Capitulo 7: te recuerdo

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Taehyung pulsó una tecla del teléfono que estaba sobre la mesita y comenzó a escuchar los mensajes. Como las veces pasadas, todos eran de su madre. Suspiró, no se daba nunca por vencida a pesar de todas las veces que él la ignorase.

« Cariño sé que estás muy enfadado con él, ¿pero no puedes olvidarlo solo por ese día? A tu padre le gustaría tener a sus dos hijos con él en ese día tan importante.»

Comenzó a quitarse los zapatos mientras la voz de su madre seguía sonando en el contestador.

«Si pudieras hablar con Jin...a ti siempre te escucha. Si le dices que se venga unos días seguro lo hace.»

Se deshizo de la sudadera y la tiró sobre el sofá. Miró a su alrededor y arrugó la cara.

«Toca limpieza», pensó sin muchas ganas.

Su piso ni siquiera era tan grande, ¿por qué todo estaba tan desordenado? Solo era un piso que constaba de un minúsculo salón, una cocina que estaba separada del salón por una pared pequeña, un cuarto de baño, su habitación y un pequeño balcón.

Hacía dos años que había seguido los pasos de su hermano mayor y abandonó la casa de sus padres, donde se sentía apresado y asfixiado siempre, como si faltase el aire todos los días. Por supuesto, él no tenía dinero para buscarse la vida por sí solo y menos pagar un piso por más pequeño que este fuera, por eso su hermano se ofreció a ayudarle con los gastos de la casa y la escuela. Se sentía culpable al pensar que su hermano se gastaba tanto en él, por lo que se buscó un trabajo de medio tiempo para pagar él mismo el resto de los gastos que necesitara. Desde entonces, su madre no había parado un solo día de llamar y enviar mensajes que él no se molestaba en contestar. Todavía no la había perdonado. Sabía que un día tendría que coger sus llamadas, pero por el momento prefería evitarla.

«Mi pequeño Taehyung, te quie...»

No llegó a escuchar el resto del mensaje porque lo cortó. Se dirigió a la cocina y abrió la nevera. Se quedó un buen rato mirando el interior de la nevera, como si hubiese mucho por donde elegir, pero lo cierto es que la nevera estaba casi vacía a excepción de dos latas de Coca-Cola, una botella de soju y una lata de comida para calentar. Tendría que añadir hacer la compra cuanto antes a la lista de cosas que hacer que no podían esperar mucho tiempo más. Cerró la puerta sin coger nada y después de sacar las llaves de su abrigo, salió del piso con la intención de ir a comprar algo de comer en el mini supermercado que tenía justo debajo.

—Buenas noches— saludó a la dependienta.

—Hola Taehyung— saludó ella con una gran sonrisa.

—¿Hoy no era tu día libre? — preguntó.

—Se suponía— ella se encogió de hombros y volvió a prestar atención al móvil.

Taehyung se paseó entre las estanterías buscando algo que coger. Era una persona un poco indecisa y tomar decisiones tan fáciles como elegir qué comer le tomaban unos minutos demasiado largos. Se estaba debatiendo entre unos fideos y unas hamburguesas para calentar. No tenía muchas ganas de ponerse a cocinar, así que le bastaba con algo rápido esa noche. Dio la vuelta a una esquina y se detuvo de pronto al cruzarse con Ari. Se quedaron mirándose en un silencio bastante incómodo. Ari le miró con una indiscutible expresión adusta y pretendió pasar a su lado sin más. Taehyung no la culpaba. Eunjae se había portado muy mal con ella y debía pensar que él también era igual que la chica.

—Siento lo de antes— se apresuró a decir antes de que Ari desapareciera.

La chica se detuvo y se dio la vuelta.

— ¿El qué? ¿Qué tu amiga sea una gran subnormal?

_Bueno... ¿Sí? —Trató de esbozar una sonrisa de disculpa.

