Capítulo 8

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Corrí tras Dylan pero llegué tarde, ambos ya se encontraban enfrentados. Llegué metiendome entre ambos, mirando a Dylan.

-Basta, no quiero que pelees.-Dije mientras el negaba con la cabeza suspirando.

-Alison, acaso no ves lo que hace? ¡te esta persiguiendo! Y te quiere utilizar a su antojo sin apenas conocerte.-Su tono de voz se elevó al mismo tiempo que oí a mis espaldas esas familiares carcajadas provenientes de él.

-Yo no soy el que le llena la cabeza de pájaros.-Irrumpió su ronca voz y me giré enfrentandome con su imnotizante mirada y su perfecta sonrisa, malévola.

-Que quieres ahora?-Me crucé de brazos, necesitaba tragarme estos nervios y que no se notaran.

-Llevarte a casa.-Dijo con normalidad, arreglando algunos rizos que cayeron a su frente.

-A casa la acompaño yo, tenemos una conversación pendiente.-Aclaró Dylan mientras acuchillaba a Harry con los ojos.

-Eso sera si ella quiere, ¿no?-Rio el ojiverde, esa risa era chirriante.

Llevé una de mis manos al puente de mi nariz y cerré los ojos con fuerza, no soportaba esta situación.

-Dylan, voy con él, mañana hablamos.-Le dije, si, no sabia bien que cojones estaba haciendo, pero esos ojos verdes no dejaban de mirarme intimidantes, y me da que si no aceptaba al final el conseguiría su propósito.

Él frunció el ceño y me miró sorprendido.

-¡Pero que estas diciendo!

-Ya la oíste, largo.-Ordenó Harry con semblante serio, aunque se notaba que quería sonreír.

-Tu y yo hablaremos mañana.-Dijo Dylan con enfado y lo vi perderse entre alguna gente.

-Sube.-Abrió la puerta de su coche esperando que entrase.

Yo entre sin más, solo tenia que estar con el durante el trayecto a casa, podría aguantar.

Su cuerpo rodeó el coche para colocarse en su sitio, volvió a pasar su mano por su cabello alborotado, echándolo hacia atrás, no podía negar que era guapo.

-No deberías hablar más con el.-Soltó mientras arrancaba el motor y nos poníamos rumbo a casa.

-¿Que?-Dije incrédula.

-Solo quiere manipularte, te quiere para el, y el iluso aun no se enteró de que tu-agarró mi mentón haciendo que los mirase a los ojos- eres solo para mi.

Mi cuerpo se congelaba ante tales palabras, y su tacto, era electrizante. Me soltó con cuidado y volvió al volante mientras yo respiraba interiormente, buscando relajación.

-Yo-yo no soy de nadie.-Susurré mirando hacia la ventana.

El no volvió a decir nada más, el trayecto restante fue silencioso. Mis ojos se abrieron mas al ver que entrábamos en una urbanización que no era la mía, mas bien ni siquiera reconocía en que zona estábamos.

-¿Dónde vamos?-Dije incorporándome en el asiento.

-A mi casa.-Dijo mientras estacionaba el coche en lo que parecía ser un garaje.

-¡Llevame a casa ahora mismo, mi madre se preocupara, además quien te dijo que yo quería venir aquí!-Dije alterada, negándome a bajar del coche.

-La llamas y le dices que comes fuera.-Se desabrochó el cinturón y yo corrí a hacer lo mismo, salí del coche corriendo, dispuesta a largarme de allí y volver a casa.

Un brazo atrapó mi cintura haciéndome chocar contra un fuerte pecho.

-Dónde crees que vas..-Susurró esa ronca voz cerca de mi oído, estremeciendome, mis piernas flaquearon, di gracias por que me sostuviera su brazo en estos momentos.

ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora