Capítulo 18

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Me quiero mover. Me quiero mover. ¿Por qué no puedo?
Bip, bip, bip...

Bajenle al volumen por favor, que taladra mi cabeza.
¿Sam?

Esa voz... es de Harry, sigueme llamando.
Despierta, por favor, tienes que hacerlo.

Eso intento, espérame, no te vayas.
Bip, bip, bip...

Empecé a sentir que mi cuerpo reaccionaba, poco a poco, iniciando con un leve temblor que se fue haciendo cada vez más violento, mi cuerpo dolía como si miles de clavos estuvieran tratando de meterse al mismo tiempo, es insoportable. Podía sentir mis ojos temblando por intentar abrirse, pero no podía.
¿Sam? ¿Qué está pasando? ¡Ayuda!

Abrí mis ojos de golpe al escuchar el último grito desgarrador... el mío; pero volví a cerrarlos bruscamente por la exagerada luz blanca que cegó mis ojos.

Sentía todos los nervios de mi cuerpo alerta, cada vez más a tiempo que mi mente comenzaba a despejarse... el dolor era cada vez más fuerte con el paso de los segundos. No quería abrir mis ojos, quería estar inconciente otra vez para no sentir nada.

- Sam, mi amor. Abre los ojos.-

¿Qué?

Los abrí, lentamente, tenía que verlo, tenía que verlo a él esperando por mí. La luz se fue haciendo menos brillante mientras me adaptaba a ella.

Lo primero que vi fueron unos hermosos ojos verdes, que después se convirtieron en un claro color miel.

¿Zayn?... mi mente es una perra por jugar así conmigo.

Él suspiró aliviado y acercó su frente a la mía, podía notar que yo estaba levemente sudando.

- Oh cariño, no sabes que feliz me hace ver tus hermosos ojos abiertos otra vez.- y besó mi frente, pasó sus manos por mi cara y mi cuello, acariciandome.

Intenté responderle pero sentía la garganta seca, no podía hablar.

Le sonreí, o al menos eso intenté, para hacerle saber que lo escuché.

¡Quítense malditos idiotas! ¡Déjenme pasar!

Salió un pequeño sollozo de mi boca al escuchar la voz de Cath, no me había dado cuenta de que estaba llorando.

- Za-zayn.- susurré como pude.

- ¿Que pasa mi amor? ¿Que necesitas?- preguntó casi desesperado.

- Quiero verla...-

Asintió frenéticamente y salió del cuarto después de besar mi mano. Segundos o tal vez minutos más tarde, ella apareció por la puerta.

Su cabello despeinado en un chongo descuidado, el poco maquillaje que tenía estaba corrido y un gran abrigo cubría casi todo su cuerpo.

Sólo me observó desde la puerta por lo que parecieron años, con sus ojos poniéndose cada vez más rojos y brillosos. Luego corrió hacia mí rompiendo a llorar. No lo había notado, pero mi garganta se abrió de nuevo permitiéndome decir su nombre todo lo que yo quisiera.

Enredó suavemente sus manos en mi cabello y pegó su frente a la mía como Zayn lo había hecho momentos antes.

- Oh nena, estás bi-bien. No sé que... no sé...- su llanto no le permitía hablar bien.

Hice un shhh con mi garganta aún rasposa y la miré.

- Sólo abrazame, por favor.- le pedí.

You can't escape.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora