Spinoza

155 2 0
                                    

  ... Dios no es un titiritero... 

Llevaban mucho tiempo sentados sin decir nada. Al final Sofía dijoalgo sólo para desviar los pensamientos de Alberto.–Descartes debió de ser una persona muy singular. ¿Se hizofamoso?Alberto respiró hondo un par de veces antes de contestar–Ejerció una gran influencia. Lo más importante quizás fue lainfluencia que tuvo sobre otro gran filósofo. Me refiero al holandésBaruch Spinoza, que vivió de 1632 a 1677.–¿Vas a hablar también de él?–Así lo tenía planeado, sí. No nos dejemos detener porprovocaciones militares.–Soy todo oídos.–Spinoza pertenecía a la comunidad judía de Anster-dam, peropronto fue excomulgado y expulsado de la sinagoga porheterodoxo. Pocos filósofos en la era moderna han sido tancalumniados y perseguidos por sus ideas como este hombre.Incluso fue víctima de un intento de asesinato. La causa era suscríticas a la religión oficial. Pensaba que lo único que manteníavivo tanto al cristianismo como al judaísmo eran los dogmas anticuadosy los ritos externos. Fue el primero en emplear lo quellamamos una visión «crítico-histórica» de la Biblia.–¡ Explícate!–Negó que la Biblia estuviera inspirada por Dios. Cuando leemosla Biblia debemos tener siempre presente la época en la fue escrita.Una lectura crítica de este tipo también revelará una serie dediscrepancias entre las distintas escrituras. No obs-tante bajo lasuperficie de las escrituras del Nuevo Testamento, nosencontramos a Jesús, que muy bien puede ser denominado el portavoz de Dios. Porque la predicación de Jesús representóprecisamente una liberación del anquilosado judaísmo. Jesúspredicó una religión de la «razón» que ponía el amor sobre to-daslas cosas, y aquí Spinoza se refiere tanto al amor a Dios como alamor al prójimo. Pero el cristianismo también quedó prontoanquilosado en dogmas fijos y ritos externos.–Entiendo que ideas como ésas no fueran fácilmente aceptadas porlas iglesias y sinagogas.–Cuando la situación se agravó, Spinoza fue abando-nado inclusopor su propia familia, que intentó desheredarle debido a suheterodoxia. Lo paradójico es que pocos han ha-blado tanto a favorde la libertad de expresión y de la toleran-cia religiosa comoSpinoza. Toda esa oposición con la que se topó dio lugar a queviviera una vida tranquila enteramente de-dicada a la filosofía. Paraganarse el sustento pulía vidrios ópti-cos. Algunas de esas lentesson las que están ahora en mi poder.–Impresionante.–Casi tiene algo de simbólico que viviera de pulir lentes, pues losfilósofos deben ayudar a los hombres a ver la existen-cia desde unanueva perspectiva. Un punto de la filosofía de Spinoza esprecisamente ver las cosas Bajo «el ángulo de la eter-nidad».–¿Bajo el ángulo de la eternidad?–Sí, Sofía. ¿Crees que serías capaz de ver tu propia vida en uncontexto cósmico? En ese caso tendrías que cerrar los ojos a timisma y a tu vida aquí y ahora...–Hmm... no es fácil.–Recuérdate a ti misma que sólo vives una minúscula parte de lavida de toda la naturaleza. Tú formas parte de un contexto inmenso.–Creo que entiendo lo que quieres decir.–¿Eres capaz de captarlo? ¿Eres capaz de captar toda la naturalezade una vez... sí, el universo entero con una sola mi-rada.–Depende. Quizás me hicieran falta algunos vidrios óp-ticos.–No estoy pensando sólo en el inmenso espacio. Tam-bién piensoen un inmenso espacio de tiempo. Hace treinta mil años vivió un niño en el valle del Rhin. Formaba una mi-núscula parte de lanaturaleza, un exiguo rizo en un mar in-menso. De la mismamanera vives tú Sofía, una minúscula parte de la vida de lanaturaleza. No hay ninguna diferencia en-tre tú v ese niño.–Al menos yo vivo ahora.–De acuerdo, pero precisamente era a ese tipo de pen-samiento alque deberías cerrar los ojos. ¿Quién serás tú den-tro de treinta milaños?–¿Ésa fue la heterodoxia?–Bueno... Spinoza no sólo dijo que todo lo que existe es naturaleza,también decía que Dios es igual a Naturaleza. Veía a Dios en todolo que existe, y veía todo lo que existe en Dios.–Entonces era un panteísta.–Cierto. Para Spinoza Dios no creó el mundo quedán-dose fuera desu Creación. No, Dios es el mundo. A veces se ex-presa de unamanera un poco distinta. Afirma que el mundo está en Dios. Sobreeste punto se remite al discurso de San Pablo en el monte delAreópago. «En Él vivimos, nos movemos v existimos», habíadicho San Pablo. Pero sigamos ahora el ra-zonamiento del propioSpinoza. Su libro más importante fue "Ética demostrada según elorden geométrico. "–¿Ética... y método geométrico?–A lo mejor suena raro a nuestros oídos. Con la palabra «ética», losfilósofos se refieren a la enseñanza de cómo debe-mos vivir paraconseguir la felicidad. Es en ese sentido en el que hablamos de laética de Sócrates y Aristóteles. Es en nues-tros días cuando la éticase ha visto reducida a ciertas reglas de cómo vivir para no molestara los demás.–¿Porque pensar en la propia felicidad es ser egoísta?–Algo así, sí. Cuando Spinoza utiliza la palabra «ética» podríatraducirse tanto por «arte de vivir» como por «moral».–Pero... «arte de vivir según el orden geométrico»?–El método geométrico se refiere al lenguaje o la forma depresentación. Acuérdate de que Descartes también quería emplear el método matemático para la reflexión filosófica. Con esto queríadecir una reflexión filosófica construida sobre conclusiones rígidas.Spinoza sigue esta tradición racionalista. En su ética quería mostrarcómo la vida del hombre está condi-cionada por las leyes de lanaturaleza. Por ello debemos libe-rarnos de nuestros sentimientos yafectos, para así encontrar la paz y poder ser felices, opinaba él.–¿Pero no estamos determinados únicamente por las le-yes de lanaturaleza?–Bueno, Spinoza no es un filósofo fácil de entender, Sofía. Iremospor partes. Supongo que te acordarás de que Descartes opinaba quela realidad está compuesta de dos sus-tancias claramentediferenciadas, el «pensamiento» y la «extensión».–¿Cómo podría haberlo olvidado en tan poco tiempo?–La palabra «sustancia» puede traducirse por aquello de lo quealgo consta, aquello que en el fondo es o de lo que proviene.Descartes hablaba pues de dos sustancias. Todo es «pensamiento»o «extensión», decía.–No necesito que me lo repitas.–Pero Spinoza no admitió esa distinción. Opinaba que sólo hay unasustancia. Todo lo que existe proviene de lo mis-mo, decía. Y lollamaba «Sustancia». Otras veces lo llamaba Dios o Naturaleza.Por lo tanto Spinoza no tiene una concepción dualista de larealidad como la tenía Descartes. Decimos que es monista, lo quequiere decir que reconduce toda la natu-raleza v todas lascircunstancias de la vida a una sola sustancia.–Difícilmente se puede estar más en desacuerdo.–La diferencia entre Descartes y Spinoza no es tan grande como aveces se ha dicho. También Descartes señaló que sólo Dios existepor sí mismo. No obstante, cuando Spinoza equipara a Dios con lanaturaleza, o a Dios con la Creación, se aleja mucho de Descartes ytambién de los conceptos judíos y cristianos.–Porque en ese caso la naturaleza es Dios, y se acabó.–Pero cuando Spinoza emplea la palabra «naturaleza» no sólopiensa en la naturaleza extensa. Con «Sustancia», «Dios» o «Naturaleza» quiere decir «todo lo que existe», tam-bién lo relativoal espíritu.–Es decir «pensamiento» y «extensión».–Pues eso. Según Spinoza, los seres humanos conoce-mos dos delas cualidades o formas de aparición de Dios. Spinoza llama a estascualidades «atributos» de Dios, y esos atri-butos son precisamenteel «pensamiento» y la «extensión» de Descartes. Dios, o laNaturaleza, aparece, bien como pensa-miento, bien como materiaextendida. Puede que Dios tenga muchas más cualidades, ademásdel pensamiento y la exten-sión, pero sólo estos dos atributos sonconocidos por los hom-bres.–Vale, pero me parece una manera muy retorcida de decirlo.–Sí, hay que utilizar martillo y cincel para penetrar en el lenguajede Spinoza. Por lo menos es un consuelo que uno al final encuentreuna idea tan cristalina como un diamante.–La estoy esperando.–Todo lo que hay en la naturaleza es por tanto pensa-miento oextensión. Cada uno de los fenómenos con los que nosencontramos en la vida cotidiana, por ejemplo una flor o un poema,constituyen diferentes modos del atributo del pensa-miento o de laextensión. Una flor es un modo del atributo de la extensión, y unpoema sobre esa misma flor es un modo del atributo delpensamiento. Pero las dos cosas son en último tér-mino laexpresión de Sustancia, Dios o Naturaleza.–¡Vaya tío!–Pero sólo es su lenguaje lo que es complicado. Debajo de esasformulaciones tan retorcidas hay una maravillosa cons-ciencia tanextremadamente sencilla que el lenguaje cotidiano no es capaz deexplicar.