Una chica de clase baja se enamora de un chico de clase alta y para hacerlo aún más complicado, es mayor. "Amor de primera vista" es algo que quizás lo puede describir.
Inicio: 25.1.19
Remuevo un poco en la cama, abro mis ojos lentamente. ¡Ay, chinga su madre! Pinche sol, ¿quien deja las cortinas abiertas? Cuando paré para cerrarlos, vi que estaba desnuda. Espera.....veo por todos lados, nos estoy en la casa de Emília. Voy a la cama y vi que alguien estaba a lado mío. ¿Que hice anoche?
—¡AAAHHHH!— grité y el chico se cayó de la cama.
—¿Por qué gritas?— me pregunta. Conozco esa voz...es León. Cuando él me ve, también gritó.
—¿Ahora vez por qué grité? ¿Que diablos pasó anoche, León?— le pregunto. Él no sabe nada y luego me vienen los recuerdos de golpe...no no no, no puede ser. Parece que León también recordó por su cara.— ¿Nosotros dos..?
—Tuvimos sexo, sí, así fue la cosa.— me dice León así de calmado. Busco mi celular y llamo a Emília. Ella me contesta a la primera.
—Machu, ¿donde estas? Mi mamá está Preguntando por ti para que desayunas con nosotras.— me dice Emília.
—Em, te lo cuento en la prepa, ¿sí?— le digo.
—Está bien, está bien, te quiero, cuídate.— me dice.
—Yo también te quiero.— y cuelgo.— Necesito ropa.— le digo a León.
—Creo que tengo ropa de mi prima, espera.— me dice León. Aquí espero yo...desnuda, tapada por su sábana. Ahora que lo veo, ¿cómo puede ser que su...cosita....quepa en la mía? O sea, es enorme y yo soy pequeña. Mientras pienso, León me dio el cambio de ropa. Voy en su baño y me lo pongo.
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—Genial.....necesito que me lleves a la prepa, por favor.— le digo.
—¿Donde queda?— me pregunto.
—Por allí, te voy diciendo. No puede ser.— digo.
—¿Que no puede ser?— me pregunta.
—Perdí la virginidad contigo y borracha.— le digo. Soy una zorra.
—Siento honrado de ser tu primera vez.— me dice. Estoy así de cerca de pegarle.
—Cállate y cocina algo para desayunar, tengo hambre.— le digo.
—No sé cocinar.— me dice.
—Ugh, ¿tengo que hacer todo yo sola?— me quejo. Voy a la refri para sacar algo para preparar el desayuno. Hay huevos, eso es bueno. Voy al pantry y me encuentro con canela y veo que él tiene pan.— ¿Que te parece tostadas francesas?— le pregunto. Él no más me sonríe y yo sonrío de vuelta.
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