//HELL IS EMPTY ALL THE DEMONS ARE HERE\\
« En mis tiempos más oscuros me voy de nuevo a la calle, prometiendo todo lo que no voy a cumplir. Tengo sangre de otro hombre en mi ropa, pero una niebla sin fin es la vida que elegí »
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❝If I listen close I can hear them singers, oh Voices in your body coming through on the radio The union of the snake is on the climb Moving up it's gonna race it's gonna break Through the borderline❞
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Kayah Whittemore observaba la luna semi llena desde la ventana de su habitación en Londres. La escasa luz de la ciudad golpeaba contra el cuerpo desnudo de la chica a través de la ventana.
La luna le recordaba inevitablemente a Beacon Hills, a cada una de las personas que había dejado tras ella, a unas más que a otras y aquello ciertamente le dolía. No podía evitar querer tomar el teléfono para poder hablar con ellos, pero justo en ese momento ella deseaba un tiempo para ella, un tiempo en el que alejarse de todo el drama que había vivido durante aquellos meses pasados.
Pasar el verano junto a su hermano en Londres había sido algo fantástico, pero poco a poco cada uno fue tomando distancia del otro, Kayah como Lamia tenia necesidades que debían ser cubiertas y Jackson como hombre lobo inexperto se había encerrado un poco en sí mismo hasta aprender a controlarse por completo.
Ciertamente aquel era un lugar precioso, al ser una gran ciudad cada uno iba a la suya y a nadie le importaba lo que el otro hacia y aquello realmente le agradaba.
Era mucho más independiente en aquel lugar, se sentía mucho más liberada y aquello en parte se debía al espacio que Jackson y ella estaban tomando. Si bien ellos seguían siendo muy unidos, en el día a día empezaban a tomar cierta distancia.
Suspirando cerro sus ojos, enfrentarse a la realidad era complicada y durante todo el verano había estado huyendo de las consecuencias de sus decisiones, buenas o malas.
Un leve ronquido se escuchó por la habitación cosa que provoco que esta vez Kayah rodara sus ojos, no podía creer que se hubiera olvidado de él. Volteó su cuerpo y camino hasta quedar frente a la cama, allí estirado ocupando todo el colchón se encontraba la última presa de la Lamia.
