"Desconfianza"

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Todos se hicieron a un lado dejando ver a mi padre y al mini ejército que llevaba con él.
-Señor Pander, su hija a cometido un delito- explicó Charly
-déjenla ir y no los mataré- contestó Joseph
-usted no matará a nadie señor Pander- volvió a contestar
-escúchenme, todos ustedes cometen un error, las gemelas están vivas, por eso no encuentran los cuerpos, este mundo no es como lo piensan, nosotros, somos de otra... Naturaleza, además de que es imposible que yo haya salido incluso del estado- interrumpí a todos los presentes
-Jane, no- trato de interrumpir mi padre
-no, Joseph, es hora de que el mundo sepa que hay seres superiores- lo detuve
-¿Superiores?- pregunto una voz. Adam disparó una pequeña bala y la detuve con la mano, la lancé sobre mi hombro en la dirección de la voz. Todos se quedaron callados, nadie se movió.
-ahora, nosotros nos encargaremos de encontrar a las gemelas y ustedes se encargarán de casos que puedan resolver, si me necesitan saben en dónde encontrarme- caminé terminando de destruir las esposas en mis muñecas, todos me dejaron pasar, Joseph caminó detrás de mí, y Adam se puso a mi lado.
-Jane, tenemos asuntos que resolver, las rastreadores encontraron a las gemelas, no las tienen pero saben en dónde están, el juzgado vampírico quiere que hagas una declaración y tenemos que pagar las tarjetas de crédito-
-¿Ahora eres mi asistente?- lo dije riendo
-ahora que regrese me estoy encargando de tus asuntos- contestó
-Adam es un buen chico, es obediente, fuerte y es vampiro- recalcó papá la última descripción -le pedí que se encargará de tus asuntos ahora que serás la nueva Sire-
-lo sé papá, me he dado cuenta de que Adam es vampiro pero no era necesario que hicieras eso, puedo encargarme de mis propias cosas- dije deteniéndome enfrente de toda mi gente -sigan a mi padre hasta mi oficina, Adam y yo hablaremos unos segundos aquí- ordené. Todos los Pander siguieron a mi padre y Adam se acomodó su arma en el pecho.
-¿Qué sucede?- dijo Adam
-no tienes que seguir las órdenes de Joseph, eres mi mejor amigo pero no quiere decir que seas mi sirviente- cruce los brazos
-escucha, tu padre solo quiere protegerte-
-lo sé- lo interrumpí -pero yo también se protegerme y sobre todo quiero mi espacio-
-entiendo. Eres demasiado buena para esto- me abrazó Adam.
En ese momento me percate de una respiración alterada. Como si Adam también se hubiera dado cuenta, nos soltamos y miramos a Jeff que estaba con los nudillos blancos mirándonos. "Ve a la oficina" dije mentalmente a Adam, después de dudarlo unos segundos se fue.
-tienes que perdonarme- dijo Jeff tomando su cabello entre sus manos
-tú tienes que escucharme- dije señalándolo
-enserio, yo...- trato de decir cuando estaba caminando hacia mi oficina -Jane, tienes que escucharme- camino a mis espaldas
-no, tu tienes que escucharme- golpe su pecho con mi dedo, sabía que eso la causaría daño -desde ahora tú atenderás a mis órdenes, cualquier relación que hayamos tenido quedó en el olvido, harás lo que yo te diga sin dudar, me llamarás Cane y antes de hacer algo me lo preguntarás- terminé entrando en mi oficina.
-¿Qué tenemos?- dije abriéndome paso entre todos mis hombres hasta el escritorio
-tenemos que irnos, las gemelas están en las cascadas- dijo Adam colgando el teléfono
-andando- dije dándome la vuelta, todos me siguieron
-¡Jane, Jane!- grito Jeff detrás de mí, lo miré duramente -perdón, Cane. ¿Puedo ir con ustedes?-
-no- dije secamente
-por favor, son mis hermanas- se abrió paso hasta quedar enfrente de mí
-tal vez pueda ayudar- dijo Adam a mi lado
-no te quedes atrás- contesté.
Estábamos a dos pasos de un gran ventanal que estaba cerca de los elevadores cuando escuché suaves pasos. Apenas tuve tiempo de girar cuando ví a Álex, hermana de Adam, corriendo hacia mí y lanzándome en sus brazos a la ventana. La sujeté fuerte a mi y la hice girar para que su cuerpo pegara en el pavimento o un auto, pero sería demasiado estruendoso para los humanos, haríamos un agujero enorme, así que cuando visualice el auto me deje caer a un lado. El auto se destrozó, casi se disminuyó el tamaño del capó, Alex se desmayó en ese momento, yo me quedé sentada. Todos ya estaban abajo cuando me levanté.
-¿Estás bien?- preguntó Joseph
-arréstenla- ordené -luego arreglaremos esto-
-¡Alex!- dijo Adam sorprendido a ver a su hermana
-todos suban a las camionetas, Adam nos llevará al lugar- dije en las mentes de todos.
Cruzamos la calle y nos metimos al callejón donde estaban todas las camionetas guardadas.
Joseph, Adam y yo íbamos en la cabeza. Adam nos guío a la zona montañosa de la ciudad, cerca de donde estaba mi cloaca. Tuvimos que dejar los autos para seguir a pie, a pesar de que conocía la zona no me quedaba claro a qué lugar quería llegar.
-¿Falta mucho?- pregunto papá rompiendo el silencio
-unos cuántos kilómetros- respondió Adam. En ese momento pasaron corriendo dos sombras a toda velocidad, sabíamos de quién se trataba.

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