Wherever You Are

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Aclaración antes de leer:
El siguiente "one-shot" es una continuación de nuestro primer epílogo y esta basado en una serie de capítulos que tenía guardados y que nunca publique.
Las frases en comillas se refieren a eventos pasado (basados en dichos capítulos, irrelevantes).

Sin mas por el momento, solo te pido que tomes asiento y disfrutes de esta capitulo de al menos 4000 palabras que me ha llevado cinco meses terminar.

“Cuando fuimos amantes
Te ame con todo mi corazón

Pero ahora se está haciendo tarde
Y la luna está en lo alto
Quiero celebrar
Verla brillando en tus ojos”

—... Mi hija.

Hija.
Una hija.
Su hija.
Artemisa tenía una hija.

La respiración le falto por un momento, su visión se nubló y su corazón pareció detenerse un breve momento. Sin embargo, antes de que pudiera simplemente desvanecerse, un suave tacto la regreso a la realidad.

—Minerva ¿quieres pasar y tomar un poco de café?

Su cabeza daba demasiadas vueltas como para rechazar aquella oferta, así que se limitó con asentir con la cabeza antes de adentrarse en aquella casa.

La pared del pasillo principal contaba con fotos de Amanda y aquella pequeña niña de ojos negros al igual que algunas de Artemisa con la pequeña, su mente trataba de procesar cada una de las fotos que podía ver, cada gesto, cada sonrisa, cada mirada.

—¿Atenea?

La voz de Artemisa la regreso rápidamente a la realidad.

—¡Cine!

Artemisa asintió sonriendo levemente.

—Toma asiento Minerva, seguramente tienes frío, te traeré el café enseguida.

Ella asintió vagamente tomando asiento en la inmensa mesa del comedor principal. El sonido del reloj en la pared comenzó a impacientarla y rápidamente se encontró buscando con la mirada pequeños detalles que le hablaran sobre la nueva vida de Artemisa, sin embargo, fue una busqueda en vano; la mayor parte de las cosas eran de la pequeña niña, juguetes, mantas, dibujos, en muchos casos era Amanda quien la acompañaba en aquellas fotografías y rara vez era la sonrisa de Artemisa la que se encontraba junto a ella.

—Se que no te gusta sin crema así que preferí prepararlo antes -Artemisa colocó una taza de café caliente frente a ella–. Minerva...

Minerva. Solo Minerva.

—Luces bien...

Artemisa sonrió tristemente.

—Sabes que no estas obligada a quedarte, puedes irte si no te sientes cómoda. -Artemisa hablo honestamente.

—¿Ahora eres toda una anfitriona en fiestas?

Artemisa fijo rápidamente en el mismo punto que la mujer de cabellos rubios, observando así, aquella extraña fotografía de toda su familia junta en la cena de navidad que ella había oficiando en su casa.

—Al parecer no podre escapar de las cenas de navidad nunca -ella trato de bromear–, fue hace un año, mi abuela ama a Amanda y bueno... Yo amo ver a mis padres y a mi hermana.

“Mi abuela ama a Amanda”
Esa frase se repitió rápidamente en su mente.

—¿Y Julieta? -Minerva finalmente habló.

—A ella no le gusta venir mucho.

“Mi madre escogió a Amanda, ella la escogió para Artemisa. Ella no fue una casualidad que repentinamente llego a su vida”.
Su mente comenzó a trabajar rápidamente dándole un gran dolor de cabeza que trato de cabrearla, sin embargo, las palabras se negaban a abandonar sus pensamientos.

El Último AñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora