CAPITULO TRES.
Nerviosa arrugué el papel, no como haría para lograr llevar a todos mis compañeros allí sin contarles sobre la existencia de la nota.¿Por qué?... No lo haría...¿Verdad? No, no lo haría, no puedo arriesgarme a saber lo que pasa sino lo cumplo, necesito volver a casa, quiero volver a casa.
Una idea cruzó mi mente, era difícil de conseguir que todos, porque la nota decía todos, estuvieran allí, en lo que habíamos denominado El Centro, realmente asustaba lo que pudiese pasar donde actualmente nos encontrábamos, en una especie de selva, en la que apenas habíamos estado unas cuantas horas, en la cual no sabíamos que extensión tendría, en la que no sabíamos que podríamos encontrarnos y menos de noche, pero lo intentaría, juro que lo haría, no me iba arriesgar a saber cual sería el castigo si no cumplía lo que en aquel papel ponía.
Eché un vistazo a la sala, intentando localizar a Ruth, ella se encontraba sentada en la gran mesa hablando con algunos componentes de su grupo, me acerqué a donde ella se encontraba, le toqué la espalda a modo de llamada mientras saludaba a los demás con la otra mano.
-Ruth necesito tu ayuda.-Dije lo suficientemente alto para que me escuchase pero no tan alto como para que me escuchasen los demás.
-De acuerdo.-Exclamó algo confundida mientras nos dirigiamos a donde me encontraba anteriormente.
-Tienes que ayudarme a reunir a todos aquí.-Dije mientras resoplaba.-No preguntes, solo hazlo, por favor.- Ella solamente me sonrió mientras asentía con la cabeza.
Caminé hacia las escaleras dispuesta a avisar a todos los que estuviesen arriba, finalmente cuando me encontraba en la planta de arriba algo me llamo la atención, la puerta estaba abierta.
Intrigada me dirigí hacia ella, observe de nuevo sus inscripciones "PSDH", habían cambiado, ya no tenían ese color azul oscuro que hace una hora aproximadamente poseía, ahora eran rojas, un rojo fuerte, confundida acerqué mi mano hacia las letras y las toque con cuidado, comprobando así que la pintura aún no se había secado, se encontraba lo suficientemente fresca para manchar mis dedos de rojo.
Fijandome de nuevo en la puerta recordé porque me había acercado hasta ella, estaba abierta, acerqué mi mano hacia el pomo, ansiosa por saber lo que allí se encontraba, pero la puerta se cerró, confundida intente escuchar lo que pasaba al otro lado de esa puerta, solo puede escuchar el sonido de las llaves cerrando la puerta.
Sacudí la cabeza y decidí olvidar lo que acababa de pasar, este día estaba siendo de lo más extraño.
Poco a poco fuí tocando las puertas de cada habitación y repitiendo la misma frase.
-Todos abajo, tenemos que hablar.
Después de repetirlo con las cinco puertas bajé de nuevo.
Me coloqué junto a Ruth, esperando unos minutos hasta que todos estuvieran abajo.
Bajo la mirada expectante de todos decidí hablar.
-Perdonadme por molestaros, pero he tenido una idea.- hice una pausa para pensar lo que diría.- Deberíamos volver a El Centro.- Solté de repente.
-¿Te has vuelto loca número dos?- Exclamó aquel chico. ¿No se da cuenta de que los demás no saben nada de eso? Podrían sospechar de nosotros de hecho yo lo haría, pero este chico parece ser que no se le había pasado por la cabeza eso, bueno en realidad dudo que use mucho la cabeza.
-Deja que acabé Tyler.- Exclamó Ed, así que el era Tyler...
-Gracias Ed, lo que decía, deberíamos volver a El Centro, puede que hayan vuelto a por nosotros, no perdemos nada por ir a comprobarlo.-Exclamé subiendo mi tono de voz a medida que hablaba debido a los susurros que se oían por toda la sala.
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SÁLVATE.
Teen FictionHan estado desapareciendo personas, adolescentes, muchos, demasiados, desde hace un largo tiempo, cincuenta y cuatro años, desde hace cincuenta y cuatro años los adolescentes temen ser ellos, porque una vez que cumples los quince años, nadie,nunca,j...