–A pesar de todo creo que prefiero el lenguaje cotidiano.–Está bien. Empezaré por ti. Cuando te duele la tripa, ¿quién sufreel dolor?–Tú lo has dicho. Yo.–Correcto. Y cuando más adelante piensas en aquella vez en que te dolió la tripa, entonces ¿quién piensa?–También yo.–Porque eres una sola persona que en un momento puede tenerdolor de tripa y en otro ser presa de una emo-ción. De esa manera,Spinoza pensó que todas las cosas físicas que existen o acontecenen nuestro entorno, son expresiones de Dios o de la Naturaleza.Así, todos los pensamientos que se piensan son pensamientos deDios o de la Naturaleza. Por-que todo es Uno. Sólo hay un Dios,una Naturaleza o una Sus-tancia.–Pero cuando pienso algo, soy yo quien pienso. Y cuan-do memuevo soy yo quien me muevo. ¿Por qué mezclar a Dios en esto?–Me gusta tu apasionamiento. ¿Pero quién eres tú? Eres SofíaAmundsen, pero también eres la expresión de algo infini-tamentemás grande. Puedes muy bien decir que tu piensas, o que tú temueves, ¿pero no puedes decir también que es la na-turaleza la quepiensa tus pensamientos o que es la naturaleza la que se mueve enti? Es más bien una cuestión de la lente con que se mire.–¿Quieres decir que no decido sobre mí misma?–Bueno, a lo mejor tienes una especie de libertad para mover eldedo meñique, si quieres. Pero ese dedo sólo puede moverse segúnsu naturaleza. No puede saltar de la mano o botar por la habitación.De la misma manera también tú tienes tu lugar en el Todo, hijamía. Eres Sofía, pero también eres un dedo en el cuerpo de Dios.–¿De modo que es Dios quien decide todo lo que hago?–O la naturaleza o las leyes de la naturaleza. Spinoza pensaba queDios, o las leyes de la naturaleza, son la causa in-terna de todo loque ocurre. El no es una causa externa, porque Dios se expresaexclusivamente mediante las leyes de la natu-raleza.–No sé si veo la diferencia.–Dios no es un titiritero que tira de todos los hilos y así decide todolo que ocurre. Un titiritero dirige a los títeres desde fuera y es porlo tanto la «causa externa» de los movimientos de los títeres. No esasí como Dios dirige el mundo. Dios dirige el mundo mediante lasleyes de la naturaleza. De esa manera Dios o la naturaleza- es la «causa interna» de todo lo que ocurre. Es decir que todo lo queocurre en la naturaleza ocurre necesa-riamente. Spinoza tenía unavisión determinista de la vida de la naturaleza.–Me parece haberte oído decir algo parecido antes.–Tal vez estés pensando en los estoicos. También ellos afirmaronque todo ocurre necesariamente. Por eso era tan importanteresponder a todo lo que sucede con una «sereni-dad estoica». Loshombres no debían dejarse llevar por sus emociones. Ésta estambién, muy resumida, la ética de Spinoza.–Creo que entiendo lo que quiere decir. Pero no me gusta pensarque no decido sobre mí misma.–Vamos a centrarnos de nuevo en aquel niño de la Edad de Piedraque vivió hace treinta mil años. Conforme iba cre-ciendo tirabajabalinas a los animales salvajes, amó a una mujer que se convirtióen la madre de sus hijos, y además segura-mente adoraba a losdioses de la tribu. ¿Piensas que él decidía todo esto?–No sé.–O piensa en un león en África. ¿Crees que es él el que decidevivir como una fiera? ¿Por eso se lanza encima de un antí-lopecojo? ¿No debería haber decidido vivir como vegetariano?–No, el león vive según su naturaleza.–O, con otras palabras, según las leyes de la naturaleza. Eso lohaces tú también, Sofía, porque tú también eres natura-leza. Ahorapodrás objetar, con el apoyo de Descartes, que el león es un animaly no un ser humano con capacidad espiritual libre. Pero piensa enun niño recién nacido. Llora y grita, y si no se le da leche se chupael dedo. ¿Tiene este bebé una volun-tad libre?–No.–¿Entonces cuándo obtiene el niño la libre voluntad? A los dosaños corretea por todas partes señalando lo que hay a su alrededor.A los tres da la lata a su mamá y a los cuatro de pronto le entramiedo de la oscuridad. ¿Dónde está la libertad, Sofía?–No lo sé.–A los quince años se pone delante del espejo y hace pruebas con el maquillaje. ¿Es ahora cuando toma sus propias decisionespersonales y hace lo que quiere?–Entiendo lo que quieres decir.–Ella es Sofía Amundsen, ya lo creo. Pero también vive según lasleyes de la naturaleza. Lo que pasa es que no se da cuenta de esoporque hay muchas y muy complejas causas de-trás de cada cosaque hace.–No creo que quiera oír ya más.–De todos modos has de contestar a una última pregun-ta. Dosárboles de la misma edad crecen en un gran jardín. Uno de elloscrece en un lugar con mucho sol y tiene fácil acceso a tierranutritiva y al agua. El otro árbol crece en una tierra mala en un sitiode mucha sombra. ¿Cuál de los dos árboles crees que se hará másgrande? ¿Y cuál de los dos dará más frutos?–Naturalmente, el árbol que ha tenido las mejores con-diciones decrecimiento.–Según Spinoza ese árbol es libre. Ha tenido una liber-tad totalpara desarrollar sus posibilidades inherentes. Pero si es unmanzano no ha tenido posibilidad de dar peras o ciruelas. Lomismo ocurre con los seres humanos. Se nos puede inhibir nuestraevolución y nuestro crecimiento personal por ejemplo mediantedeterminadas condiciones políticas. De esa manera, una fuerzaexterior nos puede poner impedimentos. Sólo vivimos como sereslibres cuando podemos desarrollar «libre-mente» nuestrasposibilidades inherentes. Pero estamos tan de-terminados pordisposiciones internas y condiciones externas como aquel niño delvalle del Rhin en la Edad de Piedra, el león de Africa o el manzanodel jardín.–Estoy a punto de resignarme.–Spinoza afirma que sólo un ser que plenamente es la «causa de símismo» puede actuar en total libertad. Sólo Dios o la naturalezapresentan una actividad así de libre v «no ca-sual». Un ser humanopuede esforzarse por conseguir una li-bertad que le permita vivirsin presiones externas. Pero jamás conseguirá una «voluntad libre». Nosotros no decidimos todo lo que ocurre con nuestro cuerpo, quees un modo del atribu-to de la extensión. Tampoco elegimos lo quepensamos. El hombre no tiene por tanto un «alma libre» que estámás o menos presa en un cuerpo mecánico.–Eso me resulta un poco dificil de entender.–Spinoza pensaba que son las pasiones de los seres hu-manos, porejemplo la ambición, el deseo, las que nos impi-den lograr laverdadera felicidad y armonía. No obstante, si re-conocemos quetodo ocurre por necesidad, podremos lograr un reconocimientointuitivo de la naturaleza como tal. Podre-mos llegar a una vivenciacristalina del contexto de todas las co-sas, de que todo es Uno. Lameta es captar todo lo que existe con una sola mirada panorámica.Hasta entonces no podremos alcanzar la máxima felicidad yserenidad de espíritu. Esto fue lo que Spinoza llamó ver todo «subspecie aeternitatis».–¿Y qué significa?–"Ver todo bajo el ángulo de la eternidad». ¿No fue por dondeempezamos?–Y por donde tenemos que acabar. Me tengo que ir co-rriendo acasa.Alberto se levantó y bajó a la mesa una gran fuente de fruta de lalibrería.–¿No quieres una fruta antes de irte?Sofía se sirvió un plátano. Alberto cogió una manzana verde.Ella rompió la parte superior del plátano y empezó a qui-tar lacáscara.–Aquí pone algo –dijo de repente.–¿Dónde?–Aquí... en la parte interior de la cáscara del plátano. Parece comosi estuviera escrito algo con rotulador negro...Sofía se inclinó hacía Alberto para enseñarle el plátano.«Aquí estoy de nuevo, Hilde. Estoy en todas partes, hijita.Felicidades."–¡Qué divertido! –dijo Sofía.–Se vuelve cada vez más astuto.–¿Pero no es... totalmente imposible? ¿Sabes si se culti-vanplátanos en el Líbano?Alberto dijo que no con la cabeza.–No me lo comeré.–Déjalo entonces. Una persona que escribe felicitacio-nes a su hijaen el interior de un plátano no pelado tiene que estar loco. Perotambién tiene que ser bastante listo...–Sí, las dos cosas.–¿Entonces podemos afirmar aquí y ahora que Hilde tiene un padrelisto? No es tonto, vamos.–Ya lo dije. Y entonces puede que sea él quien te hiciera llamarmeHilde la última vez que estuve aquí. Puede ser él quien nos pongatodas las palabras en la boca.–No se debe excluir ninguna posibilidad. Pero hay que dudar detodo.–Por lo que sabemos, puede que toda nuestra existencia sea unsueño.–Pero no debemos precipitarnos. Todo puede tener una explicaciónmás sencilla.–Sea lo que sea, tengo que darme prisa. Mi madre me estáesperando.Alberto acompañó a Sofía a la puerta. En el momento en que semarchaba él dijo:–Volveremos a vernos, querida Hilde.Al instante siguiente, la puerta se había cerrado tras ella.  

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 10, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El mundo de Sofía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora