Capítulo 5

38 1 0
                                    

-Dices que no te gusta ese tal Dylan, y que yo sepa es con el único que sales.

Bufé mientras buscaba mis bailarinas negras por toda la habitación. A veces lo cotilla y pesada que podía llegar a ser mi madre, irritaba.

-Mamá, acepté salir con él porque se lo debía, y podemos salir como amigos, no tiene porque pasar nada.

Por fin di con ellas, me las coloqué y me di el último retoque, dejé mi pelo caer suelto, me puse brillo labial y algo de rímel, no me gustaba maquillarme mucho y me rocieé con un perfume exquisito. Me miré al espejo para darme mi autoaprobacion, jeans negros, una camiseta de encaje color crema y una chaqueta vaquera. Sonreí satisfecha.

-Estas muy guapa Ali.

-Gracias Mamá.-Dije cogiendo mi bolso junto el móvil y las llaves.

En ese momento el timbre sonó y bajé corriendo detrás de mi madre.

-Hola.-Sonreí al castaño que me miraba de arriba abajo, mis mejillas se encendieron.

-Estas tan guapa como siempre.-Dijo acercándose y besando mi mejilla.

Un carraspeo detrás nuestra nos separó.

-Mamá.-Bufe.

-Pasarlo bien, y -señaló a Dylan- traela sana y salva muchacho.-Advirtió.

-Por supuesto que si.-Sonrió.

-Bueno, nos vamos ya, cualquier cosa me llamas.-Dije a mi madre la cual me besó dulcemente en la frente, a pesar de tener 19 años, me seguían gustando estas cosas.

-Adios Lauren.-Se despidió Dylan de ella y a continuación salimos.

Enseguida el frío invernal que hacia me azotó sin piedad, di un pequeño respingo, de la impresión. Dylan me llevó hasta su coche, el cual era acogedor, por la calefacción.

-Donde vamos por el café?

-A la Cafetería de Rose, es de las mejores de aquí.-Dijo arrancando el coche y saliendo desprendido por las calles de Londres.

Miraba por el cristal todo lo que pasaba ante mis ojos, casas, arboles, mas vehículos..y me sentía algo inquieta por lo que me dijo anoche aquel chico "Dile a tu amigo, que tienes mejores planes para mañana" un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al recordar esa voz, esa presencia. Obviamente no iba a hacerle caso, el no tenia derecho a ordenarme nada. Negué con la cabeza rápidamente para sacarlo de mi mente.

...

-Que tomaran?-Dijo el chico que atendía las mesas.

-Dos batidos de chocolate con dulce.-Dijo Dylan mientras me miraba y sonreía.

El chico anotó en su libretilla y se retiró.

-Y los cafés?-Dije confundida.

-Quiero que pruebes el chocolate de aquí, te vas a morir.-Rió y yo asentí.

Pocos minutos después el mismo chico colocó dos grandes vasos con batido y un plato con dos pasteles de muy buena pinta.

-Lo hiciste aposta no?

-Que?

-Pedir dulces, Dylan!-Dije indignada y el rió.

-Anda, pruebalo tonta.-Dijo dando un sorbo de su vaso.

Pegué mis labios al cristal de mi vaso y tome un trago, notando como el chocolate pasaba por mi paladar dejandome un rico sabor, bajando por mi garganta, y llenándome gustosamente. Me relamí.

-Y bien?-Dijo impaciente.

-Esta muy rico, pero mucho.-Insistí y el sonrió.

Nos terminamos los dulces entre risas y alguna que otra anécdota de Dylan, la verdad había sido muy agradable este rato con él, nada que ver con la noche anterior.

La cafetería estaba abarrotada, de tanta gente que había, apenas se distinguían quienes eran.

-Me disculpas un momento? Voy al baño.

El asintió y me escabullí entre las mesas hasta llegar a los baños, no había nadie, me puse frente al espejo y saqué el brillo de labios que llevaba en mi bolso para darme un retoque.

-No sabía que te gustaba dar plantones.

Mi cara de descompuso al ver su rostro en el espejo, detrás de mi. Su perfecta silueta se ceñía apoyando uno de sus brazos en el marco de la puerta, mientras me miraba fijamente, maldije a todo el que pude en esos momentos. El brillo de labios cayó a la pila produciendo un pequeño ruido, sus labios se entre abrieron dejando salir una de sus familiares risas. Alison, mal! Castigó mi subcosnciente. Como podía mostrarme tan débil solo por una persona?

-Siempre que ves a alguien se te caen las cosas de las manos?-Una gran carcajada salió de su boca, era verdaderamente irritante y lo peor era mi cara, indescriptible.

Ignorandolo, recogí mi brillo y lo introduje en el bolso, me di la vuelta, bajando la mirada para no encontrarme con la suya y me dispuse a salir.

Su gran cuerpo se extendió a un lado, quedando frente a mi e impidiendo mi paso, su mirada era desafiante y sus labios estaban fuertemente cerrados, vaya, dejé de hacerle gracia, ironizó mi mente. Todos los pasos que nos separaban fueron arrollados por sus largas piernas, ahora lo tenía muy cerca, demasiado. Mi cuerpo flaqueó una vez más ante él, me sentía débil y a el esto le ayudaba. Mantenía la mirada baja, temía alzar la cabeza y encontrarme otra vez con sus ojos verdes, intimidantes.

-Mírame.-Ordenó impaciente.

Otra vez con las malditas órdenes, esto me estaba cansando, me maldecía a mi misma por ser así y tener este miedo que me impedía darle un puñetazo y salir corriendo de aqui, pero por desgracia soy frágil, débil y no podría hacerlo. La helada yema de sus dedos en mi mentón me hizo salir de mis pensamientos para volver al momento. Alzó mi rostro con suma delicadeza cosa que me sorprendía, a el le pagaba de todo menos ser delicado. Una vez que mis ojos chocaron con los suyos, una electricidad recorrió mi ser de pies a cabeza, aturdiendome, haciéndome caer si no fuera por su mano que me sostenía. Examinaba mi rostro con concentración mientras podía sentir como mis piernas temblaban, ese maldito nerviosismo me comía.

-Que-que quieres de mi?-Susurré con la poca voz que me quedaba y sus labios se extendieron un poco formando una sonrisa corta para después volver a su posición inicial.

-Una explicación, me dejaste esperando.-Dijo tan tranquilo, con total normalidad, esto era de locos. pero si no nos conocemos! mi cabeza ya no daba para más.

-Dejame salir, o gritaré.-Continué con mi bajo tono de voz, aa quien voy a enfrentar yo?

El volvió a reír divertido, yo rodé los ojos, era tan...molesto.

-Deja de temblar.-Susurró ahora mientras llevaba su mano hasta mi mejilla, empezando con un sin fin de caricias en esta, cerré los ojos nuevamente, estremeciendome, su piel era suave..no estaba tan fría como la otra noche pero aún así, lo estaba. Que estoy haciendo? No! Abrí los ojos rápidamente apartando mi cara de su mano.

-No estoy temblando.-Intenté aparentar que controlaba la situación.

Su rostro se acercó esta vez a mi cuello, podía notar su respiración en este, era como bolas de fuego quemandome sin reparo alguno.

-Hueles tan bien.-Susurró sobre mi piel más sensible, rozando su nariz con esta.

-Alison! Estas bien? Vine porque estabas-Se paró al ver la escena-

Gracias  por aparecer Dylan..

ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora