La edad media

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  ... recorrer una parte del camino no significa equivocarse decamino... 

Transcurrió una semana sin que Sofía supiera nada más de AlbertoKnox. Tampoco recibió más postales del Líbano, pero hablabaconstantemente con Jorunn de las que habían encontrado en laCabaña del Mayor. Jorunn estaba muy nerviosa, pero al no sucedernada más, el susto iba quedando olvidado entre los deberes y elbadmington.Sofía repasó las cartas de Alberto muchas veces para ver siencontraba algo que pudiera arrojar alguna luz sobre Hilde y todolo que tenía que ver con ella. De esa forma también tuvo laoportunidad de digerir la filosofía de la Antigüedad. Ya no lecostaba ningún trabajo distinguir entre Demócrito y Sócrates,Platón y Aristóteles.El viernes 25 de mayo estaba en la cocina haciendo la comida parasu madre, a punto de volver del trabajo. Eso era lo acordado paralos viernes. Ese día preparaba una sopa de sobre de pescado, conalbóndigas y zanahorias. Muy sencillo.Había empezado a soplar el viento. Mientras removía la sopa, Sofíase volvió hacia la ventana y miró fuera. Los abedules sebalanceaban como espigas de trigo.De repente algo golpeó el cristal de la ventana. Sofía se volvió denuevo y descubrió un trozo de cartón pegado en el vidrio.Se acercó a la ventana y vio que era una postal. A través del cristalpudo leer: "Hilde Møller Knag c/o Sofía Amundsen... "Justo lo que había pensado. Abrió la ventana y recogió la postal.¿Habría llegado volando desde el Líbano?También esta postal tenía fecha del viernes 15 de junio.Sofía quitó la cacerola de la placa y se sentó junto a la mesa de lacocina. La postal decía:Querida Hilde. No sé si esta postal te llegará el día de tucumpleaños. Espero que así sea o que si no, al menos, no hayantranscurrido demasiados días. Que transcurra una semana o dospara Sofía no significa necesariamente que transcurra tantotiempo para nosotros. Yo volveré a casa la víspera de San Juan.Entonces nos sentaremos juntos en el balancín mirando al mar,Hilde. Tenemos tantas cosas de qué hablar.Abrazos de tu papá, que a veces se deprime por ese conflicto demil años entre judíos, cristianos y musulmanes: constantemente meobligo a mi mismo a recordar que estas tres religiones tienen susraíces en Abraham. ¿Rezarán entonces al mismo Dios? Pues no.En este sitio Caín y Abel aún no han terminado su pelea.P. D. ¿Puedo acaso decirte que des recuerdos a Sofía ? Pobrechica, aún no entiende el porqué de las cosas. ¿Lo entiendes tú,quizás ?Sofía se inclinó sobre la mesa. Estaba agotada. Desde luego que noentendía nada. ¿Lo entendería Hilde?Si el padre de Hilde le enviaba saludos a Sofía, significaba queHilde sabía más de Sofía que Sofía de Hilde. Todo resultaba tancomplicado que Sofía volvió a las cacerolas.Una postal que se posa en la ventana así como así. Correo aéreo, enel verdadero sentido de la palabra.En cuanto hubo vuelto a poner la cacerola en la placa, sonó elteléfono.¡Ojalá fuera papá! Si volviera a casa le contaría todo lo que lehabía sucedido en las últimas semanas. No, sería Jorunn o mamá...Sofía corrió hasta el aparato.–Sofía Amundsen.–Soy yo –dijo alguien al otro lado del teléfono.Sofía estaba segura de tres cosas: no era papá. Pero era una voz dehombre. Estaba además convencida de que había oído exactamentela misma voz en otra ocasión.–¿Quién es? –preguntó.–Soy Alberto.–Ahh...Sofía no sabía qué contestar. Se acordaba de la voz del vídeo sobreAtenas.–¿Estas bien?–Pues si...–Pero a partir de ahora no habrá más cartas. Tenemos que vernospersonalmente, Sofía. Empieza a urgir, ¿sabes?–¿Por qué?–Estamos a punto de ser cercados por el padre de Hilde. –¿Cómocercados?–Por todos los lados, Sofía. Ahora tenemos que colaborar.–Aunque no serás de mucha ayuda hasta que te haya hablado de laEdad Media. Deberemos hacer el Renacimiento y el siglo XVIItambién.Además Berkeley juega un papel clave.–De ese, había un cuadro en la Cabaña del Mayor, ¿verdad?–Sí. Quizás sea precisamente sobre él sobre el que se libre labatalla.–Suena como a una especie de guerra.–Lo llamaría más bien una lucha espiritual. Tendremos que llamarla atención de Hilde y conseguir que se ponga de nuestra parte,antes de que su padre vuelva a Lillesand.–No entiendo nada.–Bueno, quizás los filósofos te abran los ojos. Búscame en laiglesia de Maria mañana de madrugada a las cuatro. Pero ven sola,hija mía.–¿Tendré que ir en plena noche?Clic.–¡Oiga!¡Qué tío más malo! ¡Había colgado! Sofía volvió corriendo a lacocina. La sopa estaba a punto de salirse. Echó el pescado y laszanahorias y bajó el fuego.¿En la Iglesia de Maria? Era una vieja iglesia medieval de piedra.Sofía creía que sólo se usaba para conciertos y misas muyespeciales. En verano estaba abierta de vez en cuando para losturistas. ¿Pero cómo iba a estar abierta en plena noche?Cuando llegó su madre, Sofía ya había metido la postal del Líbanoen el armario junto a las demás cosas de Alberto y Hilde. Despuésde comer se fue a casa de Jorunn.–Tenemos que hacer un acuerdo un poco especial –dijo a su amigaen cuanto esta abrió la puerta.Y no dijo nada más hasta que se hubieron encerrado en lahabitación de Jorunn.–Es un poco problemático –prosiguió Sofía.–¡Venga!–Tendré que decir a mamá que me quedo a dormir aquí.–Muy bien.–Pero no es verdad, ¿comprendes? Estaré en otro sitio.–Eso es peor. ¿Es algún lío de chicos?–No, pero es un lío de Hilde.Jorunn silbó suavemente, y Sofía la miro fijamente a los ojos.–Vendré aquí tarde esta noche –dijo–. Pero tendré que salir aescondidas alrededor de las tres. Tendrás que encubrirme hasta quevuelva.–¿Pero a dónde vas a ir, Sofía?, ¿qué vas a hacer?