Cuatro de Febrero de dos mil diecinueve
La heredera de mi vida, la reina de mis pesadillas.
No sabría cómo empezar a relatar mi historia... Pero vamos a ello con una sencilla pregunta:
¿Creen en Dios?
Sean cautos con su respuesta, pues no tiene relevancia para esta historia; pero por mi parte sí, yo creo en aquel Dios cristiano. Me es más fácil vivir con la existencia de un ser superior.
Es así como inicio todo, de ese modo la conocí.
Recuerdo que fue a finales de septiembre cuando hicimos un retiro espiritual de tres días (que paliza, lo que uno debía hacer para tener un 20 en religión), en eso, conozco a un chico alto como un poste, de cara amable y de sonrisa cariñosa que respondía al nombre de Eugenio.
Durante el retiro no puedo asegurar de lo que se conversó, aunque dos cosas se quedaron en mi cabeza: él tenía una banda musical y quería que yo participara, ni que decir tiene que dicha petición fue rechazada; la segunda fue que él tenía una amiga igual que yo en lo que respectaba a gustos (y rarezas), que se hallaba soltera y que podía probar suerte.
ㅡIgual te gustaㅡ me dijo sonriendo.
ㅡMe lo pensaréㅡ respondí con ganas de comerme la mandarina del desayuno.
Había que regresar a hacer..."hacer cosas", no lo recuerdo bien pero para resumirlo ese fin de semana se lo dedicamos a PAPÁ DIOS.
Siendo entonces para la otra semana, Eugenio llegaba sonriendo como siempre, a su lado llegaba la "susodicha" chica que me había comentado.
ㅡHola André, ella es Sandra ㅡ iniciaba Eugenio presentándomela.
ㅡHola, un gusto ㅡ respondí.
ㅡLo mismo digoㅡ dijo la chica con desdén mientras nos dábamos las manos.
Tenía las manos frías como el hielo, eso me sorprendió.
Descriptivamente, Sandra, era tan alta como Eugenio, portaba gafas, llevaba el pelo suelto. Su ropa consistía en una blusa fucsia, unos vaqueros y unas sandalias. En retrospectiva es un poco irónico que se llamase Sandra, pues yo estaba colado por otra Sandra que conocía... aunque eso no terminó bien. Y ahí estaba, cuan larga era, con su mirada incómoda, su cintura delgadita y para agregarle más morbo, tenía unos senos perfectos; no eran grandes como melones ni carecía de ellos para hacerle la comparativa con una tabla, eran bonitos, redondos y respingones. Perfectos, a mi parecer.
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San solterin [Hablando con los solteros]
RomanceSiempre vemos parejas felices y nos decimos lo lindo que es el amor, pero cuando esa magia se acaba todo el mundo se olvida de estas personas que quedaron con un corazón roto o quizás con más de una historia que contar. Este 14 de febrero es San sol...