2 años después
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.—¡Mark! —saludaron enérgicamente tras él.
El canadiense giró su cabeza a sus espaldas y pudo ver cómo el chico alto se aproximaba a paso presuroso.
Mark dio un largo suspiró intentando desfogar toda la carga emocional que sentía, su cabeza iba a explotar del dolor y pronto se ahogaria en sus pesares.—Lucas. —saludo al alto que se sentaba a su lado y le dedicaba una amplia sonrisa.
Cerró el cuaderno que tenía sobre sus piernas y empezó a jugar con el lapicero que momentos antes usaba para escribir unas cuantas líneas del extenso ensayo que le tocaba presentar.
—¿Cómo te va? Estudiamos en la misma universidad pero se me hace difícil identificarte entre tanta gente. —rió.
Mark solo soltó una sonrisa y se encogió de hombros, era quizás por su algo baja estatura que era difícil identificarlo.
—He estado algo ocupado, la maestra no tiene piedad con nadie. —expresó levantando un poco su mirada y sintiendo como una suave y tranquila brisa chocaba su rostro.
Lucas asintió totalmente de acuerdo con las palabras del de cabello negro.
La atención del más alto se desvío un poco más a esos ojos decaídos y expresión triste del otro extranjero. Él tenía bien sabido toda la odisea y tormentosa situación que tuvo que vivir, y sabía perfectamente que él aún no superaba aquello.
Y se sentía impotente de no poder ayudar a quien en algún momento fue su único soporte en medio de tantos problemas.—Mark. —llamó obteniendo esta vez la mirada del chico—¿Cómo estás?
Y ese "¿cómo estás?" abarcaba más de lo simple. Lucas preguntaba con las intenciones, no de recibir un bien, como el que todos respondían comúnmente, Lucas quería saber más allá de, y aunque sabía muy bien que su pregunta no sería respondida con total positivismo, quería que su amigo sepa que él está ahí para escucharlo y aconsejarle.
Mark le dedico un atisbo de sonrisa. Quizás nerviosa, quizás irónica.
¿Qué podía decir?
Hay días en los que todo parece estar bien, pero hay otros en los que hasta respirar lo agobia, saber que existe un mañana y que todo va a continuar de la misma forma es desesperante.
Pero lo peor es que sabe que se lo merece.
Y se arrepiente de haber cometido tantos errores, de haber despilfarrado todo, hasta lo que no se puede. Cuando se vio sin nada se dio cuenta de todo lo que tenía.—Hay momentos en los que todo luce bien, todo se ve bueno y me siento como alguien productivo, pero es solo un sentimiento pasajero y engañoso. —explicó luego de unos segundos de silencio—Comúnmente me siento solo, a pesar de tener personas a mi alrededor que me repiten siempre que puedo contar con ellas para cualquier cosa. Al final del día me veo solo en mi habitación hablándole a la nada y sufriendo por cosas que ya no puedo arreglar.
Lucas oía a su amigo y lo comprendía, en algún momento el estuvo en ese punto. Y no había nada que decir para hacerlo sentir mejor.
Mark dio un largo suspiro y bajó su cabeza plantandola de nuevo la mirada en el cuaderno en su regazo.Las intenciones del meses mayor fueron recibidas bien por el menor, Mark agradecía que existiera alguien que pueda escucharlo sin decir el típico: todo estará bien.
(...)
La última clase ha culminado.
Todos se levantan de sus pupitres y guardan sus cosas, hablan entre sí y hacen planes para un fin de semana divertido.
Hace tan solo una semana ha empezado el semestre y Mark envidia la forma rápida en la que todos hacen amigos.
Nadie lo ve, nadie le presta atención, nadie se interesa demasiado en conocerlo. Y no sabe si lo agradece o lo odia.
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SMITHEREENS ➤ Mark L
FanfictionDesde ese día hasta hoy, tú y yo hemos cambiado tanto. Desde ese día en que no te volví a ver hasta hoy que te vuelvo a encontrar, han pasado tantas cosas y recién me doy cuenta...todo lo que perdí.