–Lo siento. He recibido ordenes de no decir nada.No era nada difícil obtener permiso para dormir en casa de algunaamiga. Mas bien al contrario. Sofía tenía de vez en cuando lasensación de que a su madre le gustaba tener la casa para ella sola.–¿Vendrás a la hora de comer mañana, verdad? –fue el únicocomentario de su madre.–Si no vengo, sabes dónde estoy.¿Por qué decía eso, si ese era precisamente el punto débil?La estancia en casa de su amiga empezó como todas las veces quese quedaba a dormir allí, charlando hasta bien entrada la noche,con la única diferencia de que Sofía puso el despertador a las tres,cuando, sobre la una, se dispusieron por fin a dormir.Jorunn apenas se despertó cuando Sofía paró el despertador doshoras más tarde.–Ten cuidado –dijo Jorunn.Sofía empezó a andar. Había varios kilómetros hasta la Iglesia deMaría, y aunque sólo había dormido un par de horas, se sentíatotalmente despejada. Sobre las colinas, al este, notaba una nuberoja.Cuando por fin se encontró ante la vieja iglesia de piedra eran yalas cuatro. Sofía empujo la pesada puerta. ¡Estaba abierta!La iglesia estaba vacía y silenciosa. A través de las vidrierasflotaba una luz azulada que revelaba miles de minúsculaspartículas de polvo en el aire. Era como si el polvo se reuniera engruesas vigas que atravesaran la nave de la iglesia. Sofía se sentóen un banco en el medio. Allí se quedó sentada mirando al altar y aun viejo crucifijo pintado con colores opacos.Pasaron unos minutos. De repente empezó a sonar el órgano. Sofíano se atrevió a darse la vuelta. Sonaba como un viejo salmo, quizásde la Edad Media también.Luego todo volvió a quedar en silencio, pero pronto oyó unospasos que se acercaban por detrás de ella. ¿Debería volverse ya?Optó por clavar su mirada en el Jesús crucificado.Las pisadas la sobrepasaron y vio una figura acercarse. Llevaba unhábito marrón de monje. Sofía podría haber jurado que se tratabade un monje de la Edad Media.Tenía miedo pero no estaba aterrorizada. Cuando el monje llegó alpresbiterio, dio un rodeo y subió al pulpito. Se inclinó sobre él,miró a Sofía y dijo algo en latín.–Gloria patri et filio et spiritu sancto. Sicut erat in principio et nuncet semper in saecola saecolorum.–¡Habla noruego, tonto! –exclamó Sofía.Las palabras retumbaron en la vieja iglesia de piedra.Entendió que el monje tenía que ser Alberto Knox. Y sin embargose arrepintió de haberse expresado de un modo tan poco solemneen una vieja iglesia. Pero tenía miedo, y cuando se tiene miedoresulta una especie de consuelo romper con todas las reglas ytabúes.–¡Chis... !Alberto levantó una mano, como hacen los curas cuando quierenque los feligreses se sienten.–¿Qué hora es, hija mía? –pregunto.–Las cuatro menos cinco –exclamó Sofía.–contestó Sofía. Ya no tenía miedo.–Entonces ha llegado la hora. En este momento comienza la EdadMedia.–¿La Edad Media empieza a las cuatro? –preguntó Sofía perpleja.–Alrededor de las cuatro, sí. Luego fueron las cinco y las seis y lassiete. Pero era como si el tiempo se hubiera detenido. Se hicieronlas ocho y las nueve y las diez. Pero seguía siendo Edad Media,¿sabes? Ya es hora de levantarse a un nuevo día, pensarás. Pues sí,entiendo lo que quieres decir. Pero es fin de semana, sabes, un finde semana sin fin. Se hicieron las once y las doce y la una, lo quecorresponde a lo que llamamos la Alta Edad Media. Fue cuando seconstruyeron las grandes catedrales en Europa. Alrededor de lascatorce horas algún que otro gallo cantó. Y entonces, no hastaentonces, empieza a desvanecerse.–Entonces la Edad Media duró nueve horas –dijo Sofía.Alberto movió la cabeza, que asomó por debajo de la capucha delhábito marrón, y miró a la congregación que en ese momento sólose componía de una muchacha de catorce años.–Sí, si una hora son cien años. Imaginemos que Jesús nació amedianoche. Pablo inició sus viajes misioneros un poco antes delas doce y media y murió en Roma un cuarto de hora más tarde.Hasta cerca de las tres la Iglesia cristiana estaba más o menosprohibida, pero en el año 313 el cristianismo era una religión aceptada en el Imperio Romano. Eso era bajo el reinado delemperadorConstantino, que se dejó bautizar en su lecho de muerte muchosaños después. Desde el ano 380 el cristianismo fue la religión delEstado en todo el Imperio Romano.–¿Pero no se disolvió el Imperio Romano?–Sí, había empezado ya a derrumbarse. Nos encontramos ante unode los cambios culturales mas importantes de toda la Historia.Alrededor del año 300, Roma estaba amenazada tanto por las tribusque llegaban desde el norte, como por una disolución interna. En elaño 330 el emperador Constantino traslada la capital del Imperioromano a Constantinopla, ciudad que él mismo había fundado a laentrada del Mar Negro. Esta nueva ciudad era considerada poralgunos como "la otra Roma". En el año 395 el Imperio Romanofue dividido en dos: el imperio romano occidental, con Roma en elcentro, y el imperio romano oriental, con la nueva ciudad deConstantinopla como capital. En el año 410 Roma fue saqueadapor pueblos bárbaros, y en el 476 todo Estado romano occidentalpereció. El imperio romano oriental subsistió como Estado hasta elaño 1453, en que los turcos conquistaron Constantinopla.–¿Fue entonces cuando la ciudad tomo nombre, Estambul?–Cierto. Otra fecha digna de recordar es el año 529. Entonces laIglesia cerró la academia de Platón en Atenas. En ese mismo añose fundó la Orden de los Benedictinos como la primera gran ordenreligiosa. De esta manera el año 529 se convierte en un símbolo decómo la Iglesia cristiana puso una tapadera encima de la filosofíagriega. A partir de entonces los conventos tuvieron el monopoliode la enseñanza, la reflexión y la contemplación. Pronto serán lascinco y media...Sofía ya había entendido hacía rato lo que Alberto quería decir contodas esas horas. La medianoche era el año 0, la una equivalía alaño 100 después de Cristo, las 6 era el año 600 después de Cristo, ylas 14 horas era el año 1400 después de Cristo...Alberto prosiguió.–Por "Edad Media", se entiende en realidad un periodo de tiempoentre otras dos épocas. La expresión surgió en el Renacimiento, enel que se consideró la Edad Media como una "larga noche de milaños", que había "enterrado" a Europa entre la Antigüedad y elRenacimiento. La expresión «medieval» se usa incluso hoy en díaen un sentido peyorativo para expresar todo aquello que esautoritario y rígido. Pero otros han considerado la Edad Mediacomo un «tiempo de mil años de crecimiento». Fue, por ejemplo,en la Edad Media cuando comenzó a configurarse el sistemaescolar. Ya a principios de la época surgieron las primeras escuelasen los conventos. A partir del año 1100 se contó con las escuelasde las catedrales y alrededor del ano 1200 se fundaron las primerasuniversidades. Incluso hoy en día las materias están divididas endiferentes grupos o "facultades", como en la Edad Media.–Mil años son muchos anos.–Pero el cristianismo necesitó tiempo para penetrar en el pueblo.En el transcurso de la Edad Media se fueron desarrollando tambiénlas diferentes naciones, con ciudades y castillos, música y poesíapopulares. ¿Qué habría sido de los cuentos populares y las baladassin la Edad Media? Bueno, ¿que habría sido Europa sin la EdadMedia, Sofía? ¿Una provincia romana? La resonancia que tienennombres como Inglaterra, Alemania o Noruega se encuentraprecisamente en esta inmensa profundidad que se llama EdadMedia. En esta profundidad nadan muchos peces gordos, aunqueno siempre los veamos. Snorri fue un hombre de la Edad Media,también lo fueron Olaf el Santo[4]y Carlomagno. Por no decirRomeo y Julieta.Y un montón de apuestos príncipes y majestuosos reyes, valientescaballeros andantes y bellas doncellas, vidrieros anónimos yconstructores geniales de órganos. Y aún no he mencionado ni alos frailes de los conventos, ni a los peregrinos, ni a las curanderas.–Tampoco has mencionado a los sacerdotes.–Cierto. El cristianismo no llegó a Noruega hasta el año 1000, pero seria una exageración decir que toda Noruega se convirtió en paíscristiano después de la batalla de Stiklestad. Antiguas ideaspaganas seguían vivas bajo la superficie cristiana, y con loselementos cristianos se mezclaron muchos precristianos. Porejemplo en lo que se refiere a la celebración noruega de la Navidadhabía una mezcla entre costumbres cristianas y antiguascostumbres nórdicas que dura hasta nuestros días. ¿Conoces lafrase que dice que los viejos cónyuges acaban por parecerse el unoal otro? Así sucede que la torta navideña, el cerdito navideño y lacerveza navideña[5]X se asocian a los Reyes de Oriente y alpesebre de Belén. No obstante debemos subrayar que elcristianismo poco a poco empezaba a dominar en lo que se refiereal concepto de la vida. Hablamos, por tanto, a menudo de la EdadMedia como una "cultura cristiana unitaria".–¿Entonces no fue sólo oscura y triste?–Los primeros siglos después del ano 400 fueron verdaderamenteaños de decadencia cultural. Los tiempos de los Romanos habíansido una época de mucha cultura, con grandes ciudades que teníansus sistemas públicos de cloacas, barrios y bibliotecas; por nomencionar la grandiosa arquitectura. Toda esta cultura sedesintegró en los primeros siglos de la Edad Media, también en loque se refiere al comercio y a la economía monetaria. En la EdadMedia se volvió a la economía en especie, a la economía delintercambio. A partir de ahora la economía se caracterizaría por loque llamamos feudalismo, que quiere decir que algunosimportantes señores feudales eran propietarios de la tierra que loscampesinos tenían que trabajar para ganarse el sustento. Tambiénla población disminuyó fuertemente durante aquellos primerossiglos. Basta con mencionar que Roma era una ciudad que llegabaal millón de habitantes en la Antigüedad y que ya en el año 600 lapoblación de la antigua metrópolis había descendido a 40. 000. Demodo que una modesta población andaba entre los restos deedificios majestuosos de los tiempos gloriosos de esta ciudad venida a menos. Cuando necesitaban material de construccióntenían ruinas de sobra de donde coger. Esto ha irritadoenormemente a los arqueólogos de nuestros días, a los que leshubiera gustado que las gentes de la Edad Media no hubierantocado los viejos monumentos.–Eso es fácil de decir después.–La importancia política de Roma acabó ya hacia finales del sigloIV. No obstante, el obispo de Roma pronto se convertiría en lacabeza de toda la Iglesia católica romana, y recibió el nombre de"Papa", o "Padre-", y poco a poco fue considerado el vicario deJesús en la Tierra. De esa manera Roma funcionó como capitalcristiana durante casi toda la Edad Media. No había muchos que satrevieran a hablar en contra de Roma, aunque poco a poco losreyes y príncipes de los nuevos Estados nacionales ibanadquiriendo tanto poder que alguno de ellos se atrevió a oponerseal gran poder de la Iglesia.Sofía miró al sabio monje.–Dijiste que la Iglesia cerró la Academia de Platón en Atenas.¿Todos los filósofos griegos fueron olvidados?–Sólo en parte. Se conocían algunos escritos de Aristóteles y otrosde Platón. Pero el antiguo Imperio Romano se iba dividiendo entres zonas culturales. En Europa Occidental tuvimos la culturacristiana de lengua latina, con Roma como capital. En EuropaOriental surgió una cultura cristiana de lengua griega y conConstantinopla como capital. Más adelante la ciudad adquirió elnombre griego de Bizancio. Por lo tanto, hablamos a menudo deuna Edad Media bizantina, a diferencia de la Edad Media católicaromana. No obstante, también el norte de África y el OrienteMedio habían pertenecido al Imperio Romano. Esta regióndesarrolló una cultura musulmana de lengua árabe. Tras la muertede Mahoma en el año 632, el Oriente Medio y el norte de Áfricafueron conquistados por el Islam. Pronto también España fueincorporada a la región cultural musulmana. El Islam tuvo suslugares sagrados, tales como La Meca, Medina, Jerusalén y Bagdad. Los árabes también se quedaron con la antigua ciudadhelénica de Alejandría. De esa forma gran parte de la cienciagriega fue heredada por los árabes. Durante toda la Edad Media losárabes fueron los más importantes en ciencias tales comomatemáticas, química. astronomía o medicina. Incluso hoy en díaseguimos utilizando los números arábigos. Así pues, en varioscampos la cultura árabe era superior a la griega.–Pregunté que qué le pasó a la filosofía griega.–¿Te imaginas un ancho río que durante algún tiempo se divide entres ríos distintos, para volver a juntarse luego otra vez en un granrío?–Sí, me lo imagino.–Entonces también te imaginarás cómo la cultura grecorromana seperpetuó en parte en la cultura católica romana en el oeste, en partea través de la cultura romana oriental en el este, y en parte a travésde la cultura árabe en el sur. Platón en el este y Aristóteles con losárabes en el sur. Pero también había algo de todo en los tres ríos.Lo importante es que a finales de la Edad Media los tres ríos sevuelven a unir en el norte de Italia. La influencia árabe llegó através de España, la griega de Grecia y Bizancio. Ahora empieza elRenacimiento; ahora empieza el "renacimiento" de la culturaantigua. De alguna manera esto quiere decir que la cultura de laAntigüedad había sobrevivido a la larga Edad Media.–Entiendo.–Pero no hay que anticipar los hechos. Primero charlaremos unpoco sobre la filosofía de la Edad Media, hija mía. Y ya no tehablaré desde el púlpito. Voy a bajar.Sofía notaba en los ojos que solo había dormido unas horas. Verdescender del púlpito de la Iglesia de María al extraño monje fuecomo vivir un sueño.Alberto se acercó hasta el presbiterio. Primero miro hacia el altardonde estaba el viejo crucifijo. Luego se volvió hacia Sofía y seacercó con pasos lentos para sentarse junto a ella en el banco.Resultaba extraño estar tan cerca de él. Debajo de la capucha Sofíavio dos ojos negros. Pertenecían a un hombre de mediana edad conperilla.¿Quién eres?, pensó. ¿Por qué has aparecido en mi vida?–Nos iremos conociendo mejor –dijo él, como si hubiese leído suspensamientos...Mientras estaban así sentados, haciéndose cada vez más intensa laluz que entraba por las vidrieras, Alberto Knox empezó a hablar dela filosofía de la Edad Media.–Los filósofos de la Edad Media dieron más o menos por sentadoque el cristianismo era lo verdadero –empezó a decir.–La cuestión era si había que creer en los milagros cristianos o sitambién era posible acercarse a las verdades cristianas mediante larazón. ¿Qué relación había entre los filósofos griegos y lo quedecía la Biblia? ¿Había una contradicción entre la Biblia y la razón,o eran compatibles la fe y la razón? Casi toda la filosofía medievalversó sobre esta única pregunta.Sofía asintió impaciente. Ya había contestado a esta pregunta sobrela fe y la razón en el control de religión.–Veamos este planteamiento del problema en los dos filósofos másimportantes de la Edad Media. Podemos empezar con San Agustín,que vivió del 354 al 430. En la vida de esta persona podemosestudiar la transición entre la Antigüedad tardía y el comienzo de laEdad Media. San Agustín nació en la pequeña ciudad de Tagaste,en el norte de África, pero ya con dieciséis años se fue a estudiar aCartago. Más tarde viajó a Roma y a Milán, y vivió sus últimosaños como obispo en la ciudad de Hipona, situada a unas millas aloeste de Cartago. Sin embargo no fue cristiano toda su vida. SanAgustín pasó por muchas religiones y corrientes filosóficas antesde convertirse al cristianismo.–¿Puedes ponerme algunos ejemplos?–Durante un período fue maniqueo. Los maniqueos eran una sectareligiosa muy típica de la Antigüedad tardía. Era una doctrina desalvación mitad religiosa, mitad filosófica. La idea era que el mundo está dividido en bien y mal, en luz y oscuridad, espíritu ymateria. Con su espíritu las personas podían elevarse por encimamundo de la materia y así poner las bases para la salvación delalma. Pero esta fuerte diferenciación entre el bien y el mal no le dicninguna paz a San Agustín. De joven estaba muy interesado por loque solemos llamar "el problema del mal", es decir, la cuestión delorigen del mal. Durante otra época estuvo influenciado por lafilosofía estoica, y según los estoicos no existía esa fuerteseparación entre el bien y el mal. Pero sobre todo estuvo influidoSan Agustín por la otra tendencia filosófica importante de laAntigüedad tardía, es decir; por el neoplatonismo, en el que seencontró con la idea de que toda la existencia tiene una naturalezadivina.–¿Y entonces se convirtió en un obispo neoplatatónico?–Pues casi sí. Primero se volvió cristiano, pero el cristianismo deSan Agustín tiene fuertes rasgos de la manera de razonar delplatonismo. Así comprenderás, Sofía, que no se trata de ningunaruptura traumática con la filosofía griega, aunque estemos entrandoen la Edad cristiana. Gran parte de la filosofía griega fue llevada ala nueva época a través de los Padres de la Iglesia como SanAgustín.–¿Quieres decir que San Agustín fue cincuenta por ciento cristianoy cincuenta por ciento neoplatónico?–Evidentemente él mismo opinaba que era cien por cien cristiano.Pero no veía una gran distinción entre el cristianismo y la filosofíade Platón. Pensó que la coincidencia entre la filosofía de Platón yla doctrina cristiana era tan clara que se preguntaba si Platón nohabría conocido partes del Antiguo Testamento. Esto es muydudoso, claro está. Podríamos decir que fue San Agustín el que"cristianizó" a Platón.