En tus latidos, yo viviré

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- Marie... ¿Por qué eres tan hermosa? - le pregunté, mirándola directo a aquellos ojos verdes esperanza que su rostro lleva con tanta elegancia, como si de un collar de perlas se tratase.

- No digas esas cosas, cabeza de chorlito, que me sonrojo. - ríe ella, mirando hacia el suelo.

- Te necesito siempre conmigo. No me abandones nunca. - dije, sin pensar mis palabras. ¿Por qué dije aquello? Ella rió ante mi comentario, y posó su mano derecha en mi mejilla. Yo cerré automáticamente los ojos ante su cálido tacto.

- Qué cosas dices, tontín. Tu sí que eres posesivo, ¿heh? Pero en tu declaración hay un pequeño problema. - yo la miré desentendido, y ella quitó su mano de mi rostro y con ella tomó la mía - No me necesitas, Bastian. Jamás lo hiciste. Nunca dependíste de mí, ni moriste si no me veías. Querido, no me necesitas. Pero aún así, jamás te abandonaré. Te lo prometo.

- Marie, no sé por qué, pero tengo esta sensación de que te perdí. No me gusta para nada sentirme así. Te extraño, pero te tengo en frente mío. No entiendo. ¿Qué me está pasando? - lágrimas caían en mi regazo, lágrimas de ira y tristeza. Pero en mi cabeza y corazón, reinaba la confusión. Marie entonces tomó mi rostro entre sus manos y me obligó a mirarla a los ojos.

- Bastian, escúchame esto, ¿Si? - asentí levemente - No estás solo. Y no importa qué tan lejos esté, yo sé... Yo confío en que tú tendrás la fuerza para levantarte nuevamente y seguir. Yo sé que no te rendirás. Aunque yo ya no esté, quiero que sigas. Bastian, te amo, pero quiero que vuelvas a amar. No quiero que mi recuerdo sea una traba en tu vida. Sigue viviendo, y en tus latidos yo viviré. - una lágrima cayó por su mejilla, directo a la nada.

- ¿De qué hablas? Marie, ¿qué está pasando? Marie... ¡Marie! - su rostro, muy lentamente, se desvanecía, su tacto ya no lo sentía, el mundo se tornó blanco en un segundo y sus luceros verdosos no abandonaron mi mente hasta el último momento.

Estaba en el hospital. Ahora recordaba todo. Marie, la explosión, todo.

Y lo único que quería era olvidar.

FallingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora