Capítulo 6 | Análisis de sangre.

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Había pasado unas semanas desde ese entonces, Aren se había encargado de tirar todas las pastillas anticonceptivas que tenía, todas las noches teníamos sexo para que Aren estuviera seguro de que podría quedar embarazada y me había prohibido salir de la casa a menos que fuera con él.

Me encontraba desayunando tranquilamente en el comedor, cuando la puerta de la casa se abrió dejando entrar a un Aren sumamente agotado.

—En 30 minutos iremos con el doctor, prepárate.

—Sí—Me levanté del asiento donde me encontraba sentada y me fui directamente a duchar, al terminar me puse ropa cómoda.

30 minutos después.

—Oh.. Elín ¿otra vez tu por aquí?

—Lamentablemente sí—Sonrío de lado.

—Bien, veamos—Dice sacando una jeringa, y un bote lleno de algodones con alcohol—Extiende tu brazo.

Hago lo que me dice, saca un liguero de un cajón y me lo coloca en el brazo, lo aprieta sin hacerme daño, almenos lo suficiente para que mis venas se salten.

—Esta jeringa es nueva. Se encuentra correctamente sellada—Dice mostrándome la jeriga y abriéndola a la vez—Todos los mate..

—No es necesario que me lo digas, sólo hazlo ya y terminemos de una buena vez con esto.

—Sólo sigo el protocolo, es mi deber informarte.

—Lo sé.

—Sé que estás harta de todo esto, sólo tienes que aguantar un poco más pequeña.

—Lo sé.

—¿Pasa algo Alexander?—Dice entrando a la habitación.

—No pasa nada señor Aren, ya casi terminamos—Dice volviendo a concentrarse en mi.

Termina de sacar la jeringa, busca una vena visible en mi brazo, traspasa mi piel con aguja de la jeringa, penetrando la vena y extrayendo a su vez aquel líquido carmín.

—Listo, terminamos—Dice sacando la jeringa de mi brazo, me pone un algodón con alcohol—Tomalo y sigue presionando hasta que deje de salirte sangre ¿ok?—Llena un pequeño envase con mi sangre.

—Ok—Digo tomando el algodón.

—Alexander ¿Cuanto tiempo va a tardar?—Pregunta ansioso.

—Treinta minutos, máximo una hora, no se preocupe señor veré qué los resultados estén lo más rápido posible.

—Bien retirate.

—Sí señor , con su permiso me retiro, en un rato los informaré—Voltea a verme—Adiós Elín, cuídate.

—Gracias igualmente.

Sale de la habitación, dejándonos sólos.

—Quita esa estupida expresión de tu rostro, a leguas puedo notar como lo miras—Dice cruzándose de brazos y soltando un bufido.

Lo miro extrañada.

—No sé de qué estás hablando—Hago una mueca de disgusto y volteo hacia otro lado.

—No te hagas la lista porque no lo eres niña—Me toma de los cabellos y los jala con brusquedad.

—Ya te lo dije, no sé  de qué me estás hablando.

—¡Cállate!—Me abofetea—¿Crees que soy estupido?—Vuelve a jalar mis cabellos pero esta vez con más fuerza que la de antes—Deja de hacerte la inocente porque no te queda Elín, sé perfectamente que te gusta ese maldito bastardo.

—¡Sueltame me estás haciendo daño!

—No sé porque te sigue atendiendo si di órdenes estrictas de que él y ningún otro hombre lo hiciera, más que una mujer.

—No es mi culpa que estás cosas pasen.

—Vamos deja de mentir, dime.. ¿te gusta verlo no es cierto?—Suelta mi cabello—¿disfrutas que te este toqueteando?—Coloca una mano en mi pierna, la acaricia hasta llegar a mi muslo.

—Aren por favor detente—Digo molesta.

—Lo dejaré pasar por ahora Elín pero no vuelvas hacerlo—Acaricia suavemente mi mejilla y me dirige una mirada llena de frialdad—Sabes bien amor que no debes mirar a otro hombre más que a mi—Pasea uno de sus dedos en mi labio inferior—Solo yo puedo besarte—Toma mi mentón y lo alza—Sólo yo puedo tenerte—Me obliga a mirarlo directamente a los ojos—Sólo yo puedo poseerte—Me besa.

Sin dejar de besarme me acorrala en la pared, baja sus manos hacia mi trasero, lo acaricia y aprieta con fuerza como si fuera de él. Me pega lo más que puede a su cuerpo, el aire se me está acabando necesito respirar, gimo tratando de hacerle entender que necesito respirar pero poco le importa, está cegado de deseo y pasión.

Deja de besarme y me susurra en el oído.

—Eres tan hermosa.

Muerde mi lóbulo, lo succiona, a la vez que toma uno de mis senos y lo toca a través de la ropa haciéndome estremecer.

—Quiero hacerte mía ahora mismo.

Baja dejando una hilera de besos en mi cuello, con su mano libre acaricia mi parte íntima haciéndome soltar un leve gemido.

—No Aren por favor, recuerda donde estamos.

—Eso nunca me ha detenido y bien lo sabes—Mete sus manos bajo mi falda y baja mis bragas hasta quitármelas.

—Aren no.

—Shhh..—Baja hasta quedar en cuclillas y acaricia mis piernas deseoso—Sólo déjate llevar—Alza un poco mi falda dejando ver mi parte íntima, la mira lasciva y luego le mira a los ojos en los cuales puedo desvelar que están llenos de lujuria y pasión—No vayas a gemir tan fuerte—Se acerca a mi intimidad y comienza a lamerla.

—N-No—Digo tratando de contenerme.

Coloco ambas manos en su cabeza tratando de apartarlo.

—Deja de resistirte—Susurra roncamente.

Lame de un lado al otro, besa, succiona, chupa.

Oh mierda.. se siente tan bien.

Aunque no lo desee lo que estoy sintiendo en estos momentos es indiscriptible, se siente bien, se siente demasiado bien.

Gimo.

Comienza a lamer más rápido las partes más sensibles de mi intimidad haciéndome jadear y perder el control.

Enredo mis manos en su cabello atrayendolo más a mi parte, e instintivamente comienzo a mover mis caderas de atrás hacia delante.

Siento un fuego recorrer todo mi cuerpo, tengo demasiado calor.

Estoy adentrándome en un éxtasis que nunca imaginé experimentar, por un momento olvido que la persona que me está haciéndo derretirme en placer es la que más odio en este mundo.

—¡Ah!—Gimo fuertemente, tapó con una mano mi boca para que no me puedan escuchar.

Se siente bien, se siente demasiado bien, quiero más.

Aren por su parte me mira satisfecho al ver mi reacción por él, comienza a acelerar el movimiento de su lengua.

—Ah.. ah..—Estoy apunto de llegar a algo se está sintiendo demasiado bien.

Aprieto mis piernas las cuales comienzan a temblar, estoy llegando a ese momento tan deseado.

—Es suficiente—Dice quitándose, se relame los labios sensualmente.

—¿Qué?—Pregunto confundida.

—Ese es tu castigo, te voy a provocar pero no te voy a dejar llegar al orgasmo.

Obsesión | Libro I  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora