No es malo, ¿verdad?

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Ha pasado tanto desde aquel otoño;
tus cálidas manos , el aroma a lavanda de tu cuerpo y el brillo de esos ojos café dejaron de invadir mis pensamientos hace un par de meses, todo se ha vuelto tan monótono y gris desde que te fuiste de casa.

Tuve miedo y dejé de salir para volver a los viejos hábitos, tú sabes: comer libros (cómo solías decir), dibujar, tocar la guitarra. Esas pequeñas cosas que se quedaron en segundo lugar por las salidas al cine y a tu apartamento; recuerdo que solía caminar por las rayas de la acera y estirar los brazos como si estuviera en la cuerda floja solo para oírte reír, porque amaba tu risa.

Te hecho de menos a veces.
Y eso no es malo. ¿Verdad?.

Aún así, a pesar de todo estoy bien y esto queda guardado en un pequeño espacio de mi suave y frágil corazón; gracias por tantas cosas maravillosas.
Mi dulce Valentín. ❤️

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