Capítulo31

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Mientras caminaba, el ardor de mi frente se acrecentaba.Mi cabeza daba vueltas y mi cuerpo iba en decadencia.

Mi presión bajaba con cada paso que daba.Mis huesos ya no aguantaban mi peso.

Me desplomé en el suelo. Me costaba respirar y todo se veía borroso.

Los bordes de mi campo de visión se oscurecieron.Perdería la conciencia en instantes.

La oscuridad comenzó a eclipsar la luz de la luna y Miguel, se llenó de manchas negras.

Mi campo de visión, se vio surcado, rápidamente, por unas garras afiladas.Después de eso, la oscuridad fue total.

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Desperté más perdida que nunca.En un lugar oscuro y deshabitado, sola.

Miguel no aparecía por ningún lado y las cadenas de mis muñecas me fijaban al suelo.

Una estruendosa carcajada resonó a través de las paredes de piedra de la habitación.Me estremecí.

Mis oídos pitaban.Un líquido rojo chocó el suelo, mi rostro estaba sangrando.

Otra vez, la carcajada llegó a mis oídos.Me retorcí, intentando zafarme de las cadenas.

Un chasquido resonó, contra mi espalda.El dolor era cegador.Un látigo.

-¿Te he dado permiso para latigarme?- Pregunté.

El dueño del látigo, se acercó a mi oído derecho.

-No-Susurró y luego, como ya me habían hecho tantas veces, me mordió el lóbulo de la oreja.

-Pues entonces, no me hubieras latigado- Murmuré.

- ¿Por qué no?-Dije, zafándome de las cadenas y estampando mi puño contra él.

Vislumbré el rostro de mi atacante y estuve a punto de volver a perder la conciencia.Mi atacante era Fergos.

Sonreí cínicamente, lo tomé del cuello de la camiseta y le dije:

-No te he dado permiso

Él, sonrió de medio lado.

-No me hacía falta pedirlo-Intentó besarme pero lo aparté y lo abofeteé.

-Eres un imbécil

Las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa de arrogancia.

-Lo sé

Era un maldito imbécil.Gruñí.

-Más te vale arrepentirte

-No lo haré

Le enseñé mis puños.

-Dime qué significa esa marca de mi frente, antes de que te mate, demonio repugnante

-Si soy tan repugnante, ¿Por qué me besaste?

-Cállate y responde¿Qué mierda significa esto?- Señalé mi frente.

-¿Por qué estás tan malhumorada?

-Porque un imbécil me despertó a azotes-Lo corté-. Ahora, responde.

-O qué, ¿Me matarás?-Se burló-¿Cómo harás eso?Ya sabes que es imposible, incluso lo intentaste

-No intentaba matarte, solo quería quitarte de mi camino-Dije sinceramente.

Fergos lanzó una carcajada.Le lanzé una mirada asesina y señalé mi frente.Él se negó a contestar.

Presioné con mis uñas la marca de la frente de él, sabía que le dolería.

Lanzó un grito tan fuerte que me sorprendí, pero no dejé de presionar.

-Ya encontré la manera de torturarte, dime qué significan las marcas y no te castigaré más

-No lo haré

Lo golpeé con mis puños en el cráneo, hasta que quedó inconsciente.Luego, al igual que él, caí sin conocimiento.

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