Capítulo 1

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Caminaba por las frías calles Londinenses, frotando mis manos y arrojando bocanadas de mi aliento a ellas en busca de algo de calor, si era posible claro. Miraba a mi alrededor, pero no había nadie por allí. Se los tragó la tierra a todos? Pensé. Claro que con este frío a quien demonios se le iba ocurrir salir a la calle, de hecho, no se aún porque acepté salir esta noche con Dylan. Pero le había rechazado tantas veces ya que me dio cosa volver a decirle que no. No se que me vió todavía, soy una chica poco fiestera, prefiero ver películas, leer, o simplemente estar en casa antes que estar por ahí con gente alcoholizada y demás. No soy ningún bellezón, más bien algo normal. Soy bastante tímida y distante. Cuando un chico como él, guapo, que tiene todo lo que quiere, puede conseguir a cualquier chica. Y lleva como 3 meses tratando de que seamos algo. Irnónico. Me dije. Seguí caminando hasta llegar al lugar donde quedé con Dylan, un kiosko típico de ciudad el cual estaba cerrado. Me apoyé un poco sobre la fría pared de cemento, esperando que mi acompañante apareciera antes de que me diera una hipotermia y me encontrara congelada en el suelo.

De repente, un raro escalofrío me hizo prisionera, mi piel enseguida reaccionó erizandose, mi corazón comenzó a latir con algo más de rapidez y el nerviosismo característico de mi se apoderó de mi cuerpo. Me aparté lentamente de la pared, mirando a un lado y al otro de la calle, no se veía nada, más bien, nadie. Mire al frente, y tampoco. Respiré algo más calmada pero mi rostro se desquebró cuando pude ver junto a mi sombra, otra más. Mis manos temblaban y mis piernas también, temía darme la vuelta y tener detrás a algún violador, secuestrador o borracho azechandome o alguna cosa peor. Comencé a rotar sobre mi eje, con lentitud, apretando mis dientes, mi sorpresa fue cuando me giré por completo, que demonios? Susurré, pues nadie había allí. Negué con la cabeza mientras mi cuerpo se relajaba, seguro todo fue producto de mi asustadiza imaginación. Me giré nuevamente y vi a lo lejos un par de ojos azules y una sonrisa punceante que se dirigían a mi, Dylan. Suspire aliviada, soltando un gran chorro de aire por mi boca.

-Estas guapísima Alison.-Seguidamente besó mi mejilla dulcemente, me sonrojé al instante. Maldita timidez. Me dije.

-Gracias, tu también.-Sonreí tímida y el me devolvió la sonrisa ofreciéndome su brazo el que agarré para comenzar a caminar.

Dylan era el típico chico por el que todas morían, guapo, listo, con dinero, era muy atractivo y embaucador pero no era mi tipo, debía ser la única que dijera eso seguramente pero..lo cierto es que nunca creo que pueda pasar algo entre ambos. Somos muy distintos.

Después de caminar entre alguna que otra risa nos paramos frente a un gran local, del que se oía música capaz de rezucitar a un muerto, y los gritos de la gente que dentro se encontraban. Dylan y yo caminamos hasta la entrada del lugar donde un tipo, bastante grande nos paró. Dylan intercambió varias palabras con aquel hombre y después nos dejo pasar. Fue poner un pie dentro de aquel lugar para que mis fosas nasales se inundaran de un horrible olor a tabaco y alcohol. Mis oídos captaron el fuerte ruido que la musica causaba allí dentro. Por no hablar de la multitud de personas que había, con razón no me tropecé con nadie en la calle. Reí interiormente. Dylan tomó mi mano para comenzar a caminar entre la gente dando empujones hasta llegar a la barra donde con un gesto de dedos llamó al camarero.

-Que van a tomar?- Dijo amable.

Dylan me miró en busca de una respuesta.

-Me da igual, lo que tu tomes.-Dije finalmente.

-Dos vodka con cocacola.-Pidió y de seguida aquel muchacho se escabuyó entre sus compañeros para ir en busca de las bebidas.

-Aqui tienen.-Dijo colocando los basos frente nosotros. Dylan cogió ambos y con gesto de cabeza agradeció al chico.

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