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Adam abrió la puerta para nosotros, tenía dos hombres a mi lado y uno a mis espaldas con armas largas. Apenas caminamos unos 20 metros cuando una luz veloz arrasó con el cuerpo de Jane, me tomó unos segundos distinguir que Joseph tenía por el cuello a Jane contra una pared.
-¡¿Qué diablos te sucede?, Maldita sea!- grito Joseph directamente en la cara de Jane
-¡Él no es tu hijo, es un bastardo!- grito Jane con la misma furia
-¡Es mi sangre!- sujetó más fuerte el cuello de Jane
-tú no tienes sangre, ni alma, no sé cómo puedes dar vida si eres un muerto- cada vez la voz de Jane era más débil, grietas de muerte comenzaban a aparecer en su rostro.
-Joseph- di un paso al frente. Los ojos cafés oscuro de Joseph y Jane me miraron al mismo tiempo.
-oye, no hagas esto- dijo Adam sosteniéndome del brazo
-mata al chico Adam- dijo Joseph
-no, no lo tocarás. Él no me traicionó como tú a mamá-  dijo Jane con la poca voz que aún le quedaba. Realmente no sé por qué me había atrevido a siquiera decirle por su nombre al jefe del clan enfrente de todos. Joseph soltó lentamente a Jane y se alejó, inmediatamente corrí hacia ella y puse las manos en su cuello para comprobar si tendría el mismo efecto que la última vez que toqué una herida suya. Efectivamente sanaron sus grietas. Joseph y todos los demás se quedaron sorprendidos.
-¿Mejor?- pregunté ayudándole a levantarse
-si- entrelazamos los dedos
-esto, eso solo lo he visto una vez en mi vida- dijo Joseph
-¿Qué significa?- preguntó Jane con ansias. Apretaba mis dedos tan intensamente que comenzaba a dejar de sentirlos. -¿Joseph que significa?- insistió -¡¿Qué significa?!- ahora se encontraba Jane golpeando a su padre contra la pared. Mi celular vibró, era una llamada de la oficina:
-Adler- contesté
-tenemos un problema, se han encontrado dos cuerpo, Jane y tú tienen que venir lo más pronto posible a la agencia- dijo Michael por el teléfono
-estamos en camino- dije -Jane- la llamé, sus ojos nuevamente eran rojos -Jane- me miró por fin. -tenemos trabajo-
-¿qué pasa?- caminó hacia a mi
-Jane, no es seguro que salgas del castillo, quédate aquí no es seguro- dijo Adam tomando de la mano a Jane
-Padre no me quiere aquí- contestó soltándose de su mano
-por favor, Jane- volvió a detenerla por la mano
-tengo trabajo-. Paso a su lado y caminó hacia a mi tomándome la mano.

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