"Una distracción"

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Todo mi cuerpo estaba extendido por toda la cama, mis extremidades colgaban de ella, vivir en las catacumbas no era tan malo, era un lugar privado, solo tenía que espantar  a los "niños y muchachos" que se acercaban al lugar para encontrar algo que los asustara, yo les daba lo que buscaban y ellos estaban recibiéndolo. Levanté la mirada al reloj de tres números: 7:57, después siguiendo la curva por mi lado derecho, observé el cadáver de mi cena anterior: "Paola Rousseff" tenía apenas 20 años y hace dos días había sido condenada a cadena de muerte. Por suerte, uno de mis amigos trabajaba como Dr. Letal y me compartía sus cuerpos. Vibró mi celular y después comenzó a sonar, me levanté sorprendida de que tuviera recepción:
-tienes que ayudarnos, un hombre se quiere matar desde el piso 58, ningún equipo ha llegado, estamos en la avenida principal-dijo Jeff
-entiendo-dije.
Acomodé en su lugar mi sostén, tomé la primera camiseta que encontré, botas y llaves. Subí a la superficie y encendí mi Mustang negro, el último murciélago del año. Manejé sin pensar en la velocidad hasta la avenida principal donde se encontraban una bola de patrullas y periodistas. Piteé hasta que me abrieron paso, detuve el auto detrás de las rodillas de Jeff.
Jeff Adler era el agente especial más atractivo de toda la Unidad. Su 1.87, 90 kg, piel blanca y ojos miel hacían juego con sus músculos marcados y tonificados, además de tu inteligencia y astucia que lo hacían único. No estaba enamorada de él pero era una belleza difícil de no admirar.
-Jane, que bueno que viniste-se acercó a mí cuando abrí la puerta del auto. Los gritos de las personas atrofiában mi audición y cubrí mis ojos con lentes de Sol. Salí pateando la puerta y tambaleándome.
-¿qué sucede?-mire hacia arriba para ver al hombre de traje gris y sangre en la boca tratando de saltar; me crucé de brazos.
-es William, Roses​- inició Jeff -el bancario más famoso y millonario-
-sé quién es-me quité los lentes -¿por qué quiere morir?-
-aun no lo descubrimos. Ningún equipo ha logrado subir-
-ok, feliz cumpleaños Jeff-palmeé su hombro y le di mis lentes. Caminé hacia la zona de seguridad donde una colchoneta de varios metros inflada con litros de oxígeno esperaban la caída, rodeada de patrullas y personas llorando y gritando
-¿qué harás?-caminó a mi lado
-¿por qué los equipos no suben?-me agaché para pasar la línea amarilla pero un radio aturdió mi sentido
-el elevador colapsó-
-¿la parte de atrás esta libre?- miré a un lado
-¿vas a escalar?-
-es la única manera-
-dame dos minutos-me detuvo, un roca calló a un lado, William estaba acercándose a su objetivo
-no tenemos tiempo-miramos hacia arriba y luego nuestros ojos se encontraron. Corrí hacia la parte de atrás pero Jeff me lanzó un radio.
Llegué hasta las escaleras de emergencia, guardé el radio en las bolsas de mi trasero y comencé a subir por los barandales de las escaleras, sin tocar los escalones, iba a ser más rápido que correr. Cuando llegué al piso 57, me sostuve de un tubo alto y con las piernas rompí un vidrio. Me metí al departamento vacío y salí por le pasillo, corrí hasta el número donde se encontraba el gran y cómodo apartamento de Roses, paté las puertas que se interponían. Llegué a la ventana y la abrí rompiendo los seguros, saqué la cabeza y parte de mi torso recargándome en mis codos.
-buenos días-sonreí. William se espantó pero mantuvo el equilibrio.
-¿quién eres tú?-preguntó temblando
-Jane Cane-le ofrecí la mano -no tiene que estrecharla- sonreí amablemente -por qué quiere morir?- miré hacia abajo
-¿tú no?-seguía temblando
-en realidad...-me quedé pensando que yo no podía morir -eso no importa, usted es joven, tiene un gran futuro, tiene mucho dinero-traté de convencer
-mi esposa me engaño-comenzaba a llenarse los ojos de lágrimas
-wau, eso si es malo, pero, ¿por qué tiene que morir?-tenía que comenzar mi técnica "anti-caída". Pase mis piernas lentamente por el marco de la ventana, el piso donde William estaba parado era lo suficientemente ancho para que se acostara. El radio hacia interferencia y ruido.
-ya no tengo nada-bajo la mirada
-Jane, no debiste haber salido del edificio-dijo Jeff por le radio. Lo saqué de mi bolsa y hablé tras el
-no me interrumpan- lo puse en el suelo -señor Will, ¿por qué no decide entrar al edificio y planear una venganza?, ¿por qué destruirse usted y no a ellos?-expliqué recargándome en la ventana y cruzando mis brazos
-¿me ayudarías?-le brillaron los ojos
-claro-sonreí
-me caes bien- trató de recargarse en su pie izquierdo pero este resbaló y cayó, afortunadamente soy más rápida que cualquier movimiento humano y lo sostuve de la muñeca haciendo que todo mi cuerpo se estrellara contra el suelo.
-¡Jane, ¿qué está pasando?!-gritó Jeff por el radio
-necesito una distracción-dije por el radio acercándolo a mi boca
-¿qué?-la voz de Jeff era especialmente atractiva cuando hablaba por el radio
-tengo que levantarlo, pero necesito que nadie vea-volví a pegar el radio a mis labios
-dame tres segundos-.
"1, 2..." se escuchó un disparo. Al número 3 levanté como una pluma a William, nos pusimos de rodillas en el suelo
-que fuerte eres-dijo William apenas con aliento y la cara pálida, seguía temblando.
Lo ayudé a levantarse y justamente el equipo de auxilio se asomaba por la ventana, lo ayudo a pasar por la ventana al señor Roses​. Jeff legó corriendo hacia a mí, tomó mi mano para ayudarme sabiendo que no lo necesitaba.
-¿estás bien?-me estrechó contra su cuerpo
-siempre-sonreímos
-hiciste un buen trabajo-caminó a mi lado
-gracias-sonreí -pero tenemos que averiguar porqué el señor Roses tiene sangre en la boca- dije mirando a mi alrededor -no creo que se haya golpeado con algo-continué
-¿sangre?, ni siquiera lo había notado- me miró Jeff
-si, justo al final de su comisura derecha-señalé con mis dedos la posición donde estaban dando explicación
-oye Steve-levantó la voz Jeff al hablarle al segundo agente -averigua porqué Roses tiene sangre en la boca- Steve juntó las cejas asintió alejándose de nosotros.
Caminamos por el elevador observando cómo una decena de periodistas corrían hacia el Sr. Roses. Con el pasar de los años y el cambio de todo, me acostumbré a escuchar miles de voces y pensamientos al mismo tiempo, al igual que diferentes luces y colores. Los flashes de las cámaras se reflejaban hasta el final del pasillo comenzando por el elevador.
-yo no pude haberlo hecho solo, fue ella quien me ayudó-dijo William señalándome. Inmediatamente los periodistas corrieron hacia a mí, rodeándonos y estrechando a Jeff conmigo.
"¿Cuál es su nombre?", "¿Cómo lo logró?", "¿Qué mando tiene usted?", "¿De dónde viene?", realmente no podía escuchar con atención.
-la señorita Cane tiene muchos años trabajando con la agencia haciendo siempre un excelente trabajo, pero no es momento de preguntas- puso su brazo de distancia Jeff y los reporteros mientras caminábamos. Logramos bajar en el ascensor justo después del Sr. Roses​. Caminamos hasta nuestros respectivos autos deteniéndonos en mi Mustang.
-¿hay más trabajo?-pregunté a Jeff recargándome en mi espalda
-al parecer no-sonrió
-bien, sube, te llevaré a comer- señalé con la cabeza la puerta del copiloto
-de acuerdo- levantó los hombros en señal de que no tendría nada mejor que hacer el día de su cumpleaños.
Conozco a la familia de Jeff desde que su bisabuela estaba en el vientre de su madre, hace más de 150 años. Unas buenas personas desde el inicio, la humildad y el noble carácter los caracterizaba, siempre ayudaban a las demás personas sin pedir nada a cambio, siempre responsables y bellos físicamente, con un negocio de mecánica y siempre, de familia numerosa.
En cuanto a mí. Mi madre era una humana y papá el líder del clan Pander, Joseph, es su nombre. Mamá murió en el parto, dejándome solamente con papá, él fue quien me convirtió a una inmortal, desde que tenía 17 años, él quería que disfrutara un poco mi humanidad, pero ni siquiera recuerdo esa parte. Siendo yo la princesa del clan Pander, tengo responsabilidades que cumplir, como asistir a las camarillas, los círculos y uno que otro Aquelarre para la diversión; la responsabilidad más importante es tener que aumentar las riquezas de la familia. Algo extraño que decidió mi papá es que llevara el nombre de mamá y no de él, siendo tan ególatra dudo mucho que cada que me mira le recuerdo a ella.
El "Rose Cane I", el restaurante cinco estrellas de la ciudad y más solicitado por vario años. Rose Cane como mi madre. Soy dueña de la línea Cane, restaurantes y bares las componían; la primera línea promotora del clan, por mi parte "Black", una marca personal de ropa, accesorios y zapatos como la segunda línea promotora del clan.
Manejé hasta el Rose I, ya con una velocidad moderada y charlando con Jeff sobre su cumpleaños número 27 y mi larga vida:
-entonces, ¿cuántos años tienes en total?-entrecerró los ojos al mirarme
-un poco más que 1000-

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