–Por lo menos np se despidió de todo lo que tenía que ver con lafilosofíaaunque empezara a creer en el cristianismo. ¿verdad?–Pero señaló que, en cuestiones religiosas, la razón sólo puedellegar hasta unos limites. El cristianismo también es un misterio divino al que sólo nos podemos acercar a través de la fe. Pero sicreemos en el cristianismo, Dios "iluminará" nuestra alma para queconsigamos unos conocimientos sobrenaturales de Dios. El mismoSan Agustín había descubierto que la filosofía sólo podía llegarhasta ciertos límites. Hasta que no se convirtió al cristianismo, sualma no encontró la paz. "Nuestro corazón está intranquilo hastaencontrar descanso en Ti", escribe.–No entiendo muy bien cómo la teoría de las Ideas de Platón podíaunirse con el cristianismo –objetó Sofía–. ¿Qué pasa con las Ideaseternas?–Es verdad que San Agustín piensa que Dios creó el mundo de lanada. Esta es una idea bíblica. Los griegos tendían a pensar que elmundo había existido siempre. Pero él opinaba que antes de crearDios el mundo, las "ideas" existían en los pensamientos de Dios.Incorporó de esta manera las ideas platónicas en Dios, salvando asíel pensamiento platónico de las ideas eternas.–Qué listo.–Pero esto demuestra como San Agustín y otros Padres de laIglesia se esforzaron al máximo porunificar la manera de pensar judía con la griega. En cierta manerafueron ciudadanos de dos culturas. También en la problemática delmal, San Agustín recurre al neoplatonismo. Opina, como Plotino,que el mal es la "ausencia de Dios". El mal no tiene una existenciapropia, es algo que no es. Porque la Creación de Dios es enrealidad sólo buena. El mal se debe a la desobediencia de loshombres, pensaba San Agustín. O, para decirlo con sus propiaspalabras: "la buena voluntad es obra de Dios, la mala voluntad esdesviarse de la obra de Dios".–¿También opinaba que los seres humanos tienen un alma divina?–Sí y no. San Agustín dice que hay un abismo infranqueable entreDios y el mundo. En este punto se apoya firmemente sobrecimientos bíblicos, y rechaza la idea de Plotino de que todo es Uno.Pero también subraya que el ser humano es un ser espiritual. Tieneun cuerpo material, que pertenece al mundo físico donde la polilla y el óride corroen, pero también tiene un alma que puede reconocera Dios.–¿Qué sucede con el alma humana cuando morimos?–Según San Agustín toda la humanidad entró en perdición despuésdel pecado original. Y sin embargo, Dios ha determinado quealgunos seres humanos serán salvados de la perdición eterna.–Entonces opino que igual podría haber decidido que nadie fuera ala perdición –objetó Sofía.–Pero en este punto San Agustín rechaza cualquier derecho delhombre a criticar a Dios. En este contexto se remite a algo queescribió San Pablo en su Carta a los romanos:¿Pero quién eres tú, hombre, que protestas contra Dios? ¿Puede loque está formado decir al que lo formó: "¿Por qué me hicisteasí?". ¿No es el alfarero el señor de la arcilla para que del mismomaterial pueda hacer una vasija fina y una vasija barata?–¿Entonces quiere decir que Dios está sentado en el cielo jugandocon los seres humanos?–La idea de San Agustín es que ningún ser humano se merece lasalvación de Dios. Y sin embargo Dios ha elegido a algunos que sesalvarán de la perdición. Para él, por lo tanto- no existe ningúnsecreto sobre quién se salva y quién se pierde ya que está decididode antemano. Somos arcilla en la mano de Dios. Dependemostotalmente de su misericordia.–Entonces volvió en cierto modo a la vieja fe en el destino.–Algo así. Pero San Agustín no les quita a los hombres laresponsabilidad de sus propias vidas. Nos aconsejó que viviésemosde manera que por nuestro ciclo vital pudiéramos darnos cuenta deque pertenecemos a los elegidos. Porque no niega que tengamos unlibre albedrío. Pero Dios "ha visto de antemano" cómo vamos avivir.–¿No es eso un poco injusto? –preguntó Sofía–. Sócrates opinabaque todos los seres humanos tenían las mismas posibilidades porque todos tenían la misma capacidad de razonar. Pero SanAgustín dividió la humanidad en dos grupos. Uno de los dosgrupos se salvará, el otro se perderá.–Sí, con la teología de San Agustín nos hemos alejado ya un pocodel humanismo de Atenas. Pero no fue San Agustín el que dividióla humanidad en dos grupos. Se apoya en la doctrina de la Bibliasobre la salvación y la perdición. En una gran obra llamada Laciudad de Dios, profundiza sobre este pensamiento.–¡Cuenta!–La expresión "Ciudad de Dios" o "Reino de Dios", procede de laBiblia y de la predicación de Jesús. San Agustín piensa que laHistoria trata de la lucha que se libra entre la "Ciudad de Dios" y la"Ciudad terrena". La dos "ciudades, " no son ciudades políticasfuertemente separadas entre ellas. Luchan por el poder en cadapersona. No obstante, la Ciudad de Dios está presente de un modomas o menos claro en la Iglesia, y la Ciudad terrena está presenteen los Estados políticos, por ejemplo en el Imperio Romano, que sedesintegró precisamente en la época de San Agustín. Esta idea seiba haciendo cada vez más clara conforme la Iglesia y el Estadoluchaban por el poder a lo largo de la Edad Media. "No existeninguna salvación fuera de la Iglesia", se había dicho ya. LaCiudad de Dios de San Agustín se identificó por tanto, finalmente,con la Iglesia como organización. Hasta la Reforma, en el sigloXVI, no se protestaría contra la idea de que el hombre tuviera quepasar por la Iglesia para recibir la gracia de Dios.–Entonces ya era hora.