuviera pisando en un suelo lleno de minas en donde das un paso en falso y puedes quedarte sin piernas.

No vi su comentario como si me estuviese atacando, es más cuando lo dijo parecía avergonzada siquiera de haberlo sacado y para ser sincera por la reacción de Ian yo hubiese pensado exactamente lo mismo, así que tomé débilmente la pizarra que se encontraba en el velador junto a mi cama y garabateé en ella, con letra horrible y que parecía de un preescolar "No conozco a nadie con ese apellido" lo borre y volví a escribir en la pizarra "No entiendo que sucede".

Preocupada Tania caminó hacia la puerta la abrió y salió por la misma dejándola abierta permitiéndome ver lo que sucedía afuera.

Ian caminaba de lado a lado al final del pasillo con el celular pegado a su oreja, era fácil notar que estaba gritando, movía las manos exasperadamente, pero hasta donde yo estaba más el sonido del tv no se entendía nada, con cautela Tania se acercó a él y lo tomó del brazo para llamar su atención, él dijo unas cuantas palabras más y luego terminó la llamada mirando con odio el celular en su mano, se notaba en cada parte de su cuerpo que disgustado y Tania parecía intentar calmarlo, intercambiaron un par de palabras y luego ella regresó a la habitación.

-Lo siento Ainhoa me tengo que ir, vendré mañana... -Recogía sus cosas con cierto enfado, en ese momento no me miró, solo termino de recoger todo y se despidió desde la puerta dejándola cerrada, impidiéndome ver nuevamente en dirección del pasillo.

Pasaron casi quince minutos hasta que Ian vuelva a entrar por la puerta un poco más calmado, aún tenía el celular en la mano y enviaba y recibía mensajes de texto, estaba ausente ya no era el mismo Ian de la mañana que buscaba estar lo más cerca de mí que pudiera, tenía muchas ganas de saber cuál era el motivo de su reacción ¿Acaso sabia quien había enviado las flores? por lo que tomé la pizarra y escribí en ella.

"¿Por qué tan enojado amor? ¿Sabes quién envió las flores?" hice con el marcador un golpe en la pizarra para que me diera su atención, pero él seguía metido en su celular sin levantar la vista... De nuevo golpee la pizarra con el marcador, pero esta vez asegurándome que sonara tan duro que podía tener su atención.

STAY HEREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora