—Oh no.. debe de ser una maldita broma, una maldita broma de muy mal gusto.
—No es una puta broma, tienes que aceptar que esta pasando aunque no lo desees—Dice enojado—Dejate de lloriqueos, tarde o temprano tenía que pasar.
—No—Lágrimas resbalan sobre mis mejillas.
—No llores Elín, estás embarazada, lo hecho hecho esta.
—Pero es que yo no lo deseo, yo nunca he querido que esto sucediera, es demasiado pronto.
—Mira niña estoy harto de ti, estoy harto de tus berrinches y tus estupidas actitudes, acepta de una puta vez que estás esperando un hijo mío, si no te comportas y cooperas te castigaré y haré tus días miserables.
—¿Más de lo que ya son?
Me abofetea.
—¡No la golpes Aren!—Se pone entre los dos.
—Tu.. miserable no te metas en lo que no te incumbe, ella es mi mujer y yo puedo hacer lo que quiera con ella, yo estoy con todo el derecho de hacer lo que me plazca con ella.
—No, las cosas no son así Aren, tienes que cambiar ese pensamiento machista y retrógrada.
—Te dije que no te metieras, ¿acaso no recuerdas todo lo que mi familia ha hecho por ti? dime.. ¿quieres que te lo recuerde?
—No—Baja la cabeza derrotado.
—Y tu..—Vuelve a levantar su mano para golpearme pero es detenido por Alexander.
—Aren por favor te suplico que no la golpes—Dice calmado, tratando de convencerlo—Está embarazada.. de ti, está esperando un hijo tuyo, ¿crees que a tu hijo le gustará saber que su padre golpeaba a su madre cuando crezca?
Se da media vuelta y sale de la habitación totalmente furioso,azotando fuertemente la puerta.
—Estuvo cerca—Alexander suelta un fuerte suspiro de alivio.
—Sí.
—Elín..—Voltea hacia mi—Esto tiene que parar, tienes que huir de él.
—No puedo..
—¿Por qué?
—Porque no tengo dinero, tampoco tengo a donde ir, no tengo familia todos murieron, no tengo a nadie absolutamente a nadie, nunca he trabajado y aún no culmino mis estudios.
—Entiendo eso pero tu situación no puede seguir así.
—Lo sé, pero no es como si yo pudiera elegir, él tiene el control, él controla todo, le pertenezco.
—No Elín, tu no le perteneces a él ni a nadie más que a ti.
—¡No puedo hacer nada en su contra, tan solo soy una pequeña niña que a penas si puede con su alma!
Me mira lastimosamente.
—No puedo huir de él, si lo hago me perseguirá y aunque me esconda me encontrará, él me tiene dominada y más ahora que estoy cargando con su bastardo dentro de mi.
—Sé toda la rabia que sientes pero no es culpa del bebé que llevas dentro, él no pidió ser concebido así, de esta manera tan cruel.
—Lo sé, pero tampoco puede obligarme a quererlo.
—Ay Elín—Suspira largamente.
—¿Ya puedo irme?
—Sí, deja le hablo a Aren.
Abre la puerta del consultorio y sale por ella, después de unos largos minutos regresa con una cara llena de confusión.
—¿Qué pasa?—Lo miro extrañada.
—Aren no está, se fue.
-¿Qué? ¿Cómo que se fue?
—Sí, lo estuve buscando exhaustivamente y no lo hallé, pedí que lo nombraran, y lo buscarán por el interfaz y jamás apareció.
Lo miro sorprendida.
—¿Quieres que lo llame por teléfono?
—No, no es necesario, me iré en autobús.
—¿Tienes dinero para el autobús, o te presto?—Pregunta preocupado.
—Sí, traigo no te preocupes.
—¿Segura?
–Sí.
—Esta bien.
—Adiós —Me despido de él y me marcho.
—Adiós.
No puedo creer que me haya dejado sola aquí, se fue y no me dijo nada, bueno, no importa ya, no es como si me importará que me olvide.
Estuve esperando el autobús por unos minutos hasta que llegó y me subí, pagué y me senté en uno de los lugares intermedios. Recargue mi cabeza suavemente en el vidrio de la ventana, mientras veía el paisaje comencé a pensar en que estaba haciendo con mi vida.
Me siento como una idiota, una estupida al depender totalmente de Aren, soy una mujer lo suficientemente capaz como para ponerme a trabajar e irme para siempre del lado de Aren, ser independiente, tener libertad.
He pensado muchas veces en dejar a Aren, y el problema es que no me ánimo hacerlo. Porque tengo miedo, tengo miedo al mundo exterior, tengo miedo a crecer, no tengo a nadie que me apoye, absolutamente a nadie más que Aren, él es lo único que tengo, lo único que me queda en esta vida. Es muy difícil dar el paso de vivir sola, de mantenerse a uno mismo y más cuando eres demasiado joven.
¿Qué debería hacer?
No puedo quedarme con Aren, sería una completa tontería si me quedase con él sabiéndo como es, y el trato que me da.
Llegué a la casa y entre sigilosamente, estaba todo apagado, no había señal de que Aren estuviera ahí, recorrí la casa y lo llamé múltiples veces, no lo encontré en ningún lugar y mucho menos respondió mi llamado.
No estaba en casa..
¿A dónde iría si no es aquí?
Bueno, no importa. Debo aprovechar el tiempo mientras no está, corrí a mi habitación y empaque en una maleta mis pertenencias. Salí de la casa al verificar que Aren aún no había llegado y comencé a caminar rápido.
Mi corazón latía a mil por hora, no sabía si lo que estaba haciendo era correcto o no, pero ya era muy tarde como para arrepentirme, pero el miedo me carcomia, no tenía idea de a donde ir, tenía poco dinero para quedarme en un lugar, no tenía con quién recurrir a pedir ayuda.
—¿Elín?
Escucho que alguien me llama, levantó la cabeza.
—¿Elín qué estás haciendo aquí?
—Kaien..—Susurro su nombre, mis ojos se humedecen.
—¿Está todo bien?—Se acerca.
—Kaien yo..—Lo abrazo.
—Esta bien.. tranquila—Me corresponde el abrazo.
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Obsesión | Libro I [+18]
Teen Fiction-Tu cuerpo es mío, cada centímetro de tu piel, cada poro, hebra de tu cabello me pertenece, incluso tu vida es mía, si yo quisiera podría acabar con ella. La empujó dejándola bajo mi cuerpo. -¿Cómo puedes estar tan tranquila después de verme con otr...