–También debemos fijarnos en el hecho de que San Agustín fuerael primer filósofo, de los que hemos estudiado, que introdujo lapropia Historia en su filosofía. La lucha entre el bien y el mal noera en absoluto algo nuevo. Lo nuevo es que esta lucha se libradentro de la Historia. En este sentido no hay mucho platonismo enSan Agustín, sino que se encuentra firmemente plantado en lavisión lineal de la Historia, tal como la encontramos en el AntiguoTestamento. La idea es que Dios necesita la Historia para realizar su "Ciudad de Dios". La Historia es necesaria para educar a loshombres y destruir el mal. 0, como dice San Agustín: "Laprovidencia divina conduce la Historia de la humanidad desdeAdán hasta el final de la Historia, como si se tratara de la historiade un sólo individuo que se desarrolla gradualmente desde lainfancia hasta la vejez".Sofía miró su reloj.–Son las ocho –dijo–. Pronto tendré que irme.–Pero primero voy a hablarte del otro gran filósofo medieval. ¿Nossentamos fuera?Alberto se levantó del banco, juntó las palmas de las manos ycomenzó a salir lentamente de la iglesia. Parecía como si estuvieserezando a Dios o como si meditara algunas verdades espirituales.Sofía le siguió; le pareció que no tenía elección.Fuera había todavía una fina capa de neblina sobre el suelo. El solhabía salido hacía mucho, pero aún no había penetrado del todo enla neblina matutina. La Iglesia de María se encontraba en lasafueras de un viejo barrio de la ciudad.Alberto se sentó en un banco delante de la iglesia. Sofía pensaba enlo que podría ocurrir si alguien pasaba por allí. Ya era bastanteinsólito estar sentado en un banco a las ocho de la mañana, peroaun más insólito era estar sentada junto a un monje medieval.–Son las 8 –empezó Alberto–. Han pasado unos cuatrocientos añosdesde San Agustín. Ahora comienza la larga jornada escolar. Hastalas 10 los colegios de los conventos son los únicos que se ocupande la enseñanza. Entre las 10 y las 11 se fundan las primerasescuelas de las catedrales y sobre las 12 las primeras universidades.En la misma época se construyen además las grandes catedralesgóticas. También esta iglesia se construyó en el siglo XIII. En estaciudad no había recursos para construir una gran catedral.–Supongo que tampoco haría falta –comento Sofía–. No hay cosapeor que las iglesias vacías.–Bueno, las grandes catedrales no se construyeron únicamente para acoger a grandes congregaciones. Se levantaron en honor a Dios yeran en sí una especie de servicio divino. Pero también ocurrió otracosa en este período de la Edad Media, algo que tiene importanciapara filósofos como nosotros.–¡Cuéntame!Alberto prosiguió.–La influencia de los árabes en España comenzó a hacerse notar.Durante toda la Edad Media los árabes tuvieron una viva tradiciónaristotélica, y desde finales del siglo XII, árabes eruditos iban alnorte de Italia, invitados por los príncipes de esa región. De estamanera muchos de los escritos de Aristóteles fueron conocidos ypoco a poco traducidos del griego y del árabe al latín. Estodespertó un nuevo interés por cuestiones científicas, además derevivir la antigua polémica sobre la relación entre las revelacionescristianas y la filosofía griega. En los asuntos de ciencias naturalesya no se podía pasar por alto a Aristóteles. ¿Pero en que ocasioneshabía que escuchar al filósofo y en cuales había que apoyarseexclusivamente en la Biblia? ¿Me sigues?Sofía asintió brevemente, y el monje prosiguió.–El filósofo más grande y más importante de la Alta Edad Mediafue Tomás de Aquino, que vivió de 1225 a 1274. Nació en lapequeña ciudad de Aquino, entre Roma y Nápoles, pero trabajótambién como profesor de filosofía en la universidad de Paris. Lollamo "filósofo", pero también fue, en la misma medida, teólogo.En aquella época no había en realidad una verdadera distinciónentre "filosofía" y "teología". Para resumir podemos decir queTomás de Aquino cristianizó a Aristóteles de la misma manera queSan Agustín había cristianizado a Platón al comienzo de la EdadMedia.–¿No era un poco raro cristianizar a filósofos que vivieron muchoscientos de años antes de Jesucristo?–En cierta manera si. Pero cuando hablamos de la «cristianización»de los dos grandes filósofos griegos queremos decir que fueroninterpretados y explicados de tal manera que no se consideraran una amenaza contra la doctrina cristiana. De Tomás de Aquino sedice que "cogió el toro por los cuernos".–No sabía que la filosofía tuviera que ver con las corridas de toros.–Tomás de Aquino fue de los que intentaron unir la filosofía deAristóteles y el cristianismo. Decimos que creó la gran síntesisentre la fe y el saber. Y lo hizo precisamente entrando en lafilosofía de Aristóteles y tomándole sus palabras.–O por los cuernos. No he dormido apenas esta noche, de modoque me temo que tendrás que explicarte mejor.–Tomás de Aquino pensó que no tenía por qué haber unacontradicción entre lo que nos cuenta la filosofía o la razón y loque nos revela la fe. Muy a menudo el cristianismo y la filosofíanos dicen lo mismo. Por lo tanto podemos, con la ayuda de larazón, llegar a las mismas verdades que las que nos cuenta laBiblia.–¿Como es posible eso? ¿La razón nos puede decir que Dios creóel mundo en seis días? ¿O que Jesús era hijo de Dios?–No, a esa clase de "dogmas de fe", solo tenemos acceso a travésde la fe y de la revelación cristiana. Pero Tomás opinaba quetambién existen una serie de "verdades teológicas naturales". Conesto se refería a verdades a las que se puede llegar tanto a través dela revelación cristiana como a través de nuestra razón innata onatural. Una verdad de ese tipo es, por ejemplo, la que dice que hayun Dios. Tomás opinaba que hay dos caminos que conducen aDios. Un camino es a través de la fe y la revelación. El otro caminoes a través de la razón y las observaciones hechas con los sentidos.Bien es verdad que, de estos caminos, el de la fe y la revelación esel más seguro, porque es fácil desorientarse si uno se fíaexclusivamente de la razón. Pero el punto clave de Tomas es queno tiene que haber necesariamente una contradicción entre unfilósofo como Aristóteles y la doctrina cristiana.