A Taehyung le hubiera gustado decir que la realidad era que ellos no eran sus amigos, que él solo se juntaba con ellos porque Jimin era su amigo, pero la idea le pareció patética. No eran más que excusas, y él odiaba tener que dar excusas. Además, no tenía por qué darle explicaciones a Ari de lo mal encaminado que iba con elegir mejor a sus amistades.

—Siento no haber dicho nada antes— dijo Taehyung medio susurrando.

Ari frunció el ceño, pero no dijo nada.

—Debería haber...

_ ¿Por qué te disculpas? —lo interrumpió ella, cortante—. Ni siquiera me conoces.

Lo curioso era que Taehyung sí conocía a Ari, pero ella no se acordaba de él. La chica le dirigió una última mirada antes de ir hasta el mostrador. Taehyung agarró una bolsa de ramen y esperó a que Ari saliera de la tienda para poder pagar su compra. Regresó a su piso y después de calentar el ramen se sentó a comer frente a la pantalla de la televisión. Estaban dando uno de sus programas favoritos, "Running Man", pero no le estaba prestando nada de atención. Tenía la mente ocupaba en otra cosa. No podía dejar de pensar en el reciente encuentro con Ari y la actitud de disgusto de esta.

«Supongo que me lo merecía», pensó.

Se sentía culpable al recordar lo que Eunjae le había hecho a Ari, pero le sentaba mucho peor pensar que él había estado presente y no había hecho nada. Al igual que tampoco intervenía en el resto de las conversaciones banales y superficiales que solían mantener Eunjae y Jisoo, apoyadas entre risas por Hoseok y Jimin. Y aunque él solo se quedaba callado a un segundo plano, sabía que era igualmente culpable que ellos. Desvió los pensamientos hacia otra cosa y la comisura de los labios se le estiró en una fina sonrisa.

«¿Por qué te disculpas? Ni siquiera me conoces.»

La primera vez que Taehyung vio a Ari en el instituto iba a segundo curso y ella estaba en primero. La reconoció enseguida cuando se la cruzó en la cafetería de la escuela, pero Ari no se acordaba de él.

Cuando Taehyung tenía ocho años escapó por primera vez de su casa. Su padre acababa de pegarle en los músculos de la pantorrilla con una vara y apenas podía caminar, pero hizo un esfuerzo para alejarse de su casa y terminó en otro barrio que no conocía. Había llorado durante todo el camino y cuando sintió que ya no podía más se sentó en unas escaleras, donde continúo llorando. Fue entonces cuando una niña pequeña se le acercó y se sentó a su lado.

— ¿Por qué lloras? — le preguntó.

—Duele mucho—se quejó él señalando sus piernas.

Ese día llevaba unos pantalones cortos, así que la niña pudo ver las laceraciones rojas en sus pantorrillas. Parecían dolerle mucho.

—Hay un hospital cerca, puedo acompañarte.

Él negó con la cabeza.

—No puedo caminar...

Entonces la niña se arrodilló frente a él y le ofreció su espalda. En ese entonces Ari era mucho más alta que él, no fue un problema para ella cargar en su espalda a Taehyung.

—¿Quién te ha pegado?

—Papá...

—¿Tu papá? ¿Es una mala persona?

Taehyung comenzó a llorar otra vez.

—¿Quieres que le digamos a la policía?

—No puedes, sigue siendo mi papá.

—Mi papá dice que los padres no deben pegar a sus hijos.

Habían pasado diez años desde esa noche, por eso a Taehyung no le extrañaba que Ari no se acordara de él. Ari le ayudó aun siendo más pequeña y él no había podido hacer nada para frenar a Eunjae. Pero sonrió un poco al recordar el puñetazo que Ari había propinado a Eunjae. Nunca había visto a la chica tan consternada y confundida. Seguramente nadie antes había respondido de esa forma a sus provocaciones.

Going With You {Taehyung-BTS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora