Parte 2: Amanda

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  Hoy es nueve de junio, el día en que mi hermano nació, por eso le quiero regalar su manga favorita, Death Note. Cogí el vuelo directo a Francia, y calculé que tardaría unas diez horas, así que me levante a las cinco de la mañana, ya que el avión partía a las siete. Llegué al aeropuerto y me fijé que un chico me miraba fijamente, se acercó y me preguntó cómo me llamaba. Yo no le quise contestar, porqué la sirena de mi avión decía que salía ahora. Noté que él me seguía, me giré y le pregunté qué porqué me seguía. Él me dijo que iba a visitar a su madre en Paris, y le pregunté qué asiento le había tocado. Él me dijo que el A-3 y a mí el A-5. Se ve que no era mi día de suerte.

Después de diez horas, el copiloto anunció por megáfono que dentro de poco aterrizaríamos en el Charles Gaulle. En la pista nos esperaba un autobús que nos llevaría a todos los barrios de la ciudad. Al llegar a mi parada él me dio su número de teléfono y me hizo con signos que le llamase. Yo me fui a Saint Germain des Pres, que es un barrio rico; al llegar me di cuenta que era una casa mega rica, con un jardín y una fuente en medio, antes de llegar a la casa, al lado había unas cuantas estatuas de duendes (por el camino). Al lado de la puerta había un Porsche negro (un coche de ricos). Llegué y llamé a la puerta, la puerta se abrió, era automática. Entré y vi a la novia de mi hermano. Era una dama muy hermosa, amable, e inteligente, pero en su cara se veía que había sufrido en estos últimos años. Ella vio que yo tenía una bolsa, se acercó y me preguntó para quién era, yo le dije que era para Jéremie, mi hermano, él estaba detrás de ella. Corrí para abrazarlo, pero él no se dejó, le pregunté que le pasaba y él me dijo que tenía una enfermedad. Ella, la novia, Amanda. Me dejó pasar dentro y me sirvió una taza de té. Ella me explicó que le conoció cuando él estaba visitando la Torre Eiffel y que fue amor a primera vista. Mientras que ella y yo hablábamos, hasta que nos dimos cuenta que Jéremie no estaba con nosotras, miramos arriba, tenía la cabeza asomada, su cabeza sobre salía de la barandilla. Cuando de repente vimos que él caía desde arriba, y nos acercamos a ver si se había hecho algo grave... Al acercarnos, lo vimos estirado en el suelo con heridas. Ella se acercó y le miró el pulso, después se puso a llorar y yo interprete lo que estaba pasando. Evidentemente yo también me puse a llorar. Yo, como soy su hermana mayor, llamé a un taxista, por qué no me quedaría con los brazos cruzados viendo como mi propio hermanito se moría. Yo le dije de llevarlo al hospital que estaba a unos kilómetros en taxi, a Pitié-Salpêtrière Hospital. Jane le daba igual, como vi que Amanda era un poco pasota, tomé la decisión de llevarlo al hospital (ella ya había dado por muerto a su novio, a eso se le llama tirar la toalla). Ella me dijo que estaban comprometidos para casarse ese fin de semana, y que ella ya sabía que él no duraría mucho y que se moriría pronto. Ella se puso a llorar. Lloró tanto que parecía que la casa estuviera inundada.

1933Donde viven las historias. Descúbrelo ahora