–¿Entonces igual podemos apoyarnos en Aristóteles que en laBiblia?–No, no. Aristóteles sólo llega hasta un punto en el ca-mino porque no llegó a conocer la revelación cristiana. Pero recorreruna parte del camino no significa equivocarse de ca-mino. Porejemplo, no es incorrecto decir que Atenas está en Europa.Pero tampoco es muy preciso. Si un libro sólo te dice queAtenas es una ciudad europea, quizás sea también convenienteconsultar un libro de geografía en el que se te proporcionetoda la verdad: Atenas es la capital de Grecia, que a suvez es un pequeño país en la parte sureste de Europa. Si tienessuerte, a lo mejor también te cuenta algo de la Acrópolis porno decir de Sócrates, Platón v Aristóteles.–Pero también era verdad el primer dato sobre Atenas.–¡Exactamente! Lo que quiso mostrar Tomás es que soloexiste una verdad. Cuando Aristóteles señala algo que nues-trarazón reconoce como verdad, entonces tampoco contra-dice ladoctrina cristiana. Podemos acercarnos plenamente a una partede la verdad mediante nuestra razón y nuestras observacioneshechas con los sentidos son precisamente esas ver-dades lasque menciona Aristóteles cuando describe el reino animal y elreino vegetal. Otra parte de la verdad nos la ha reve-lado Diosa través de la Biblia. Pero las dos partes de la verdad sesuperponen la una a la otra en muchos puntos importantes.También hay algunas cuestiones sobre las que la Biblia y la razónnos dicen exactamente lo mismo.–¿Por ejemplo que existe un Dios?–Exactamente. También la filosofía de Aristóteles supo-níaque había un Dios, o una causa primera, que pone en mar-chatodos los procesos de la naturaleza. Pero no nos propor-cionaninguna descripción más detallada de Dios. En este puntotenemos que apoyarnos exclusivamente en la Biblia y en lapalabra de Cristo.–¿Es tan seguro que realmente existe un Dios?–Naturalmente es algo que se puede discutir. Pero in-cluso hoy en día la mayor parte de la gente está de acuerdo en que almenos la razón del ser humano no puede probar que no hayaun Dios. Tomás fue más allá. Pensaba que basándose en lafilosofía de Aristóteles se podía probar la existencia de Dios.–No está mal.–También con la razón podemos reconocer que todo lo quehay a nuestro alrededor tiene que tener una «causa origi-nal»,decía. Dios se ha revelado ante los hombres tanto a través de laBiblia como a través de la razón. De esta manera, existe una«teología revelada» y una «teología natural». Lo mismo ocurrecon la moral. En la Biblia podemos leer cómo quiere Dios quevivamos. Pero a la vez Dios nos ha provisto de una concienciaque nos capacita para distinguir entre el bien y el mal sobreuna base natural. Hay pues «dos caminos» también para lavida moral podemos saber que está mal herir a otras personas,aunque no hayamos leído en la Biblia: «Haz con tu prójimo loque quieres que tu prójimo haga contigo». Pero también eneste punto lo más seguro es seguir los mandamientos de laBiblia.–Creo que lo entiendo –dijo Sofía–. Es más o menos como quepodemos saber que hay tormenta tanto viendo los relámpagoscomo oyendo los truenos.–Correcto. Aunque seamos ciegos podemos oír que truena. Yaunque seamos sordos podemos ver los relámpagos. Lo mejores, claro está, ver y oír. Pero no hay ninguna «contra-dicción»entre lo que vemos y lo que oímos. Al contrario, las dosimpresiones se complementan.–Entiendo.–Déjame añadir otra imagen. Si lees una novela, por ejemploVictoria de Knut Hamsun...–De hecho la he leído...–¿Conoces algo sobre el autor leyendo simplemente la novela que ha escrito?–Al menos puedo saber que existe un autor que la ha escrito.–¿Puedes saber algo más de él?–Tiene una visión bastante romántica del amor.–Cuando lees esta novela, que es creación de Hamsun,obtienes una impresión de la naturaleza de Hamsun. Pero nopuedes contar con encontrar datos personales sobre el autor.Por ejemplo, ¿puedes saber mediante la lectura de Victoria laedad que tenía el autor al escribir la novela, dónde vivía ocuántos hijos tenía?–Claro que no.–Ese tipo de datos los podrás encontrar en una biogra-fía sobreKnut Hamsun. Solamente en una biografía o autobiografía,sabrás más acerca del autor como «persona».–Sí, así es.–Más o menos así es la relación entre la obra de crea-ción deDios y la Biblia. Sólo mediante la observación de la naturalezapodemos reconocer que hay un Dios. No resulta difícilver que ama las flores y los animales, si no, no los hubieracreado. Pero sólo en la Biblia encontramos información sobrela persona de Dios, es decir, en su «autobiografía».–Qué ejemplo más bueno!–Mmm...Por primera vez Alberto se quedó pensativo, sin decir nada.–¿Esto tiene algo que ver con Hilde? -se le escapó a Sofía.–Pero si no sabemos con seguridad si existe alguna «Hilde»–Pero sabemos que se colocan señales de ella en mu-chossitios. Postales y pañuelos de seda, una cartera verde, uncalcetín...Alberto asintió.–Y parece que esas señales dependen de dónde quieracolocarlas el padre de Hilde. Pero hasta ahora sólo sabemos que hay una persona que nos manda todas las postales. Ojaláhubiera escrito un poco sobre él también. Bueno, ya volveremosa ese asunto.–Son las 12. Tengo que volver a casa antes de que se aca-be laEdad Media.–Acabaré con unas palabras sobre cómo Tomás de Aquino sequedó con la filosofía de Aristóteles en todos los puntos en losque ésta no contradecía la teología de la Iglesia. Este es el casode la lógica de Aristóteles, de su filosofía del conocimiento asícomo la de la naturaleza. ¿Te acuerdas de la descripción deAristóteles de una cadena evolutiva desde plan-tas y animalesa seres humanos?Sofía asintió.–Aristóteles pensaba que esta escala señalaba a un Dios queconstituía una especie de cumbre de existencia. Este es-quemase adaptaba fácilmente a la teología cristiana. Según Tomáshay un grado evolutivo de existencia, desde plantas y animaleshasta seres humanos, desde los seres humanos a los ángeles, ydesde los ángeles a Dios. El hombre tiene, al igual que losanimales, un cuerpo con órganos sensoriales, pero el serhumano tiene también una razón con «pensamientos profundos».Los ángeles no tienen tal cuerpo, por lo tanto tienentambién una inteligencia inmediata e instantánea. No necesitan"pensárselo» como los seres humanos, no necesitan dedu-ciralgo de un punto a otro. Saben todo lo que pueden saber loshombres sin tener que ir paso a paso como nosotros. Como losángeles no tienen cuerpo, tampoco morirán nunca. No soneternos como Dios, porque también ellos fueron creados porDios. Pero no tienen ningún cuerpo del que puedan separarse;por tanto, no morirán nunca.–Suena maravilloso.–Pero por encima de los ángeles domina Dios. Él puede verlo y saberlo todo en una sola y continua visión.–Entonces nos está viendo ahora.–Sí quizás nos esté viendo. Pero no ahora. Para Dios no existeel tiempo como existe para nosotros. Nuestro «ahora» no es el«ahora» de Dios. Aunque para nosotros pasen unas se-manas,no necesariamente pasan unas semanas para Dios.–Eso es un poco horrible –se le escapó a Sofía.Se tapó la boca con una mano. Alberto la miró, y Sofíaprosiguió.–He recibido otra postal del padre de Hilde. Escribió algo asícomo que si pasa una semana o dos para Sofía no signi-ficanecesariamente que pase tanto tiempo para nosotros. ¡Casi lomismo que lo que acabas de decir sobre Dios!Sofía pudo ver cómo la cara bajo la capucha se encogía en ungesto impetuoso.–¡Debería avergonzarse!Sofía no entendió lo que quería decir con eso, quizás sólo fuerauna manera de hablar, Alberto prosiguió.–Desgraciadamente Tomás de Aquino también se que-dó conla visión que de la mujer tenía Aristóteles. Te acordarás de queAristóteles pensaba que la mujer era algo así como un hombreimperfecto. Opinaba además que los hijos sólo here-daban lascualidades del padre. Como la mujer era pasiva v re-ceptiva, elhombre era el activo y el que daba la forma. Estospensamientos armonizaban, según Tomás de Aquino, con laspalabras de la Biblia, donde se dice, entre otras cosas, que lamujer fue creada de una costilla del hombre.–¡Tonterías!–Conviene añadir que el que algún mamífero pone huevos nose supo hasta 1827. Por lo tanto quizás no fuera tan extrañoque se pensara que el hombre era el que daba la forma y lavida en la procreación. Además debemos tener en cuenta que según Tomás la mujer es inferior al hombre sólo física-mente.El alma de la mujer tiene el mismo valor que la del hombre. Enel cielo hay igualdad entre hombres y mujeres, simplementeporque dejan de existir todas las diferencias físi-cas entre lossexos.–¡Qué desconsuelo! ¿No había filósofas en la Edad Media?–La Iglesia estuvo fuertemente dominada por los hom-bres, locual no significa que no hubiese pensadoras. Una de ellasfueHildegarda de Fibingen ...Sofía abrió los ojos de par en par.–¿Tiene ella algo que ver con Hilde?–¡Qué de preguntas haces! Hildegarda era una monja del valledel Rhin que vivió de 1098 a 1179. A pesar de ser mujer erapredicadora botánica y científica. Podría simbolizar la idea deque a menudo las mujeres eran las más realistas, por no de-cirlas más científicas, en la Edad Media.–He preguntado que si tiene algo que ver con Hilde.–Entre los judíos y los cristianos había una creencia que decíaque Dios no sólo era hombre. También tenía un lado femeninoo una «naturaleza materna». Porque también las mujeresestán creadas a imagen y semejanza de Dios. En griego estelado femenino de Dios se llamaba Sophia. «Sophia» o «Sofía»significa «sabiduría».Sofía se sentía abatida. ¿Por qué nadie le había contado estoantes? ¿Y por qué ella nunca había preguntado?Alberto prosiguió:–Tanto entre los judíos como en la iglesia ortodoxa Sophia, ola naturaleza materna de Dios, jugó cierto papel du-rante laEdad Media. En Occidente cayó en el olvido. Entonces llegaHildegarda. Cuenta que Sophia se le apareció. Iba vestida conuna túnica dorada decorada con valiosas joyas.Ahora Sofía se levantó del banco. Sophia se le había apa-recido a Hildegarda...–Quizás yo me aparezca a Hilde.Se volvió a sentar. Por tercera vez Alberto le puso la mano enel hombro.–Eso es algo que tenemos que averiguar. Pero ya es casi la 1.Tú tendrás que comer, y una nueva época se está acercan-do.Te convoco a una reunión sobre el Renacimiento. Hermes tebuscará en el jardín.Y el extraño monje se levantó y comenzó a caminar hacia laiglesia. Sofía se quedó sentada pensando en Hildegarda ySophia, Hilde y Sofía. De pronto se sobresaltó. Se levantó delasiento y llamó al profesor de filosofía vestido de monje.–¿También hubo un Alberto en la Edad Media?Alberto caminó un poco más despacio, giró suavemente lacabeza y dijo:–Tomás de Aquino tenía un famoso profesor de filoso-fía. Sellamaba Alberto Magno...Metió la cabeza por la puerta de la Iglesia de María y desapareció.Sofía no se resignó. Volvió a entrar en la iglesia. Pero no habíaabsolutamente nadie. ¿Había desaparecido Alberto por elsuelo?Mientras salía de la iglesia se fijó en una imagen de la VirgenMaria. Se colocó muy cerca del cuadro y lo miró fija-mente.De repente descubrió una gotita de agua bajo uno de los ojosde la Virgen. ¿Sería una lágrima?Sofía salió corriendo de la iglesia y no paró hasta casa deJorunn.  

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