I.IX. Nuisance.

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Madison.
Mayo 26, 2017.

Namjoon trató de abrir la puerta de su propia habitación; no se podía abrir, estaba cerrada. Tres toques en la puerta.
Abrí la puerta para él.

-¿Por qué bloqueas la puerta? -Preguntó con el ceño fruncido.

-Lo siento, me estaba vistiendo. -Dije en voz baja.

-Puedes vestirte en el baño. No puedes cerrarme la puerta de mi propia habitación.

-Lo sé, Namjoon. Lo siento.

Apenada, regresé a la cama y me recosté en el lado correspondiente.
Tratos como estos he estado recibiendo desde hace pocos días. La situación es muy incómoda entre nosotros, pues nuestra relación se ha visto ahora en un tono indefinido, por lo tanto es incómodo para los dos saber qué cosas hacer o no.

No entiendo realmente cuál es el problema, pero sea lo que sea, lo que sí sé es que Namjoon no está para nada dispuesto a tratarlo o afrontarlo.

Mayo 27, 2017.

Otro día de rutina para todos nosotros. Namjoon salió de la ducha vestido, con el cabello mojado y una toalla al rededor de su cuello.
Trataba de mantenerme positiva y no seguir haciendo las cosas incómodas, pero Namjoon de verdad no parecía querer hablar conmigo.
Ya había tratado de abordarlo varias veces, pero él solo pretende que no me escuchó, y algunas veces ha literalmente salido corriendo, dejándome detrás con las palabras en la boca. Usa excusas que ya no parecen verdaderas, y se enfrasca en su computadora, teléfono o algún libro cuando estamos solos, normalmente usando audífonos.

No entiendo el motivo de su actitud, pero aún si trato de averiguarlo hablando con él, me rechaza. A veces es tan descarado que interrumpe mis conversaciones con los chicos y me obliga a salir de la conversación, cambiándola a temas que yo no conozco o simple y sencillamente hablando en coreano. Los pobres chicos se ven muy incómodos, no saben si seguir hablando en inglés o seguir en coreano, pues desde que Namjoon y yo no nos llevamos muy bien, no pueden decidir de qué lado estar. Y no los culpo, seguramente están tan confundidos como yo lo estoy.

Estoy demasiado tensa con esto, por más que desee resolver este asunto, él no está dispuesto a hablar conmigo. Ni siquiera me mira, y no comprendo su actitud, si no le he hecho nada malo.

Antes de que se fuera, decidí comentarle algo que me había ocurrido, por lo menos para tratar de avanzar poco a poco hablando con él.

-Oye, acabo de terminar Hamlet. -Le dije con una sonrisa.

-Ahogó una risilla. -Hasta ahora? No puedo creer que hayas tardado tanto. -Dijo sin voltear a verme, mientras se arreglaba en el espejo. Su comentario me molestó, pues no tenía sentido.

-Es una novela bastante larga. -Dije frunciendo mi ceño.

-Esa es la versión resumida, Madison. -Dijo con aires de superioridad.

-¿Acaso tú te has leído la versión completa? -Respondí instantáneamente.

-No tienes por qué retarme de esa manera. -Dijo ahora mirándome.

-No te estoy retando.

-Lo estás haciendo. No solamente puedes venir a mi casa, quedarte aquí el tiempo que quieras y creerte la dueña de todo. No eres lo único importante aquí, ¿Sabes?

-¿Qué? Namjoon, ¿De qué...?

-No puedes simplemente adueñarte de nuestras cosas y hacerte la víctima, cuando ni siquiera a este país perteneces.

Vale, no puedo creer esto. ¿De verdad acabo de escuchar lo que acabo de escuchar? Sus comentarios me tomaron por total sorpresa.

-Namjoon, mi propósito aquí no es adueñarme de nada, y si te molesta tanto mi presencia pudiste haberlo dicho desde el principio. -Dije honestamente, estando herida.

-Pues sí, me molesta.

¿Q-qué?
¿Es en serio lo que estoy escuchando?
Sentí un vacío en mi pecho y una desesperación muy grande.
Pasaron millones de cosas por mi mente, pero nada parecía ser correcto, así que mi cuerpo solo se paralizó sin decir nada. Seguí viendo como se arreglaba, aún estando en shock, aún tratando de procesar que Namjoon me haya dirigido esas palabras tan horribles y que él siga actuando como si nada.
Cuando quise decir algo, ya era tarde.

-Tengo que irme. -Anunció su salida.

Me quedé en la habitación, yo sola con mis pensamientos.

Mayo 28, 2017.

Esa noche no dormí en la habitación de Namjoon. Preferí irme a dormir en la cama de Jungkook, que era significativamente más pequeña, pero en cuestiones de ambiente me sentía mucho más cómoda. También es esta la habitación de Yoongi.
Sin embargo, al despertarme, desperté sola. Jungkook ya no estaba en la cama y Yoongi tampoco en la suya. Era de esperarse, pues al ver mi teléfono, el reloj marcaba ya las 10:23 AM.

Rasqué mi cuello en confusión y suspiré mirando a las sábanas de la cama, aún sentada en ella.
Comencé a bajar las escaleras, aún en pijamas, decidida a tomar mi desayuno. Sin embargo, cuando pocos pasos me faltaban para entrar a la cocina, me detuve al escuchar mi nombre en una conversación. Me quedé justo antes de entrar al umbral, pegada a la pared, tratando de escuchar lo que Jin, Jungkook y Namjoon decían.

-Jin, no es solo eso. -Namjoon hablaba de otras cosas, pero no pude entender mucho debido a mi falta de idioma coreano. Sin embargo, hay varias cosas que si pude entender de la conversación. -Piénsalo, somos 7 hombres, ¿Qué haría ella viviendo aquí? -La voz de Namjoon resonaba en las paredes.

-Madison no puede irse.

-No es así, Jungkook. Ella puede irse, pero tú no quieres que se vaya. -Respondió Namjoon de vuelta, en un tono notablemente enfadado.

-¡Hyung, no puede ser que pienses así!

-Nos está imposibilitando, ella...

Y no necesité escuchar más. Las pocas cosas que pude entender me fueron suficientes para confirmar que yo, estaba oficialmente harta de estorbar en sus vidas.
Estoy harta de estorbar en las vidas de todos.

Corrí huyendo de nuevo a la habitación, y mientras subía las escaleras, simplemente no pude evitar que poco a poco, lágrimas fueran recorriendo mis mejillas. Y con pasos muy rápidos llegué a la habitación de Yoongi y Jungkook, pero no podía encerrarme en ella. No es mía.
Así que entré al baño, y me encerré en él.
Mis piernas fueron flaqueando poco a poco hasta que caí en el piso, y sentada en los fríos azulejos, las lágrimas no dejaban de recorrer mis mejillas. Quería gritar. Quería hacerles saber a todos que estaba destrozada, pero mi llanto debía ser silencioso para que nadie se diera cuenta. Nadie podía darse cuenta.

¿A quién le sirvo en esta vida? ¿Por qué a todos les estorbo?
Mi propia madre no me quiso desde el día en el que nací. Incluso para ella yo era un estorbo, y se le hizo muy fácil dejarme sola e irse a vivir la vida que siempre quiso.
Mi madre dejó sus errores atrás. Y probablemente eso es lo que soy. Un error en la vida de todos.

𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟; ᴋɴᴊ [𝘦𝘥𝘪𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora