tomalo o dejalo

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A la mañana siguiente todos nos reunimos en la casa Hwarang para poder guardar las cosas que ocuparíamos en el viaje.

- su majestad todo está listo - dijo el comandante

- bien partamos - dijo el rey una vez que el ya estaba delante de todos.

Todos subimos a los caballos, nos sentíamos nerviosos y con miedo, pero no había nada que hacer, todos estábamos ahí por voluntad, solo nos queda ser valientes y yo más que nadie afrontar lo que se aproximaba.

El camino parecía muy largo,  llevamos casi todo el día en los caballos cabalgando hasta llegar a el reyno,  era demaciado cansado y faltaba mucho.

- hay que descansar un poco.

comentó el rey e inmediatamente nos detuvimos en el bosque.
Todos nos bajamos de los caballos, Soo-ho saco las botellas de agua que llevaba en el maletero que tenía el.
Cada quien tomo uno, una ves que bebimos  lo suficiente y nos sentamos debajo de los árboles. Yo me senté a el lado de Ban -Ryu , no tanto por qué yo quisiera si no por que tenía que hablaré con el.

- cómo estás? - le pregunté curiosa, temiendo una mala contestación, pero peor sentiría si no hubiera respuesta y solo me ignora, pero no fue así.

- bien y tú? - el volteo a mirarme, en sus ojos había brillo, como si se compareciera de mi.

- nerviosa - miraba a el suelo, tomando un pedazo de cesped y jugando con el como si fuera lo más interesante de el mundo, y es que la verdad me daba miedo, nervios y vergüenza verlo a los ojos.

- todos lo estamos, unos lo escondemos más que otros - levanté mi mirada pera ver a los demás y efectivamente, todos estaban nerviosos, todos se les notaba el miedo, pero mañana no hablar tiempo ni momento para tener miedo, solo para arreglar todo.

- mañana todo va a cambiar - comenté

- lo sé, me da miedo, pero, se que abeces los cambios sean buenos... Espero que este sea bueno - hablo con tranquilidad.

- y lo será, me aseguraré de eso - el volteo a mirarme repentinamente

- lo dices muy segura

- esto fue mi culpa, ya es momento de aceptarlo y enmendar mis errores, así que pase lo que pase mañana estoy segura de que ustedes estarán bien.

- de que hablas? Que estás pensando hacer? - pregunto alarmado, pero en ningún momento levanto la voz.

- estoy hablando de ser su ofrenda, será difícil, lo pensé en el camino y será difícil, por qué a el rey de mi pueblo le dará lo mismo si vivo o muero, o si me entregan como ofrenda el no me consideraría nada.

- entonces por qué lo harás? - pregunto confundido

- ya lo verás mañana - hablé segura.

El seguia mirándome con asombro, con tristeza.

- con respecto a lo otro, ya eh tado una decisión, pero no diré nada aún, primero quiero sobrevivir mañana.

- sea cuál sea tu devoción, solo quiero decirte que de verdad me gustas, nunca me había sentido así, con Tigo, todo es diferente, y gracias, por haber llegado, yo de verdad te quiero

A la mañana, solo fue cuestión de horas para llegar a el pueblo, en cuanto pusieron un pie dentro todos se tensaron, todos trataban de no temblar pero el echo de imaginar que era lo que podía pasar el miedo los invadía.
Estaban dentro de el palacio, los guardias los habían escoltado. El rey estaba a el frente de todos, el comandante estaba a el lado izquierdo y yo a su lado derecho, por lo que a el rey contrario le fue muy fácil verme.

En cuanto se dió cuenta de que iba a el lado de el rey su rostro se torno serio, pero no pasaron diez segundos, cuando su expresión sería pasaba a ser una divertida, no dudo que ya haya planeado que hacer con Migo.

- vaya, pero miren a quien tenemos aquí - se escuchó la voz de el rey.
El estaba sentado en su trono, deslumbrado esplendor, elegancia y gloria - no pudiste hacer el en cargo que te di, pero no te preocupes, ya no tengo nada que me ate a ti

- que quiere decir?!, Que le hizo a mi padre?! - grite tratando de dar pasos hacia adelante, pero los guardias que estaban a el rededor se pusieron delante de mi.

- digamos que tenía el presentimiento de que algo así pasaría y adelante las cosas.

En un momento deje de respirar, mi corazón dejo de palpitar y dejé de sentir lo que estaba a mi alrededor.
Pero no podía permitirme ser débil ahora.

- le ofresco un trato - el rey soltó una sonora carcajada

- tu?, Tú tendrás suerte si vives hoy, no solo me desobedeciste, rompiste tu lealtad a este reino.

- esto le convendría demaciado - dije decidida y firme.

- déjenla pasar - dijo el rey

Camine en dirección a el, se puso de pies, bajo de dónde estaba el trono y quedamos frente a frente.

- cuál es tu trato?

- me ofresco como ofrenda por parte de el reino de Silla, are lo que usted me ordene sin cuestionar - hice una reverencia muy marcada

Todos me miraban sorprendidos.

-   ya te lo he dicho tu no vales nada

- ese es mi trato - dije mientras me levantaba - tómelo o déjelo

- tu no me pondras condiciones a mi! Arrodíllate... ARRODILLATE!

E hice caso, me arrodille hasta que mi frente tocó el suelo.

- ahora sí, hablaré con el rey de Silla, y dígame usted también tendrá una propuesta?

- unifiquemos Silla y su pueblo, ser uno solo, no hay necesidad de heridos ni muertos, ambos tomaremos decisiones sobre ambos lugares.

- ahora entiendo por qué ese pueblo es tan miserable  - hablo con desprecio - no dudo que ella te haya convencido, no dudo que lo haya logrado enamorar, pues tienen la misma mentalidad.

- eso es correcto coincidimos en varias cosas y podría decirle que ambos pensamos exactamente lo - me levanté poco a poco -mismo y sabemos exactamente lo que el otro piensa justo ahora.

El rey miro hacia donde yo estaba y ese era el momento.

Saque una espada de entre mi traje alcanzando a hacer unas ligeras cortadas en un costado de mi abdomen, pero no me importo, con todas mis fuerzas levantaba la espada y está paso por el cuello de la persona que tenía delante de mi. El rey cayó a el suelo segundos después, muerto.

La mirada de el rey se conecto con la mía, ambos sabíamos que esto pasaría, y ahora sabemos lo que pasará.

- ahora Baekhen tiene un nuevo rey

Solo si te quedas a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora