Shades ⇴. (Jungkook)

Capítulo 8

Jungkook había dejado todo atrás, su escuela, su casa-habitación, todo. Había llamado más de lo normal la atención y su hyung le había dicho que tenía que esconderse por un tiempo, aunque sería realmente difícil que lo vinculen con ese asesinato.

Ahora mismo estaba frente un edificio, un complejo de apartamentos. Subió las escaleras con cansancio, pues el elevador no funcionaba. Habitación 315, estaba frente a él. Había buscado un apartamento menos llamativo.

No sabía de cuánto sería su estadía, pero tenía que buscar la manera de salir de ese lugar, siempre había sido inteligente, siempre había salido de cualquier problema y ésta, no sería la excepción.

Días pasaban y Jungkook solo se limitaba a estar en su habitación, donde solo perdía el tiempo en ver las noticias locales, el asesinato de Young Mina pasaba por la televisión.

Miró con atención cada escena que pasaban, no mostró ningún sentimiento de remordimiento, dejó que la televisión se escuchara aún mientras él volvía su vista hacia ese diario que había empezado o hace mucho.

Cada detalle estaba ahí, nombres de las diferentes chicas que habían sido despojada de sus vidas, edades y el lugar. La última en integrarse en esa lista era ella, Mina, la chica que más se le había asemejado a su Noona.

Unos toques le habían desconcertado un poco, miró hacia la ventana, aún era de tarde, la luz solar seguía ahí. Los toques de volvieron más insistentes. Gruñó para sus adentros, escondió su diario detrás de los cojines del sofá viejo. Se levantó y se dirigió hacia la perrita, se asomó por la lentilla, su vecina de nuevo estaba ahí. Abrió con molestia en su rostro, y no hizo nada para disimularla.

─Vecino, es bueno encontrarlo aquí, hoy me pasé por el supermercado y encontré unas rebajas, solo que me emocione y compré de más, así que pensé que ésto podría servirle. ─

La chica tenía una bolsa de papel entre sus manos, dentro habían varios productos de comida.

"Déjala, tal vez ella nos pueda ayudar, no te puedes dar el lujo de salir ahora mismo."

─Gracias ─ Jungkook le quitó la bolsa de las manos, intentó cerrar la puerta pero ella lo detuvo.

─Me preguntaba... Ya que traje ésto podría pagarme con una cena ─ sonrió.

─No tengo dinero ─

─No se preocupe vecino, yo traeré la cena y un vino que tengo por ahí, usted pondrá el departamento ─

Jungkook se lo pensó, pero su hyung decía que era una buena oportunidad, tal vez esa chica pueda ser de utilidad, consiguiendole víveres.

─Claro ─

─Entonces a las siete vendré, espero que este listo, hasta más tarde ─

La chica se despidió de Jungkook efusivamente, Jungkook cerró la puerta de inmediato, suspirando con cansancio, aunque no tenía nada mejor que hacer, prefería estar solo.

Jungkook había guardado las cosas en la alacena de madera vieja, apenas y eran dos cubículos improvisados, aunque tenía dinero, no quería usar sus tarjetas de crédito, era por eso que solo gastaba lo que tenía en efectivo, al menos hasta que todo se calmara un poco.

Las siete de la tarde-noche llegaron, y con eso una vecina arreglada de más llegó a su departamento. No lo negaría, la cena que ella trajo estaba muy rica, pero seguía prefiriendo estar solo.

Entre las platicas diversas que ella tenía, las cuales eran intentos fallidos de que Jungkook se integrará y hablara más sobre su provenir, Jungkook se dio cuenta del enamoramiento que ella tenía hacia él. Absurdo, pensó él.

─Es muy guapo, y me gusta ─ aceptó ella, pues con algunas copas de más sentía que podía hablar sin tapujos.

─¿Gustarte? Apenas y hemos hablado ─

─Pero lo guapo no se niega ─

Jungkook negó sonriendo divertido por primera vez en ese día.

─¿Te gustaría aún si fuera un asesino? ─ los ojos oscuros de Jungkook brillaron con malicia.

─Bueno... Si puedo estar alrededor de ese cuerpo tan bonito... No hay problema ─

Jungkook soltó una carcajada, haciendo que la chica se sobresaltara en su silla.

─Eres interesante, tal vez pueda permitir que estés alrededor de mí ─

─¿En serio? ─ ella preguntó con alegría.

─Claro, pero antes, tienes que prometer que no dirás nada de esto a nadie, será nuestro secreto ─ la voz de Jungkook salió casi como un ronroneo seductor, haciendo que la chica moviera su cabeza de arriba hacia abajo efusivamente.

─Lo prometo ─

Jungkook asintió también, recargando se en el respaldo de la silla, se cruzó de brazos. Escuchó como la chica psrloteaba palabras sin sentido, tratando de hacer su promesa aún más profunda.

─Me serás de utilidad ─ sonrió de manera ladina.

Las intenciones de Jungkook eran otras, muy diferentes a las de ella, ya que no podía salir de ahí, ella sería sus ojos y oídos allá afuera. Muy buena estrategia, a cambio, él le pagaría muy bien.