#9 Los 6 mitos urbanos de internet

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1. La estatua 

Hace algunos años, un matrimonio del Estado de Oklahoma, EE.UU., decidió tomarse una noche para matar la rutina. Resolvieron salir a cenar a la ciudad. Al ser padres de dos hijos y ante las estrictas leyes estadounidenses con respecto al abandono de menores, ellos llamaron a su niñera de confianza.

Cuando la niñera llegó, los pequeños ya dormían. Entonces la empleada se sentó junto a ellos y se aseguró de que todo anduviera bien. Más tarde esa noche, ella se aburría y fue a ver la televisión, más no consiguió verla en la recamara porque no había televisión por cable (los padres no querían que los niños vieran algo indebido en la televisión). Entonces llamó a sus padres y les preguntó si podía ver la televisión en el dormitorio de la pareja. Obviamente, los padres se lo permitieron, pero la niñera tenía una última petición... ella preguntó si podía cubrir la estatua del ángel que estaba en la habitación de los niños con una toalla o una manta, ya que la ponía muy nerviosa. El teléfono quedó en silencio por un momento, y el padre, que estaba al teléfono con la niñera habló desesperadamente:

"... ¡lleva a los niños fuera de la casa ahora! ¡Estamos llamando a la policía! ¡No tenemos ninguna estatua de un ángel!"

Luego de cinco minutos de ser avisados, la policía encontró los tres cuerpos de los ocupantes de aquella casa muertos. Nunca se encontró una estatua. No había rastros de invasión. Ninguna evidencia, salvo las víctimas que murieron por golpes con un objeto cortante. El caso nunca fue resuelto y se convirtió en una leyenda urbana.

2. Al borde de la supervivencia.En Berlín, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el dinero escaseaba, los suministros se agotaban, y parecía que todo el mundo moría de hambre. Durante este período, las personas contaron la historia de una joven que decidió ayudar a un hombre que caminaba a ciegas entre una multitud.

La leyenda cuenta que ambos comenzaron a conversar y el hombre le preguntó si podía hacerle un favor: "¿Podrías entregar esta carta en la dirección escrita en el sobre?" Bueno, el lugar le quedaba de camino a su casa, por lo que ella acepto sin más. La chica comenzó su camino para entregar el mensaje, cuando notó algo en la dirección, un número que no podía distinguir, no sabía si se trataba de un "4″ o "9″. Se volvió de nuevo hacia el hombre ciego y se dio cuenta de que había emprendido una huida entre la gente sin sus gafas oscuras ni su bastón, como si estuviera huyendo.

Ella, por supuesto, encontró aquella actitud sospechosa, y en lugar de ir a casa fue a la policía. La policía, que tenía sospechas de que algo estaba pasando en la región por los incidentes registrados, visitó la dirección para comprobar si existía alguna conexión con sus sospechas. Una vez allí, hicieron un descubrimiento aterrador, tres carniceros cortaban carne humana y la vendían a la gente hambrienta por un precio amigable.

¿Sabes lo que había en la carta que el hombre le dio a la joven? Una nota, apenas se limitaba a decir: "Esta es la última que mando para ustedes hoy."

3. No solo los perros lamen.

Una niña de 15 años, conocida en la historia simplemente como "girl", decidió que ya era lo suficientemente mayor como para quedarse sola en casa, desestimando un viaje con sus padres durante un fin de semana. Además, si algo pasaba ella tendría a su fiel perro para protegerla.

Al llegar la noche, cerró todas las puertas y trató de cerrar las ventanas, pero una se negó a cerrarse. Después de mucha insistencia, la chica se rindió y dejó la ventana abierta. Se dio un baño y se fue a dormir. Su perro tomó su sitio de costumbre bajo la cama.

En el medio de la noche se despertó debido al sonido de un goteo constante proveniente del cuarto de baño. Estaba demasiado asustada para ir a ver de qué se trataba. Metió la mano debajo de la cama y sintió una lamida. Eso la calmó y volvió a dormir. Más tarde, se despertó nuevamente con el sonido de las gotas. Temerosa, una vez más extendió su mano debajo de la cama, sintió una lamida y se volvió a dormir. Despertó más tarde nuevamente, extendió otra vez su mano y sintió la lamida.

Arruina Infancias & CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora