El Último Año

Capítulo 20

-¿A donde iremos hoy entonces? - Minerva pregunto tomando su mano discretamente.

Artemisa giro la cabeza para verla mejor.

-¿Es necesario ir a algún lado? De verdad estoy disfrutando esto.

El sol de noviembre pegaba en sus rostros, ambas se encontraban acostadas en el césped de la casa de la más joven, como la primera vez que ambas estuvieron juntas, bajo aquel durazno que aún desprendía las pocas hojas que aún tenía.

-Podemos ir por helado.

Artemisa suspiró, necesitaba decirle la verdad: -Tengo que salir con Amanda hoy, Minnie dejame explicarlo.

-Es tan fácil explicar que pasas más tiempo con ella que conmigo. - Minerva se sentó rápidamente para verla desde arriba.

Artemisa no pudo evitar ebosar una sonrisa al verla, el sol pegaba en su rostro de manera magestuosa, sus hermosos orbes azules resaltaban ante la luz del sol, llevaba un vestido afirmando su cintura. Minerva no era una mujer esbelta como lo era Amanda pero a sus ojos era la persona más hermosa del mundo, amaba su cintura, su cadera, sus voluminosos senos, los lunares que tenía en la cara, era la mujer más hermosa a su vista.

-Eres tan hermosa. - Musito la menor sonriendo.

-No me cambies el tema Favre.

-No pasó más tiempo con ella Minnie. - Artemisa se incorporo para quedar a su altura- Bueno, quizá si, pero ambas sabemos que no podemos estar todos los días juntas. Te amo Minnie, más que cualquier cosa en mi vida y debes de entenderlo.

-¿Más que aquel piano que está en tu habitación?

-Más que... Espera, no ese piano es mi vida entera.

Artemisa recibió un leve golpe en el hombro acompaño de una risa.

-¿Quien te hablo de mi piano secreto?

-Tu madre. Ahora se que sabes tocar el piano y cantar, espero escucharte alguna vez.

-Y claro que lo vas a hacer amo mio. -se acerco a ella para besarla dulcemente- Algún día.

-Volviste a cambiar de tema. - Reclamo Minerva sobre sus labios.

-Yo te amo a ti y es lo único que Importa. - Aclaro besándola nuevamente- Entiendelo.

La tarde había caido y tal y como lo había prometido ahora se dirigía a la casa de la familia Basinas para conocer a su última integrante. Estaba nerviosa, pero era normal, aquello comenzaba a ser muy formal para ser real.

-¿Y si no le agrado? ¿Y si me termina odiando? - Artemisa lanzaba sus preguntas nerviosa.

-Tranquila. - Murmuró Amanda con la vista en el camino acariciando su mano.

-¿Crees que de verdad le agrade? - Artemisa se refirió a el regalo esa vez.

-Es hermoso dulzura, seguro lo amara. - Amanda la tranquilizó por enésima vez- ¿lo haz comprado tú?

-Las tarjetas de crédito... - Murmuró la menor..

-Puede ser un regalo familiar.

Ambas rieron entrando a la propiedad de la familia de la maestra.
Aparcaron el coche en la entrada y ambas bajaron a el mismo tiempo, Amanda tomó su mano nuevamente y así entraron a la casa.

-¡Tía Mandy! - Una joven de ojos miel se abalanzó sobre ella besando su mejilla repetidamente.

-Miranda Basta. - Su padre la reprendió al verla- Hola Isa, adelante pasa.