Prólogo

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Ese día estaba nublado, no entraba por los pocos huecos de la ventana tapada ni un solo rayo de sol. Eso le causaba inquietud, aunque sabía que era sin fundamentos. Se incorporó en la cama, Sting había desaparecido de su cama desde hacía un buen rato. No se preocupó, seguramente estaría junto a Natsu en el comedor conversando con el menor de nivel de voz que pudieran permitirse. Suspiró, ese día se había despertado sin ninguna clase de ánimo, y día tras día esa sensación era mayor.

Cada día se levantaba en aquella casa vieja que habían encontrado en un poblado abandonado, se reunía con sus compañeros en el comedor para realizar las escasas actividades que ya tenían programadas como método de supervivencia. Siempre se preguntaba hasta cuándo duraría aquella relativa paz antes de que todo cayera, era cierto que el frío invierno era una ayuda para retener a los muertos debido a la congelación pero, ¿qué harían cuando esos monstruos recuperase su movilidad anterior? Tendrían que huir, correr como meses atrás habían hecho, y sobrevivir llevando siempre el corazón en un puño.

Estaba cansado, y probablemente el que más, pero aún permanecía vivo casi como un milagro, un milagro que tenía nombre y que parecía no querer separarse de él. Sting lo había estado protegiendo desde el principio, sin dejarlo atrás o abandonarlo, siempre que lo veía cansado se detenía, o seguía su ritmo lento sin poner objeción alguna. Desde que se habían encontrado con Natsu y Gajeel todo se había vuelto más fácil, otro milagro del que Rogue se sentía muy agradecido. Cuando aquella locura comenzó y conforme pasó el tiempo se había convencido de que su hermano estaba muerto, al igual que Sting había pensado lo mismo acerca del suyo, y encontrarlos había significado un descenso en el peso que había en sus hombros.

—Hoy te has levantado muy tarde, estaba pensando en ir a despertarte—comentó Sting en cuanto lo vio aparecer por las escaleras de madera roída. Rogue se acercó a ambos chicos que conversaban en la sala sin ocupar los viejos sillones que probablemente cederían con el peso.

—Llevo un rato despierto en realidad—respondió colocándose junto a Sting recibiendo una sonrisa de su compañero—. ¿Dónde está mi hermano?

—Ha subido al tejado, para checar los alrededores.—Natsu respondió sin separar la vista de la ventana cubierta de madera, el pelirrosa parecía estar preocupado, seguramente por los mismos temores que Rogue se había planteado esa mañana al despertar—. El invierno está por finalizar, cada vez hay más muertos adentrándose al pueblo.

—Deberíamos hacer unas mochilas de emergencia con suministros, por si acaso.—Rogue suspiró tras su propia sugerencia, que Natsu dijera aquellas palabras solo aumentaba sus temores.

—Sois muy exagerados, estamos bien, disfrutad de lo poco que tenemos—comentó Sting sujetándose al brazo de Rogue y sonriendo—. Podríamos ir a dar un paseo por el pueblo, pasamos por el río y traemos agua,¿te parece?

—Quiero ir a hablar con mi hermano primero—respondió Rogue a la oferta de Sting sin perder la seriedad en su rostro, el rubio hizo un puchero ante el que Rogue trató de no reaccionar—. Iré a buscarlo.

Se separó del rubio y regresó escalera arriba esperando que Sting no le siguiera, se asomó a la ventana que solían utilizar para subir al tejado y con un poco de esfuerzo logró ascender. Gajeel lo observó mientras se incorporaba y regresó la mirada  al poblado. Rogue se acercó a él e imitó su acción, aún le seguía inquietando la soledad que reflejaba aquel pueblo y las casas abandonadas. En ocasiones le gustaba imaginarse como hubiera sido ir allí cuando las sociedades aún existían, era probable que hubiera pocos niños y que la mayoría fueran ancianos, habían encontrado algunos muertos atrapados en sus propias casas. 

Gajeel levantó la mano señalando el lugar que estaba observando, Rogue siguió la indicación sin decir una palabra.

—Han pasado un par en esa dirección hace unos minutos—informó el de pelo negro—. Todavía caminan algo lentos, tal vez simplemente estaban tranquilos.

—Quería saber si me ayudarías a practicar también hoy—habló Rogue recibiendo la mirada de su hermano con algo de negación, añadió:—. Sabes perfectamente que soy el más débil del grupo, si vamos a volver ahí fuera necesito saber usar un arma.

—No eres débil Rogue.

—No he dicho que sea débil, sino el más débil.—Gajeel volvió la vista al pueblo, la casa que habían escogido estaba cerca de la carretera, junto a un coche que habían conseguido a arreglar para huir en cuanto ocurriese algo malo, el resto de casas eran muy parecidas a la que ellos ocupaban y ya las habían saqueado hacía tiempo, al inicio del invierno.

—Te conozco y sé que lo piensas—respondió el mayor colocándose en pie para bajar del tejado—. Sería recomendable que saliéramos de aquí antes de que ocurriese una tragedia, hoy será el último día que entrenaremos.—Rogue asintió feliz de que su hermano cediera, aunque trató de no demostrarlo demasiado—. Y recuerda que tu problema no es saber o no manejar un arma.

—Lo sé—admitió Rogue con cierta molestia, nadie mejor que él sabía cuidarse a sí mismo, a pesar de que Gajeel lo conocía y sabía acerca de sus problemas de salud que, aunque nunca fueron graves, en el apocalipsis era probablemente una de las peores maldiciones. Sin embargo no demostró tampoco esa molestia.

Los sentimientos eran algo que ahora consideraba inútil,  él nunca había sido una persona afectuosa de todas formas, pero desde que tuvieron que abandonar sus vidas a causa de la catástrofe se había cerrado completamente a cualquier cosa. Sting lo había notado, su mejor amigo de toda la vida que apenas le sonreía o soltaba algún comentario afectuoso en ocasiones se había vuelto más frío, aunque no distante. Rogue aceptaba sus señales de cariño, no se alejaba de su lado y no le impedía abrazarle cuando lo necesitaba, aunque Sting no había recibido una respuesta acerca de su actitud fría pero podía imaginarlo, tanto él como su hermano podían imaginar la razón por la que el pelinegro había decidido que la mejor opción era tratar de alejar los afectos.

—Rogue, no vas a morir—le recordó Gajeel como muchas veces se encargaba de hacerlo.

—Ese es el plan—respondió el menor adelantándose para regresar al interior del hogar.

Necesitaba escribir un fanfic zombie de esta pareja por el simple hecho de que amo el género xddd no será muy larga en principio, lo mismo me extiendo conforme avance

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Necesitaba escribir un fanfic zombie de esta pareja por el simple hecho de que amo el género xddd no será muy larga en principio, lo mismo me extiendo conforme avance.

El prólogo es extraño, lo sé, pero solo quería contextualizar lo mínimo y sobre todo los pensamientos. No sé si lo habré logrado, je. Ya irán descubriendo cositas 7u7

Gracias por leer

Soul free

Incluso al final [Stingue]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora